Almas: Animarum

Traición

AARÓN

 

 

_ ¡No está! –Aparece Brian de repente sobresaltándome-

Llevaba todo el día desaparecido pero a nadie pareció preocuparle más que a mí, y cuando me preocupo cocino, para ahora no tendríamos que preocuparnos por la comida en un tiempo.

_ ¿Quién no está? –Inquiero guardándome el resto de preguntas, él está aquí ahora, así que no importa-

_ ¡Ángel! ¿¡Quién más?! –Responde al tiempo que comienza a pasearse por el lugar-

La pequeña cabaña consta de una habitación y un salón donde cocinamos y comemos, está claro que cuando Kane la construyó no tenía pensado compartirla con nadie, aunque resulta un poco incómodo para cinco personas adultas, me gusta, es acogedor, como un hogar.

_ ¿Y quién es Ángel? –Mantengo el tono calmo mientras intento entender de qué habla-

_ ¡El muchacho! ¡El ultimo elegido de Zero! –Responde perdiendo la paciencia-

_ ¿Estaba aquí? -¿Cómo pude no darme cuenta de eso?- ¿Cuándo?

_ Vino conmigo. –Respira profundo para calmarse y se dispone a explicarme todo- Seguí a Ceylán hasta el palacio. -Debí adivinarlo, es algo que él haría, pero no calma el malestar que saberlo me provoca, muchas cosas podrían haberle pasado estando allí sólo- Y cuando llegue allí estaba Zero con él, Ángel.

_ Y pensó que sería más seguro para él estar con nosotros. –Conjeturo terminando en su lugar-

_ Así es. –Confirma- Pero ahora no está, lo busqué por todos lados excepto el bosque.

No es bueno perderse por aquí, demasiados espectros, estando tan cerca de sus tierras el número es mayor y son más violentos también.

_ Es poco más que un niño Aarón. –Murmura lamentándose- Es mi responsabilidad cuidar de él y lo perdí antes de un día ¿Qué dice eso de mí?

_ Que no eres perfecto. –Respondo con seguridad- igual que todos nosotros, y si crees que está en los bosques hay que buscarlo entre todos. –Afirmo-

Con un asentimiento tembloroso nos disponemos a reunirnos con los demás y partir en su busca. Al pasar junto a él le doy un suave apretón en el hombro, siempre se presiona demasiado, sin importar lo que digamos, Brian siempre se preocupa por los que le importan, me siento afortunado de pertenecer a ese pequeño grupo.

No es muy difícil encontrar a los demás, el patio no es muy grande antes de que los bosques comiencen. Tras una breve charla acordamos separarnos, mientras que nosotros poseemos una piedra para deshacernos de los espectros Kane y Priy deben valerse de sus habilidades, por lo que Elio va junto a Priy y Brian con Kane, la idea es que mientras ellos buscan yo permanezca en la cabaña por si aparece, pero en cuanto desaparecen de mi vista me adentro también en el bosque. Sé protegerme tan bien como cualquiera de ellos, aunque si tengo que elegir entre pelear o cocinar, siempre escojo la comida, soy pacifista, lo que es extraño en un soldado, pero hay muchas formas de proteger a los que me importan sin la necesidad de pelear.

El bosque esta igual que cualquier otra noche, lúgubremente silencioso, no es de extrañar que los espectros lo prefirieran. De niño solía fantasear con la idea de que sería capaz de detenerlos a todos, no asesinándolos, sino sanándolos, creía que lo que volvía a las personas espectros era una enfermedad, por eso entre en la milicia, fue el mejor día de mi vida cuando descubrimos las piedras, ahora todas mis ilusiones de pequeño se cumplirían, pero el rey no estuvo de acuerdo y nos acusó de traición, no fue un gran sacrificio tener que abandonar todo lo que conocía junto a Elio y Brian, las dos únicas personas que entonces consideraba mi familia. Cuando la forma en que los veía se volvió más sentimental estuve muy asustado, eso fue hasta que Zero llego, como mi propio milagro personal dijo que sentirme de esta forma está bien y que además abría otros por los que me sentiría igual, en un parpadeo había ganado una gran familia, ahora solamente tendría que mantenerlos a salvo, lo demás llegaría con el tiempo ya que es más que obvio la atracción que existe entre todos nosotros, no podría sentirme más feliz en este momento.

Llevaba un rato caminando en la oscuridad cuando un sonido llama mi atención, tratando de mantenerme oculto me acerco lentamente al origen, unos metros frente a mí esta un joven, poco más que un niño, junto a tres soldados de la guardia del rey que no parecen ser sus amigos.

_ ¿Qué haces aquí ciervo? –Interroga bruscamente uno de ellos- Tu lugar es el castillo.

Al acercarse el joven retrocede un paso, pero no lo suficiente para evitar que lo sujete del brazo con rudeza y lo sacuda con exigencia.

_ Un momento. –Interviene otro de ellos- Me resultas familiar… -Alega con tono pensativo- Eres Ángel el niño que acogió Sandra, llevo un rato buscándote muchacho. –Así que él es Ángel. El suave temblor de sus hombros demuestra el terror que está sintiendo, pero aunque puedo protegerme de los espectros, esto es diferente- Su majestad está muy interesado en ti.

Un suave gemido resuena en el silencio que sigue a esa declaración.

_ No te preocupes, al menos por ahora no es necesario que hables con él. –Habla el mismo soldado con una sonrisa cruel- No si cumples con su mandato. –Desde mi posición el estremecimiento que recorre su cuerpo es más que claro- Te quedaras y averiguaras todo de ellos, la próxima vez que nos veamos me lo dirás, para entonces nuestro rey habrá decidido que hacer contigo… serás un buen ciervo y obedecerás, ¿Verdad?



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En el texto hay: hxh haren

Editado: 08.04.2020

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