Liam observó la pantalla de su celular, una y otra vez, leyó el mismo mensaje, intentando descifrar el significado de esas palabras, mientras esperaba que todos sus compañeros de clan llegaran a la cabaña de Hunter.
Siete días.
Sin información, sin pistas, sólo tres palabras en un mensaje de dudosa fuente.
"Cubo de Kreiger"
El mensaje en sí, provenia del número de Luke, pero el puma en un llamado le había dicho que el número de origen era desconocido, y estaba seguro que ellos lo habían enviado.
Liam quería creerlo, pero también necesitaba pruebas que lo confirmaran.
―Estoy segura que son ellos.
Shelly apareció desde la cocina, cargaba una bandeja de galletas de chocolate que Alexei estaba preparando.
―Son alfas, sabía que hallarían la forma de comunicarse.
Ella se sentó en el apoya brazos de su sillón, rodeó su espalda con un brazo y acarició su hombro con su mano, Liam se relajó en su contacto, dejando que parte de su tensión se diluyera por ella, por su pareja.
Aiden y Riley llegaron junto a Kaylee y Jason. Uno por uno, fueron llegando. La cabaña pasó de estar en silencio a zumbar con leves murmullos, saludos y risas algo tensas.
Todo su clan, estaba reunido.
Y Liam era su líder.
Aunque por fuera se mostrara calmo, por dentro bullía con inquietud y preocupación. Era la primera vez que convocaba una reunión de clan sin Aria. Su ausencia era imposible de no notar. Ella era el corazón que hacía funcionar todo, sin Aria no era nada, solo una veintena de cambiantes sin rumbo a seguir.
Pero, pensó mientras los últimos terminaban de acomodarse, él ocupaba el puesto de alfa, y hasta que la encontrara, le haría honor a su cargo.
―Luke cree que tenemos una pista ―dijo con voz fuerte, todos quedaron en silencio, escuchándolo con atención, tal y como escuchaban a Aria―. Le han enviado un mensaje de un número desconocido, está confiado en que son ellos.
― ¿Cuál es el mensaje? ―preguntó Alexei desde la cocina.
―Cubo de Kreiger ―respondió mirando a cada uno.
― ¿Cubo de qué? ―preguntó Aiden.
―Kreiger.
Tarah apareció con otra bandeja de galletas, la dejó sobre la mesita de café y se sentó en el regazo de Hunter.
―Hans Kreiger ―ella le dijo a Liam―. Es un importante empresario, arquitecto y constructor, conocido por haber hecho el Cubo de Kreiger.
―Ve al grano linda ―le instó Hunter― ¿Qué es? ¿Para qué sirve?
―Es un cubo gigante, de veinte metros de alto, veinte metros de ancho y casi una hectárea de largo, hecho de fibra de vidrio, fibra de carbono, acrílico y metal, no es un cubo en el sentido estricto de la palabra y nadie sabe para qué es.
―Entonces estamos en cero ―agregó Ryan.
―Es nuestra única pista.
― ¿De verdad lo crees Liam? ―Kevin preguntó―. Tal vez sea uno de esos mensajes que llegan cuando las personas se confunden de número.
Liam fijó su atención en el hombre de cabello negro, piel morena y ojos verdes, él y otros cuatro llegaron al clan hacía muy poco tiempo, seis meses. Y de igual forma, parecía que Kevin no podía amoldarse a la jerarquía del clan, era hostil con quien fuera a excepción de Aria y Jane.
―Confío en el instinto de Luke ―afirmó con la tensión en su voz―. La desaparición de Aria y Sean debe estar vinculada a Hans Kreiger.
―Ni siquiera es uno de los nuestros como para confiar en él ―Kevin respondió con desdén―. Si lo fuera debería estar aquí.
Ante esa crítica hostil, una mujer de cabello rojizo y ojos grises miró a Kevin a los ojos, Kaylee era compañera de Luke, estaba emparejada con él, eso significaba que estaba dispuesta a defenderlo con garras y dientes.
―Es parte del clan ―ella dijo―. Desde antes que tú llegaras, ha peleado lado a lado contra el clan Red Fire ¿O lo has olvidado?
Liam jamás olvidaría esa pelea, el clan Red Fire liderado por la difunta Sofía Blackwell había secuestrado a tres niños del clan de lobos Moon Fighters y matado a otros. Para evitar que Sofía intentara internarse en su territorio con todo la fuerza de su clan, Aria decidió ir y enfrentarla en el valle que los leopardos habían ocupado de manera clandestina.
Afortunadamente salieron casi ilesos del enfrentamiento, Sofía y el clan de leopardos ya no eran un problema.
Pero, al conseguir la victoria, perdieron a dos de los suyos.
Hasta la desaparición de Aria, todo había quedado en una relativa calma, parecía que todo se encaminaba a una vida de paz y prosperidad, el tipo de vida que Liam esperaba con ansias.
Ya no quería problemas.
―Si es parte del clan como tú dices ―la dura voz de Kevin lo trajo de vuelta a la realidad― ¿Por qué no está aquí?
―Porque ahora es un alfa ―intervino Liam―. Tiene que cargar con el peso de liderar al clan White Claws.
―Y tú te has tomado muy en serio tu nuevo puesto ―respondió con sarcasmo.
― ¡Cierra el pico! ―Exclamó Hunter―. Si Aria estuviera aquí jamás permitiría tal muestra de insolencia.
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Editado: 23.02.2019