Amada amante.

El tiempo se acabó

-¡Ya basta!- grito Camil con la voz mas rasposa-
-Aun no es sufiente para mi- dice Vitali-
-Pensé que había esperanza para una relación entre nosotros, pero creo que ustedes nunca me consideraron su hija- dije enojada y dolorida por tanto cortes que habían hecho en mi-
-No puedo creer que no entiendas ¡Nos casaron por que tu ibas a nacer cuando ninguno de los dos quería que tu nacieras! ¡éramos muy jóvenes dice Carmen!-
-Existen muchas clases de padres y ustedes aún no entran en ninguna clasificación- dije cansada-
-Naciste con nuestra sangre, pero nunca te consideramos nuestra ya que naciste mujer; nunca he querido las niñas y si preguntas ¿por qué si soy una? bueno es sencillo solo me amo a mi- dice Carmen clavando otro cuchillo a mi pierna-
El dolor era ya insoportable y las heridas sangraban tanto que estaba considerando que algún cuchillo había tocado una arteria importante, ya mis fuerzas no eran sufientes para mantenerme consiente y si no me encontraban pronto, posiblemente moriría si es que no estaba muriendo ya.
Vitali se acercó con otro balde de agua con hielo para despertarme, pero ya mis ojos no obedecían y mi cuerpo se estaba volviendo cada vez más pesado.
-Deberias pensar en otra manera de torturarme por que ya no siento dolor- dije en susurro-
-Podemos arreglar eso- dijo Carmen levantándose para volver a subir la palanca de electricidad-
-Malditos desalmados- decía en mi mente- solo por 5 segundos para no freirme y para poder hacerlo por más tiempo-
Estas últimas horas se habían convertido en un infierno gracias a ellos, solo trataba de mantenerme despierta con la esperanza que me encontraran por que si me dejaba morir ahora toda la tortura que había pasado sería en vano.
Al final se fueron y unos llantos afuera de la celda me hicieron levantar la cabeza; esos llantos se convirtieron en gritos y por último en silencio.
-¡Por favor padre Celestial! que no sean mis hijos, que Anthon los cuide bien, que no sean mis hijos- pedia entre susurros-
-No puedo traerlo entero ya que la verdad se me olvidó y lo he hecho pedazos, pero aquí hay un par de trapos y un ojo para que lo confirmes- dijo Vitali-
Tiro parte de la ropa y un ojo azul muy parecido al de mis hijos de 4 años...
-¡No!¡No!¡No!¡No!¡No!¡maledetto!¡maledetto!¡maledetto!¡maledetto!-grite con tantas fuerzas como pude-
-Maldice todo lo que quieras ¡tu eres la peor maldición que pudimos tener!- dijo Carmen trayendo consigo otra ropa y otro ojo azul, pero ella los pasó por mi cara deshaciendo el ojo en mi cuerpo-
Si algo me dolía más era pensar que en serio eran mis hijos los que estaban matando allí afuera y no podía hacer nada por salvarlos.
-¡Que alguien aparezca pronto!- dije por dentro-
En ese momento un guardia los interrumpió de su gozo...
-Señores Ross, parece que nos han encontrado, están rodeando las instalaciones- dijo el hombre que no podía distinguir-
-Vamos a darle la bienvenida entonces- dijo Vitali-
-Lo siento señor pero nosotros nos vamos; se nos a dado la oportunidad de irnos ahora ya que es la Reina Roja quien viene a rescatarla- dijo este yéndose-
-Lindo, muy lindo ¡Parece que tienes gente importante en el bajo mundo! Hacer que la reina de los asecinos venga a buscarte es un gran privilegio- dijo Carmen-
-Tengo una enorme ventaja ya que es mi concuña- dije casi sin fuerzas-
-Entonces estamos entre la familia, no habrá problema con pedirle que se retire y nos deje corregir a nuestra estúpida hija- dijo Carmen-
-Creo que así no funciona Carmen, es mejor huir ahora mismo antes de que ella nos mate- dijo Vitali-
-¡Para que huir!, todo lo que debemos hacer es quedarnos aquí, si nos vamos ahora nos perseguirán y harán más larga nuestra agonía y no quiero morir torturada- dijo Carmen sacando un frasco para ella y otro para el-
-Es veneno, no hará efecto hasta dentro de 15 minutos así que nos dará tiempo sufiente para verla morir a ella-dijo ella destapando el frasco para beberlo todo-
Vitali también hizo lo mismo, pero en ese momento apareció alguien enfrente de ellos.
- Parece que no quisieron gozar de la libertad que les dio su abuelo- dijo la voz de al parecer una mujer-
Ya no podía mantenerme despierta por más tiempo y solo grite lo más fuerte que pude...- ¡Tomaron veneno!- entonces me deje llevar por la oscuridad-
Apenas logré escuchar un grito del que me pareció ser Anthon. Pero mis fuerzas no eran más...
Unos minutos antes...
-¡Es hora de entrar!- dijo ella a sus guardaespaldas-
-Si no se rinde mátenlo- dijo ella- Esto es algo simple así que no hay por qué hacer tanto escándalo-
-Gracias por traerme - dijo Anthon-
-No le digas a Alessandro que te traje yo misma o se enojará, nunca lo he trasladado con mis poderes a ninguna parte-
-Bien, pero no prometo callarlo por mucho tiempo- dijo Anthon sonriendo-
-¿Por que los hermanos siempre tratan de tener algo con que joderle a uno la vida?- dice esta sonriendo-
-¡Es cosa de hermanos! - dice Anthon-
-¡Vamos!¡Vamos!¡Vamos!- dijo ella a los demás y entraron todos-
Se escucharon disparos y gritos en todo el lugar hasta que ella tomó a Anthon y lo llevó en un parpadeo al lugar donde estaba Camil encerrada.
Cuando llegaron todo lo que escucharon de ella fue -¡Tomaron Veneno!-ambos vieron a Camil desplomándose.
Anthon aún estaba en Shock de ver tanta sangre y tantos cuchillos en el cuerpo de Camil, la reina dio un empujón y este reaccionó corriendo a quitarle todo lo que la mantenía atada a la silla donde estaba.
-Yo me encargo de ellos; quítale los que tiene en las piernas, ella también fue envenenada sino se desangra también morirá -dijo la reina llevando consigo a los Ross-
Este sacó con cuidado las dagas que tenía en las piernas, aunque viendo más de cerca también tenía agujas incrustadas, tomo las que pudo y las saco de una lo más rápido que pudo.
Estaba por tomarla en brazos cuando se dio cuenta que estaba semidesnuda asi que se quitó el saco y lo puso encima de su cuerpo y la llevo en brazos afuera del lugar donde lo esperaba un helicóptero.
-No llegarás a tiempo si te vas en eso- dijo la Reina detrás de él-
Los rodeo a ambos y los llevó al hospital en España, luego avisó a Alessando donde se encontraban para que llegasen.
Los médicos se apresuraron a atender a la mujer cuando esta perdía sus signos vitales...
-¡Por favor no mueras!- dijo Anthon tras de la puerta-




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