Capitulo 7

Mi ser en este momento es un limbo de emociones, la dualidad de pensamientos y sentimientos que no puedo controlar me agobian, mi alma lo anhela, más mi cabeza rehúye a la idea. No se si podre con tanta responsabilidad, pero ahora que lo conocí tampoco puedo estar sin él.

Tenía todo organizado en mi vida, pero ahora todo se hizo añicos, justo por esto no me gustan los cambios tan repentinos.

Lo he pensado mucho, más de lo que debería, pero mi cerebro sigue esquivando la idea, no logró asimilar toda la responsabilidad que eso conlleva, yo no sería una buena Luna.
No puedo ni guiarme a mi misma ¿Cómo voy guiar a una manada completa? Me tomará mucho trabajo trabajar en mí para ser la representante de Aarush, aunque seguramente Duman me ayudará y lo hará menos pesado.

Duman es mi mate, sonrió al pensarlo y recordar lo que pasó, todo fue tan loco.

¿Cómo pasó todo esto?

¿En que momento llegue a esto?

Abrazo con fuerza la almohada sonriendo, quien diría que este día sería tan raro, no pensé encontrar a mi pareja en esta manada y mucho menos que fuera el Alpha. Seguramente él también se encuentra confundido, después de todo tampoco se esperaba encontrarme, quizá por eso me dijo que no le dijera a nadie, porque necesita tiempo para pensar.

Y sin ser consciente de mi emoción y pánico a la vez, con muchas emociones en mi ser, pero con una sonrisa sobre mis labios me quedo dormida.
Al despertar lo primero que escucho son pequeñas piedras rebotando sobre mi ventana, creando un ruido constante, me levanto con curiosidad y hago a un lado las cortinas para poder observar lo que causa dicho ruido.

Me sorprendo bastante cuando veo a Duman a través del cristal, el se encuentra muy concentrado buscando más piedras a su alrededor, me quedó allí observándolo; desde aquí arriba se ve muy pequeño, él se voltea dispuesto a seguir con su labor.

Si llega a quebrar esta ventana mi papá va a matarlo, sin importar que sea el futuro Alpha.

Al verme, sonríe y hace una señal para que baje, dudo un poco antes de asentir y apresurarme a colocarme los zapatos, bajo con las escaleras con rapidez.

Estoy nerviosa, no se que hacer aquí, pensé que todo lo que teníamos que decir lo habíamos hablado hace rato, pero al parecer no.

Aunque, la verdad, no hablamos mucho,  los dos estábamos muy nerviosos.

¿Y si se arrepintió? Lo entendería perfectamente si lo hace.

Al bajar me encuentro con algunos de mis hermanos, pero los esquivo y me apresuró a salir antes que me pongan a hacer algo. Al salir por la puerta trasera  camino un poco más hasta encontrarlo sentado sobre el césped observando hacia mí ventana y luego hacia mí con una pequeña sonrisa formada en su rostro.

—Hola —murmuró al llegar, no entiendo porque, pero me pongo muy nerviosa al estar cerca de él.

—Hola —responde con una sonrisa —Lamento venir sin avisar, vine porque olvidé pedir tu número de teléfono y... —hace una pausa para observarme y luego negar de forma casi imperceptible — bueno, la verdad estoy aquí porque no dejaba de pensar en ti y si habías llegado bien —responde rascándose el cuello y volteando hacia hacia otro lado avergonzado.

Mi corazón rebota en su lugar varias veces, mientras me quedo estática en mi lugar sin saber que decir.

—Pues aquí estoy —murmuró para luego cerrar los ojos con fuerza por mi estúpida respuesta —bien —añado en un intento de arreglar lo que dije.

Obviamente estoy aquí, si no estaría en otro lado.

—Si —responde divertido —anota tu número —agrega dándome su teléfono, lo tomó con la mano temblorosa.

Vamos Alysa, solo tienes que anotar tu número de teléfono, ni que estuvieras firmando tu testamento.

¿Cuál testamento? Si no tengo nada, bueno podría dejarle mi celular a Adara.

Anoto ni número y le devuelvo el celular con una sonrisa nerviosa, al contrario de mí, Duman se ve muy cómodo con mi compañía; se sienta sobre el suelo y apoya la espalda sobre un árbol mientras reclina la cabeza para observar el cielo, seguramente él ya haya asimilado esto de haber encontrado la pareja destinada.

—¿Te sorprendió? —cuestionó tomando asiento un poco alejada de él.

—¿Qué? —cuestiona sin dejar de observar el cielo.

—Qué yo sea tú mate —completo observando atentamente cada uno de sus movimientos esperando cualquier acción que me demuestre si esta desacuerdo.

El se acomoda y se lleva la mano a la nariz para luego negar con una sonrisa.

—O sea si estaba sorprendido, pero no decepcionado, no esperaba a nadie en específico así que no podría molestarme que fueras tú, de hecho estoy feliz que así sea —comenta levantándose y acercándose a mí, para luego sentarse a mi lado —estaba un poco desorientado cuando sentía que tú olor se movia alejándose de mí —comenta riendo.

Sonrió divertida y avergonzada a la vez,  no entiendo por qué reaccioné de esa forma, pero me da risa acordarme.

—Estoy asustada porque esto es nuevo para mí, pero también también estoy feliz que seas tú —digo apartando la mirada, él suelta una carcajada y me rodea por los hombros acercándome más a su cuerpo, contengo la respiración, pero sentir su cercanía me relaja.

—No deberías estar asustada, yo estaré siempre para ti ¿Si? —cuestiona tomando mi cara con suavidad, yo asiento observándolo embelesada.

Me recuesto sobre su hombro y me permito disfrutar del momento, de estar solo él y yo.

Nunca entendí realmente el significado de mate, solo pensaba que era una persona con la que estábamos obligados a pasar el resto de nuestras vidas, lo se me hacía muy injusto, pero ahora que lo tengo a mi lado comprendo perfectamente porque las personas anhela tanto a su alma gemela, todos tus miedos se van, y lo único que quieres es permanecer junto a esa persona por la eternidad, donde una vida no es suficiente.

—Ayúdame a ser una buena Luna, por favor —susurro aun con los ojos cerrados, él no responde, solo acaricia mi cabello suavemente dándome la sensación de querer dormir.