Ally y Sally

IX. El vino si emborracha

Me muevo de lado a lado en la cama buscando una posición en la que me sienta cómoda y no encuentro ninguna. Quito la cobija de mis pies, tiro la almohada al piso esperando liberar la tensión de mi espalda.

—Me molesta que te muevas tanto. —Paso la palma de mi mano por mis ojos.

Lina. «Ahora menos podré dormir» digo con las cobijas alrededor de mi cara.

—Claro que no. Nadie duerme a esta hora. —Me quito un parte de las cobijas y veo el reloj que está arriba de la puerta, 7:30 pm. —Ni los niños se duermen tan temprano.

—Yo sí, me duele la espalda y quiero descansar así sea viendo las paredes de mi habitación.

—Lo siento por ti, vamos a salir. —Me hala las cobijas y me tira la almohada que estaba en el piso a la cara. —A las 8 debes estar lista.

—¿Si sabes que puedo dormir sin cobijas, no?

—¿Aja, así podré echarte agua helada con mayor facilidad?

—Bien, como digas, pero solo me lavaré la cara y los dientes. —Tomo el jabón que tengo en mi mesita de noche y me levanto con él hacia el baño. —¿Por cierto a donde vamos?

—Digamos que es una cita.

—¿Y la cita es conmigo o porque tengo que estar?

—Tú arréglate y ya. Confía en mí.

Decido no hacer más preguntas, si sigo insistiendo solo perderé mi tiempo con las respuestas vagas que me dé Lina.

—Que tal me veo. —Escucho a Lina gritar mientras está frente al espejo del closet.

—Te ves bien. Ya estamos lista para nuestra primera cita.

Me voltea a ver para escanearme de pies a cabeza.

—La cita no es contigo y en ese caso sería la segunda.

—La otra vez tú te hiciste ilusiones sola, no era mi intención que pensaras que fue una cita, solo quería conocerte y ver si podíamos ser amigas, ya sabia que no eras mi tipo.

—¿Y qué más? Por cierto, soy el tipo de cualquier persona. —Me lanza mi bolso a la cama. —Rápido que Sally está esperando abajo.

—¿Sally? No se supone que es una cita, no creo que ella sea mi tipo.

—Nunca dije que ibas a tener una cita, la cita es con un chico que conocí hace una semana que me llevaste al parque. No me da buena espina, pero igual tú sabes pelear y esas cosas.

—Ah claro, yo tengo que cuidarte a ti y ahora a Sally.

—No digas eso, Sally me cae bien, mejor de lo que pensaba.

—Solo porque hace días tenían un complot contra mí.

—Puede ser, pero saca el lado positivo, tendrás 50% de descuento porque soy amiga de la dueña.

Llego a la sala primero que Lina, que a último momento se quiso cambiar el peinado que ya tenía.

—Porque te prestaste para esto. Ahora Lina te corromperá para hacer lo que ella quiera.

—Solo es una salida de chicas.

—Eso te dijo. —Muevo mi cabeza de lado a lado. —Mejor estaría una salida de chicas que ser sus chaperonas en su cita.

Veo como se queda recalculando lo que le acabo de decir mientras se agacha a acariciar a mi perro.

—Eres su amiga, y si te lo pidió fue por algo. Ya vine hasta aquí y no voy a perder mi tiempo que pude usar para estar escuchando música o leyendo.

—Esa autoridad deberías usarla la próxima vez que Lina te pida algo.

Nos montamos en el carro de Lina, o bueno, el carro que casualmente encontró abandonado hace unos meses.

—Disfruten de la noche. —Señala las mesas que están cerca de las ventanas, las que tiene mejor vista hacia las montañas y la luna. —Estaré por allá, él me invita y yo las invito a ustedes, solo no se excedan.

—Si nos excedemos es bajo tu responsabilidad. —Sally le da unas palmadas en la espalada y la empuja dentro del restaurante. —¿Bueno, ahora que hacemos?

—Lo que se hace en los restaurantes. Veamos si tiene un bar, una barra o algo así.

—¿Eso es lo que haces cuando llegas a un restaurante? Se supone que son para comer.

—Y también para beber. —Giro mi cabeza hacia las escaleras y visualizo el estante con vinos arriba. —Subamos antes que Lina nos vea y me regañe.

Nos sentamos en los Pubs frente a los estantes con vinos y solo vinos. Ni siquiera champaña, vino, ¡Ugh!

—¿Qué van a tomar? —Pregunta un chico con un sacacorchos en la mano.

—No sé. —Respondo mirando a algún color de vino que se vea apetitoso, todos se ven iguales. —Que me sugieres tú, que te gusta.

El chico se dirige a los vinos y se agacha para tomar uno de los que están en la parte inferior.

—Este. —Agarra la botella y desliza su mano mientras la acomoda frente a nosotras. —Es un vino tinto, Merlot 10 años. Contiene esencia de cereza, ciruelas y algunas especies. Perfecto para ustedes.

—No sé de vinos pero entre más viejo mejor, ¿no?. —Acerco la copa a él. —Veamos si tienes buenos gustos.

Sally está renegando desde su asiento.

—Vamos, un poco de vino no te hará daño, además ni emborracha.

—De hecho si me hace daño, digamos que soy alérgica.

—En ese caso debes tener pastillas o algo para controlarlo ¿cierto?

—Sí, pero-

—Pero nada, si tienes como controlarlo una copa no te matará

Es bueno saber que si le pasa algo es bajo su responsabilidad, tampoco es como que una alergia sea algo tan grave.

—Hubieras invitado a ese amigo tuyo.

—No, no y menos si hubiera sabido que iba a haber alcohol. Él y el alcohol no se llevan para nada bien.

—Todos los que conozco son muy buenos amigos del alcohol, ahora resulta que 2 son alérgicos.

Agarra su copa y se bebe en un solo sorbo el líquido que tenía adentro.

—Para no haber tomado nunca no lo hace mal.



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En el texto hay: chicaxchica, romance, lesbian

Editado: 08.04.2023

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