Alicia quiere un amor

2.

 

9:19 pm del jueves. Alicia estaba sentada sobre su cama sosteniendo su teléfono con un deseo gigantesco de no tener que ingresar a la bandeja de chats archivados de Whatsapp y abrir los grupos de la universidad. Estaba algo decaída desde la tarde, pero una llamada que había recibido de su madre hacía unos minutos le había hecho peor. Su madre la había llamado recién llegando del trabajo y quiso saber qué tan bien le había ido ese día a su querida hija Alicia.

La conversación no se hizo muy larga, su madre no pretendía quitarle mucho tiempo porque tenía claro que esas horas eran exclusivamente para el estudio. Porque aunque nunca en su vida pisó una universidad, tenía muy entendido que el estrés al que los estudiantes se sometían diariamente era un infierno y quitarle mucho de su tiempo, no era lo que pretendía. Cuando llegaron esas preguntas tipo "¿Qué tal te fue hoy en clases? o ¿Te está yendo bien en tus asignaturas?" Alicia evidentemente no tenía nada que decir. Aprendió a pretender que todo andaba bien y le dio las respuestas más genéricas que conocía; todo está yendo de maravilla, ni te lo podrías imaginar.

La madre de Alicia era la que le enviaba el dinero para la matriculación y gastos personales, por lo menos desde unos escasos meses atrás. Su padre había renunciado no hacía tanto tiempo a su viejo trabajo como operador de maquinarias de construcción por cuestiones de salud; verse expuesto a polvos y químicos de toda clase le habían desarrollado complicaciones para respirar y por recomendación de su médico debió desistir. Aunque antes ambos cooperaban para enviarle dinero a su hija, ahora todo recaía en manos de su madre; esto hasta que el padre de Alicia pudiera encontrar un nuevo empleo.

—Mira mija, —solía decir con mucho cariño— ya te hice el depósito del mes. Te envié algo extra para que invites a alguna amiga a salir. Fué un mes difícil para serte franca, pero ahí está. Espero que lo disfrutes muchísimo. —le decía Lorena, la madre de Alicia, muy feliz y motivada por su hija. La universidad estatal era ciertamente la razón de ello. Tenía cierto prestigio en la región y para la madre de Alicia valía la pena cualquier sacrificio por su hija—. Por favor date un gusto de vez en cuando, sé que debes de tener una amiga por ahí con la que te gustaría salir mmmh no sé, a comer una pizza o cocinar algo. A tu edad solía salir mucho con mis amigas a los bares de la ciudad a beber. ¡Ay cómo las echo de menos! Supongo que así es la vida. Quien nos veía, de arriba para abajo en los parques y el boulevard, nunca creería que alguna vez nos separaríamos. Supongo que así es la vida.

Lorena trabajaba en una cadena de restaurantes de la ciudad. Era ayudante de chef, un trabajo sumamente estresante que se había vuelto aún peor luego del reacondicionamiento del boulevard de la ciudad. El auge de turistas había incrementado la demanda en el restaurante de pasta y mariscos más famoso de la ciudad. Se había construido un nuevo hotel y para la próxima semana se planeaba una serie de conciertos para celebrar el relanzamiento turístico de la ciudad. Sabiendo eso, Lorena se adelantó unos cuantos días para enviarle el dinero con anticipación.

Alicia estuvo durante toda la llamada con un pequeño nudo debajo de su garganta. Había ocurrido algo que le había bajado los ánimos. Evidentemente no estaba en sus planes hacer comentario alguno de lo que le afectaba. No le quería dar malas noticias a quien desde que recibió la noticia de la media beca en la Universidad Estatal saltó literalmente del suelo en un arrebato de felicidad. Lorena celebró mucho más que la propia Alicia.

En la tarde cuando Alicia había caminado toda la universidad sin destino alguno, pasó por su mente revisar la bandeja de entrada de su correo electrónico. Algo poco habitual en ella, porque prefería detenerse a leer los afiches que colocaban los estudiantes y profesores en los murales informativos para exponerse y esperar que algún suceso romántico le ocurriera, antes que revisar la bandeja de correos.

Cuando ella leyó el asunto Advertencia de cancelación de beca, su temperatura corporal descendió y un frío sudor bajó por su cienes. Los maestros se habían quejado de sus irregularidades en la orientación de la universidad.

Estimada Alicia Gómez, nos dirigimos a usted por esta vía para advertirle del mal desempeño que ha estado usted teniendo en los últimos periodos universitarios. Debido a que usted es una beneficiaria del sistema nacional de becas, conoce usted en sobrados detalles sus responsabilidades con respecto a ello. Como estudiante sabe que si está atravesando alguna dificultad en la dirección de orientación podríamos suplirle de alguna ayuda, pero revisando nuestros registros usted no ha presentado ante nosotros ninguna actividad inusual… Por lo tanto, si su promedio sigue en bajada, la beca parcial del 50% de sus gastos estudiantiles le será retirada.

Alicia no tenía opción, debía de estar al día en las materias lo más pronto posible. La forma más rápida era preguntar por los grupos de Whatsapp, pero ella sabía de sobra que no sería tan fácil. Antes había hecho unas preguntas a un grupo de compañeros de materia y la habían ignorado épicamente. Había presenciado también lo crueles que podían ser los unos con los otros cuando en una ocasión una chica de Embriología había pedido ayuda con una maqueta. Había estado teniendo unos problemas familiares que no quiso exponer por privacidad, pero no fué suficiente como para ablandarles el corazón. El trabajo era en efecto, muy complejo y eso resultó en una cascada de opiniones y críticas de todos los compañeros de clases ofendidos por la solicitud de la chica: “La universidad no es para todas las personas y todos deberíamos saberlo antes de hacer el ingreso, perder dinero y tiempo en nada” “cada quien haga lo que deba de hacer y no moleste el proceso de los demás. Y si se siente ofendido no es mi problema" "yo podría ayudarte pero primero te paso mi cuenta de pay pal por DM” “deberías saber que tus irresponsabilidades son solo tuyas. Tenías el tiempo, pero te faltó la determinación”. Ciertamente, los estudiantes de medicina podían ser pedantes hasta sin tener las intenciones de serlo, pero en esas crueles palabras residían chispazos de verdad que Alicia no quería ver.



#12702 en Novela romántica
#2710 en Thriller
#1080 en Suspenso

En el texto hay: amor, amor toxico, amor adolescente

Editado: 18.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.