Aliados de la República

2 - Alara y Shin – 2

Shin y Alara estaban mirando con desconfianza a su capitán, este estaba volando la nave sobre la superficie esquivando una escuadra de naves del Imperio. Recorrieron unas planicies hasta poder descender junto a una meseta. Shin descargó su nave con mucho cuidado bajo la mirada de Lyrian. Alara se acercó junto a Chup para despedirse de sus amigos.
“¿Dónde vamos ahora?” Dijo al aire Chup.
“Cuipernam y luego veremos si podemos ayudar a nuestra hermosa jedi.” Dijo divertido Lyrian. “Te encargo a tu maestra, Shin.” Agregó para ganarse una mirada con desdén de Alara.
“Hasta luego, Chup. No te metas en más problemas, Lyrian.” Dijo con seriedad la jedi.
Shin saltó hacia su habitáculo a esperar por su maestra. Esta no tardó en seguirlo a la nave. Al cabo de un rato estaban viendo las planicies del planeta mientras volaban hacia el polo norte, ya que era el único lugar donde iban a poder encontrar su famosa montaña blanca.
“Ya era hora…” Dijo despreocupada Alara. “No sé cómo puedes hablar tanto con él…”
“Supongo que es más fácil cuando no quiere meterse en mis pantalones.” Dijo jocoso Shin.
“Espero que no se te pegue su actitud, padawan…” Dijo divertida Alara. “¿Cómo te sientes ahora?”
“Bien, gracias por sanar mi tobillo…” Dijo apenado Lyrian.
“Te dije mil veces que no practiques tus formas solo, solo refuerzas tus errores.” Dijo con seriedad Alara. “Sin contar de que puedes lastimarte.”
“Ya aprendí la lección…” Dijo divertido Shin. “¿Crees que vamos a encontrar la famosa montaña blanca?”
“Esperemos que sí...” Respondió pensante Alara. “Si no tendremos que explorar los alrededores del sistema.”
“No parece haber mucho hielo en este planeta.” Aportó pensante Shin mientras notaba a los peculiares animales en las planicies.
La nave volaba silenciosamente hasta que el mapa marcó el destino como el polo norte. Ambos se sorprendieron a notar que no había nada para ellos.
“Parece que no, Alara.” Dijo pensante Shin. “Tal vez… ¿Cómo dijo Syo? ¿En la planicie con la vista más hermosa?” Agregó mirando hacia arriba y notar uno de los satélites del planeta. “¿No podría ser en una de las lunas?”
“Supongo que una planicie que vea hacia el planeta debe tener una vista espectacular…” Dijo al aire Alara mientras empezaban a ascender hacia los cielos. “Tendremos que fijarnos… Voy a empezar a quejarme menos de estas visiones. Son un gran descanso…”
“Podría volar contigo toda mi vida…” Dijo distraído Shin. “Me encanta escuchar el sonido de los motores mientras viajamos por el vacío del espacio.”
Alara se sonrojó, cosa que su alumno nunca notó.
“Es un buen cambio de ritmo con nuestra misión anterior.” Dijo la caballera para cambiar de tema.
“Es cierto, con suerte solo encontramos un pilón de piedras y volvemos a casa.” Respondió divertido Shin. “Como todas las veces anteriores…”
La nave llegó al primer satélite para notar que era completamente gris y estaba repleto de micro cráteres. Luego de una corta exploración se dirigieron al segundo mientras charlaban distendidos. Alara notó que ahora sí podía haber algo para ellos, ya que este parecía una esfera de hielo. Keyfour les dijo que la gravedad era un poco más baja que Ansion y que la atmósfera no era respirable. No encontraron una sola montaña en el satélite, cosa que los decepcionó por completo.
“Solo cráteres…” Dijo al aire Shin.
“Hmm… Debe ser en Ansion entonces.” Dijo pensante Alara. “Vamos a tener que hablar con alguien nativo del lugar.”
Shin sintió algo en la Fuerza, como si algo se hubiera movido en el blanco fondo que los rodeaba.
“Maestra… hay algo aquí.” Dijo sorprendido Shin. “Lo puedo… sentir.”
“¿De verdad? Es la primera vez que me dices algo como eso…” Dijo pensante Alara. “Pero… voy a confiar en tus instintos, nunca nos han fallado…”
Alara descendió detrás de una pequeña meseta para revisar sus alrededores. Cuando iba a decir algo, notó una pequeña nave del Imperio pasar sobre ellos. Por suerte no los habían detectado.
“Voy a comprarte algo para comer cuando volvamos…” Dijo sorprendida Alara. “Creo que hay algo en ese cráter… Ponte el respirador y trae la caja de provisiones. Vamos a encontrar un punto con ventaja para investigar este lugar.”
Shin se puso su respirador para luego seguir a su maestra por la congelada superficie del planeta, encontraron una cueva por la cual podían observar el cráter sin ser percibidos. Shin dejó todo en un rincón para luego acercarse a su maestra, que había notado algunos detalles de ese cráter. Lo primero que notó fue que había entradas ocultas en las caras del mismo, segundo una pequeña escotilla parecía estar abierta en esos momentos.
“Vamos a pasar un rato aquí, Shin. Si tienes frío puedes usar la manta térmica…” Dijo sin mover los ojos del cráter Alara.
“Estoy bien, me sirve de práctica.” Dijo pensante Shin, sabiendo que no iba a durar mucho en el frío del satélite.
“Veremos…” Dijo pensante Alara. “Meditemos.”
Ambos sentaron en la cueva a meditar. Shin empezó a sentir frío en sus dedos luego de un par de horas, pero no iba a demostrarle eso a su maestra. Alara, en cambio, parecía estar concentrada en otra cosa.
“¿Qué estás haciendo?” Preguntó al aire Shin.
“Estoy probando algo que aprendí de un buscador en Coruscant. La Fuerza puede ayudarte a encontrar el camino…” Dijo sin confianza Alara. “Nunca me ha funcionado.”
“Todavía no conocí a ninguno de ellos.” Dijo al aire Shin mientras se ponía de pie para sacarse el frío de encima.
“Yo me encargo de la primera ronda, Shin.” Dijo sonriente Alara. “Deberías dormir un rato.”
Shin la miró con desconfianza, pero se envolvió en la manta para apoyarse contra una pared. El frío era insoportable y le era imposible usar su técnica de la manera que su maestra hacía. Ella prácticamente no se esforzaba para sostenerla, como si fuera un instinto o un proceso automático de su cuerpo. Alara se acercó a mirarlo, ya que sabía que no estaba durmiendo.
“Shin, ya conozco tu cara de dormido…” Dijo divertida Alara mientras se sentaba a su lado. “Tuve que bloquear la entrada por una ventisca.” Terminó mientras se metía en bajo la manta.
La mano de su maestra tocó la suya.
“Estás helado…” Dijo sorprendida mientras se acercaba un poco más a él. “Ven aquí, no voy a permitir que te congeles…”
Alara lo abrazó maternalmente para que su mentón termine apoyado en su hombro.
“Soy una decepción, Alara…” Dijo apenado Shin mientras pensaba en el perfume de su maestra.
“No te preocupes, tienes bastante crédito conmigo estos días…” Dijo divertida la caballera mientras lo apretaba con fuerza. “Duerme, yo me encargo del resto.”
“Espero que Keyfour esté bien…” Dijo Shin apenas manteniéndose despierto.
“No te preocupes por él. Más tarde te contaré una historia sobre una nave y un pantano…” Dijo divertida Alara al notar a su alumno dormido.
Alara acarició la nuca de su padawan con mucho cariño sin darle mucha atención a sus manos. Avergonzada, notó lo que estaba haciendo, pero ya era tarde. Nunca pensó que iba a estar tan cómoda con Shin entre sus brazos.



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En el texto hay: aventura y romance, starwars, star wars

Editado: 11.02.2023

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