Narra Rose
Mierda.
Hoy me levante con el pie izquierdo.
Término de bajar de mi cama y como puedo voy directo al baño. Estoy comenzando a odiar vomitar.
Me ducho y lavo mi cabello, al terminar la ducha lavo mis dientes.
Opto por usar:
Y dejo mi cabello riso caer, me maquilló ligero y elijo unos zapatos altos negros, y salgo de la habitación.
Me sorprendo al ver a Michael en la cocina, haciendo el desayuno, no tiene camisa y deja a la vista sus hermosos tatuajes. Al notar mi presencia se voltea pero no dice nada.
Tomo una manzana de la barra bajo su atenta mirada y el frunce el ceño, trato de salir de la cocina pero su voz me detiene.
—¿No vas a desayunar? — me pregunta suave, pero aun con el ceño fruncido.
— Si. — dije para no hacerlo sentir mal, me hizo el desayuno señoras y señores.
Me sirve unos deliciosos panqueques con mermelada, fruta y jugo de naranja.
Comí todo lo que me sirvió, y aunque fue simple sabia muy bien. Me levante del taburete de la cocina y me maree y creí que lo peor, pero los fuertes brazos de Michael evitaron mi caída. No me había percatado de nuestra cercanía, Michael se acercó mas y cuando íbamos a besarnos, una voz chillona e insoportable nos interrumpió.
Salí corriendo de la cocina lo más rápido que pude, no se quien era esa puta pero me molesta.
Pero lo mas importante es:
¿Porque puñetera mierda me molesta?
Salgo de esa como alma que lleva el diablo. Estoy enojada conmigo misma.
Busco las llaves de mi casa en mi bolso que por suerte traje y verifico si tengo dinero, al ver que es así, para un taxi.
El taxista me lleva a mi antigua casa y yo voy directo al aparcamiento tomar mi moto.
Salgo a la velocidad máxima de ni casa y me incorporó en la carretera.
Al llegar a mi destino, el jefe, Rom me recibe con un abrazo.
— Moustrito, viniste — me dijo Rom.
— ¡Oh no es un robot de mi misma! — ruedo los ojos. — Vengó a correr.
— ¡Ni siquiera embarazada te calmas! Rose no puedo permitir....— lo interrumpi.
— ¡Correré y punto! ¡No me hagas enojar mas de lo que estoy! ¿Cuantos tengo que dar?
— Veinticinco — le entrego el dinero y salgo a la pista donde están todos. Los chicos me saludan al igual que al bebe.
Rom y Rodrigo, son los primeros en correr. Rodrigo es de la banda contraria, es bueno pero Rom es mejor.
Cuando Rom gana la carrera, se que es mi turno y tengo que ganar. Los chicos me dan suerte y me abrazan otra vez.
— Chiquita — Rom se acerca cuando todos se van. — Si tienes que bajar la velocidad, haz lo, cuiden se ambos. — me da un beso en la frente y me ayuda a poner el casco.
La chica interior baja la bandera y arrancó a toda velocidad.
Al llegar a la segunda curva, son tres, el chico me pasa y yo decido dejarlo.
Después de dejar que el chico salga del nido, pongo la velocidad máxima dejándolo atrás.
1. 2. 3.
Gane la carrera.
Todos los chicos correr hacia mi y me abrazan, Rodrigo, el del equipo contrario me entrega el dinero con una sonrisa, pero mi sonrisa no dura mucho llega la policía y todos se tensan. Le entrego el dinero a Richart la mano derecha de Rom. Rom les hace seña a todos de que se vallan y ellos dudosos lo hacen.
Los policías nos llevan a la patrulla y lo tengo todo claro.
¡Estoy jodida!