Ámame

10

TAYLOR

Isabel estaba todo el tiempo conmigo, trato de hacerme conversación y en serio traté de poner toda mi atención en ella, pero solo podía pensar en que fue en este mismo hospital en el que perdí a Eddy y a Maya, hace unos meses atrás.

- ¿Hay algo que pueda hacer para distraerte? – me sonrió

- Cuéntame sobre tu y Jack ¿Cómo llevas su estadía aquí? – negó con la cabeza

- No se lo digas, pero lo extraño – suspiro – espero no aburrirte, al principio no quería a Jack cerca de mí, odio la idea de tener a alguien pisándome los talones todo el tiempo, es decir ¿en serio? Creen que soy tan débil como para que necesite un guardaespaldas, mi padre es muy sobreprotector, Jack ha sido el único de mis guardaespaldas que ha podido seguirme el paso, odie que pudiera hacer eso – me reí, Jack podía seguirle el paso gracias a mí, solía perderme todo el tiempo, bueno en realidad solía fugarme de casa por horas y mi padre siempre llamaba a Jack porque creía que estaba con él, y Jack iba a buscarme hasta encontrarme – pero ahora solo quiero poder recordarlo

- Espera ¿lo sabes? – sonrió

- Claro que lo sé, lo escuche el otro día, sé que él y yo nos conocimos antes, cree que no me doy cuenta de que espera que lo recuerde, pero no me ayuda mucho a poder recordarlo, lo quiero, en serio lo quiero, es tan lindo y sé que me quiere muchísimo, creí que no necesitaba a nadie en mi vida, pero tenerlo a él a mi lado, me ha enseñado que hay cosas que son mejores cuando puedes compartirlas con alguien ¿no te pasa lo mismo con él?

- La verdad es que si – sonreí pensando en Adam cocinando conmigo, en la cafetería y en todo el tiempo que henos pasado mucho – Adam es un gran chico y siempre encuentra algo lindo que decirme

- Isy ¿podemos hablar? – Ashley tenía los ojos rojos, al parecer Isabel y Ashley se conocían de antes, Megan vino a sentarse conmigo después de que ellas se fueran a platicar

- Discúlpalas, Ashley vivía en donde vive Isabel, fueron amigas hasta el año pasado cuando Ash tuvo que venir a vivir conmigo – tamborileo los dedos

- ¿Quieres decirme algo? – negó con la cabeza y le sonreí – anda cuéntame

- Es sobre Adam, sobre el día en el que llegue a aquí – Megan me sonrió

- No tienes que contarme si no quieres – le tome la mano para que sintiera que la apoyara

- Quiero hacerlo, solo dame un momento – suspiro y trato de apartar las lágrimas de sus ojos – tenía 15 años cuando llegue a su casa, acababa de pasar por la peor noche de mi vida o al menos creía que eso era lo peor, no lo conocía del todo, apenas y nos hablábamos, pero no sabía a quién más acudir

- ¿Qué hay de Peter? -  negó con la cabeza

- Peter no es mi primo, ni el de Ashley, solo es primo de Adam, nos conocimos en casa de Adam – me sonrió y continuo con su historia – en ese tiempo yo tenía novio, no sabía lo que era una relación toxica hasta que conocí a Iker, él me golpeaba y me trataba como si fuera un objeto solamente – quise hablar y me detuvo – después de que lo encontré en la cama con otra, quise enfrentarlo, pero me golpeo, intento violarme, logre escapar de él y llegue a casa de Adam, él me ayudo, no me dejo sola en ningún momento, Iker vino a buscarme después, pero Adam me había enseñado a defenderme y a creer más en mí, entre él y yo conseguimos la casa, después llego Peter y al final Ashley, Adam es lo que nos mantiene unidos, él cree que no lo sé, pero la señora que me vendió la casa me aseguro que mi primo era el mejor, cuando le pregunte la razón dijo que porque había pagado más de la mitad de la casa y por eso el costo había bajado para mí, porque Adam siempre ha estado cuidándome – hizo una pausa – cuidándonos a todos nosotros, incluso creo que se metió en todos esos problemas para que no tuviéramos que trabajar tanto, pero ahora con la cafetería y la empresa, ya no es necesario que él se preocupe tanto por poner comida en la mesa o asegurarse de pagar las cuentas.

- No sabía todo lo que habías pasado – le restó importancia, pero para mí era un enorme golpe, ¿Cómo podía la chica más segura que conocía haberse sentido un objeto? Me di cuenta de que no los conocía en realidad, quizá trabajaban conmigo quizá me habían dejado entrar a sus vidas y a su familia, pero no me había preocupado por conocerlos realmente.

- Le debo mucho a Adam, supe lo que paso en la fiesta, Adam te ama, no lo creerás tan tonto como para arruinarlo contigo ¿cierto? Ha luchado por años para llamar tu atención – me reí




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