Narrador omnisciente
Nicolás suspiró ya sabia que su pequeña no tan pequeña mate era un torbellino, cuando tuvo que llegar al extremo de dormir a su alfa para evitar una desgracia era mucho que decir aunque este de por sí no habla mucho, pero al menos cuando estaba cerca de la susodicha este hablaba como loro.
Al parecer dormir su parte alfa no fue suficiente, ya que se la pasaba viajando de un lugar a otro para evitar estar en la manada desde que Amaia empezó con los coqueteos hacia él no pudo volver a estar con una mujer pues su lobo se lo prohibió rotundamente.
Por dos ocasiones llegando a la manada solo con verla su celo se activaba y tenía que salir huyendo a encerarse.
Un día trato de buscar una loba para aliviarse, pero su lobo se comportó igual que Saíd el lobo de su padre cuando su madre no estaba y casi comete homicidio desde ese día se encierra los días necesarios, pero siempre teme que su celo se active y no poder controlar lo que siente al estar cerca de esa mocosa coqueta.
...
— ¿No han visto a Amaia? Siento que algo malo le pasa mi corazón de madre me lo dice —dice Amely dejando a todos preocupados Nicolás sintió por su vínculo de gemelos que algo pasaba y rápido fue donde sentía la esencia de su hermana, sintió desfallecer cuando escucho lo que decía.
{Quiero que busque mi compañera tráela de vuelta, pero a lo de ya} dijo un molesto Rood el cual sentía como trataba de controlarse para no hacer cualquier locura, ya que después de dormir a mi alfa él se volvió débil.
— ¿Cuándo la vieron por última vez? — pregunte tratando de conservar la calma.
— Hace más de una hora, pero su esencia parece haber salido de la manada pues su esencia humana no está en el ambiente — dijo la preocupada madre, ya que sus instintos se bloquearon totalmente, el alfa Derek se alarmó recordando lo sucedido anteriormente en su vida cuando por su estupidez su mate se alejó y pasaron más de 17 años para volverla a ver, temió que su hijo fuera a pasar por algo singular.
— Manden a vigilar las mediaciones de la manada al igual que los límites que dan hacia el bosque — dice alfa Derek con gran preocupación, todos se pusieron hacer su cometido.
Amaia miraba los cuatro hombres bastantes jóvenes a su pensar no pasaban de 25 años quizás si eran lobos tenían más, no estaba segura lo que si sabía es que debía estar atenta pues su mirada no era honesta temía que abusaran de ella o peor aún la mataran.
— Brais, la humana huele a virgen — dijo uno de los chicos la joven humana jadeo con miedo a escuchar lo que los que parecían lobos insinuaban culpa su amor por Nicolás si no hubiera estado pensando en el nada de eso estuviera pasando.
— Claro Zen nos divertiremos yo pido el chiquito — dijo entre risas el lobo que era el líder de esos Rogues.
"Diosito, Diosa Luna mamá Lucia si me escuchan libérenme de esto y prometo olvidarme de ese lobo viejo que solo me ve como una niña y nada más" esa fue la promesa lanzada de la humana cuando dos de los hombres se lanzaron sobre ella, pero sorprendentemente solo escucho un susurro apenas perceptible el cual decía "Todo está bien mi pequeña"
Nicolás corría por el bosque en su forma lobuna una voz le susurraba el camino esa voz parecía a la de Lucia o eso pensaba él, sin importarle nada corrió hacia la dirección pudo sentir la esencia de cuatro lobos y la esencia de Amaia mezclada con miedo, temor y angustia, corrió hasta que sus patas lobunas chocaron con una escena que solo duro unos segundo pues cuando se disponía a atacar a los que sostenían a su mate, pero esta desapareció esfumándose en el aire solo le llego una persona la mente.
{Ilusión!}dijo un feliz lobo hacia su humano.
Nicolás dejó a su lobo al control de los cuatro lobos que ya había trazado su destino desde que decidieron poner sus ojos y manos en lo más preciado para su lobo recibiendo la ayuda de Maxi y Eduardo los cuales estaban muy enojados y luego regresar a saber como estaba su pequeña mate.
Amaia se sorprendió al aparecer en su cama junto a su madre la cual la esperaba con los brazos abiertos.
— Mama tengo miedo dijo entre lágrimas abrazándose aquella loba que desde más de 100 años atrás había soñado con esa pequeña de ojos azules siempre supo que esa niña que sería la que le quitará el mote de reina dado por su gemelo Nicolás.
Sabía que sería la luz de sus ojos al igual que de su esposo sin embargo le confundió mucho la revelación de Lucia y la Diosa Luna diciéndole que esperara a su hija en su habitación no comprendió si Lucia era humana porque era protegida de la Diosa, pero con saber que su niña estaría bien no le importaba nada más, sostuvo el cuerpo tembloroso de la adolescente mientras lloraba hasta quedarse dormida abrazándola, trato de separarla, pero fue en vano esa criatura tenía tanto miedo que no quería sentirse sola.
— Como esta mi princesa — dice Pablo entrando como loco al enterarse de lo sucedido a su niña esta despertó por el estruendo y se lanzó a los brazos del hombre que más amaba en el mundo.
Pablo abrazo su hija la cual desde que la vio nacer la acogió como suya y desde muy pequeña empezó a llamarlo papá aún recuerda las noches desveladas cuando tenía miedo, las raspaduras y los resfríos esa niña era su todo sus hijos habían crecido incluso la mayoría ya tenía nietos incluso biznietos al pesar de verse jóvenes sus padres habían muerto hace mucho al igual que todos sus familiares solo quedaba su hermana y sobrinos, ya que eran como él, mates de lobos o incluso mitad lobos.
Nicolás se dio una ducha rápida y se vistió de forma casual compro unos chocolates para consentir a su humana, una sonrisa se dibujó en su rostro cuando pensó en que ya debería de confesarle a su pequeña mate que son parejas al menos eso la mantendría tranquila hasta que llegara el momento indicado.
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Editado: 27.12.2020