Las lágrimas de Eva comenzaban a correr por sus mejillas. Había quedado sin palabras, no podía creer lo que estaba escuchando. No podía creer que ese sueño tan horrible que había tenido hace tan solo un momento atrás se había convertido en una realidad.
Héctor:
--No llores cariño. No quiero lastimarte, solo quiero ser feliz.
Eva:
--¿Y acaso no lo eres conmigo papá?
Héctor:
--Pero que pregunta es esa Eva? Claro que soy feliz contigo. Tu eres mi hija, lo más valioso e importante que tengo en la vida y eso nada ni nadie lo cambiara.
--Me he enamorado Eva y quiero que Raquel sea mi compañera del resto de lo que me quede de vida.
Eva:
--Es que no me lo puedo creer papá. No puedo creer que hayas olvidado a mi madre.
La muerte de su madre era algo que Eva nunca había podido superar. Le hacía tanta falta, la echaba tanto de menos que esta noticia que le estaba dando su padre le dolía mucho.
Héctor:
--Eva no vuelvas a decir eso. Yo nunca olvidare a tu madre, ella fue y será siempre el gran amor de mi vida.
--Tu madre vivirá siempre en mi corazón pero tienes que entender que ya han pasado diez años de que no está físicamente con nosotros.
--Es muy duro para mí también. Todos estos años he sufrido mucho sin ella y pensaba que nunca más volvería a enamorarme pero sucedió. No es algo que elegí, paso y te pido perdón por eso pero creo que me merezco ser feliz.
Eva:
--Perdona papá pero es que no puedo ni quiero aceptarlo.
Eva estaba totalmente negada a la idea de tener una madrastra. No se imaginaba compartiendo la vida con una mujer que no fuera su madre.
Héctor:
--Pues tendréis que aceptarlo cariño porque hoy mismo Raquel y su hijo Iván vendrán a vivir con nosotros a vuestra casa. Y lo mejor sería que os llevéis bien y así poder tener una buena convivencia.
Eva:
--¿Qué esto es una broma verdad papá?
Héctor:
--Que no Eva no es ninguna broma, te estoy hablando muy en serio.
Eva:
--¿Me estáis diciendo que no solo tendré una madrasta sino que también un hermastro?
--Es que joder papá, tu de verdad no me puedes estar haciendo esto y justo un día antes de mi cumpleaños. Me lo has arruinado antes que empezara.
La angustia de Eva era cada vez más grande. Mientras que su padre Hector se veía muy feliz a ella se le estaba viniendo el mundo abajo. No quería ni estaba preparada para formar una nueva familia.
Héctor:
--Cariño ya eres grande y creo que tienes que entenderlo. Yo no pretendo arruinarte nada ni mucho menos lastimarte. Solo quiero compartir mi felicidad contigo y que puedas acompañarme en este nuevo camino.
--Además Iván tiene tu misma edad, creo que os llevarais muy bien. Aun no lo conozco personalmente pero por la forma en que Raquel habla del parece ser un chico muy guay.
Eva:
--Que no papá. Que no me interesa conocerle ni mucho menos quererle. Ni a él ni a Raquel.
Héctor:
--Está bien cariño. No te obligare a quererles aunque creo que con el tiempo lo acabarais haciendo pero si te pido que los respetéis. Ahora seremos una familia y tendréis que aprender a vivir con eso.
Héctor se despidió de Eva dándole un beso en su frente. Eva bajo su mirada y no dijo ni una sola palabra. Subió a su cuarto y allí paso casi todo el día llorando, asimilando que toda su vida acababa de cambiar.
Editado: 24.07.2023