Sra. Brigitte de Arango
19/07/2000
Ese día él llego en busca de solo una niña, y de la niña más bella de todas, Alice, Sin padres. abandonada desde nacida en este horrible lugar manejado por mí, la mujer que en este momento te relata cada suceso sucedió intentando calmar la culpa que siento en mi interior. Alice, una pequeña niña de 10 años, una dulce niña, callada, sonriente y sobre todo amorosa.
Cuando fui a buscarla dio la mejor de sus sonrisas pensando que al fin, alguien la adoptó. Ella hablaba y comentaba, lo feliz que sería y lo que yo le agradecía profundamente, pero no sabía la verdad de la situación, y tampoco plano decírsela, porque ni yo sabía lo que pasaría, no hasta meses después ...
Cuando llegamos a mi oficina, él la mira, sonríe y la sostienen del hombro sin presentarse ni musitar palabra alguna, solo rebusca en su bolsillo hasta lograr extender lo que seria un fajo de billetes.
Aún recuerdo su mirada, ella lo sabía, se dio cuenta, que no tenía la felicidad que imaginaba, desde el momento de que tocó su hombro, y yo no imaginaba que no podía olvidar el miedo que expresaban sus ojos. Pero yo ya no puedo hacer nada, solo recibí el gran fajo de billetes y los acompañé a la salida de mi oficina.
Esa no fue la primera vez y tampoco la última de que cometería ese horrible error.
Narrador objetivo
19/07/2000 / 18:30
Ese hombre frívolo que se deben estar imaginando, sin decir nada, sube a la bella niña al automóvil, asegurando que no pueda escapar, mientras ella solo se digna a quedarse en silencio por completo, mientras que ese hombre conduce en dirección desconocida, cabe destacar, Alicia nunca ha salido de las paredes del orfanato, y el exterior era un lugar nuevo e impresionante para ella.
Este hombre, en un momento llama por celular, una conversación poco comprensible para la pequeña niña, que curiosa intentaba saber de qué hablaban, pero poco y nada llego a entender.
Irían a un lugar y alguien los esperaría, ¿para qué? No lo sabe, pero tiene el peor presentimiento del mundo.
Editado: 20.06.2020