ADAM
Desperté sin Taylor en la cama, me prepare para ir a la escuela, al entrar vi a Taylor tomada de la mano de Jack, ellos ni siquiera me miraban, se abrazaban y se besaban, buscaba a Megan, Ashley y Peter, pero no había rastro de ellos, Isabel llego a mi lado y me beso en los labios, usaba mi chaqueta del equipo, las personas miraban en nuestra dirección, todo mundo nos saludaba, Isabel hablaba sobre una nueva estrategia que quería hablar con su padre.
- Vendrás a comer con mis padres ¿cierto?
- Claro cariño, lo que sea por ti – respondí para ella
- Recuerda que la cena de compromiso es mañana por la tarde – la besaba de nuevo y ella sonreía
- Te amo – escuchaba mi propia voz y ni yo lo creía
- También te amo – sonreía y pasaba una mano por su cabello y ahí en su dedo estaba el anillo de bodas de mi madre, tome su mano y caminamos por el pasillo – Dios mío míralos – Isabel señalaba con su cabeza hacia donde estaban Taylor y Jack, pero de pronto ya no era Isabel, era Alison
Desperté asustado, sudando y molesto, me levante y baje a la cocina por un vaso de agua, Taylor bajo después que yo, se quedó en la puerta de la cocina bostezando, usaba una de mis playeras y empezaba a creer que realmente le gustaba usar mi ropa, tenía un montón de preguntas rondándome la cabeza, pero era de madrugada y ella seguramente estaba tan dormida que ni siquiera iba a poder responderme, me reí de mí mismo, frente a mí, estaba la chica a la que amaba, usando mi ropa, mientras yo me preocupaba por un estúpido sueño, fui hasta ella y la abrace, me abrazo y bostezo
- ¿Tuviste una pesadilla? – pregunto separándose de mi
- No, solo tenía un poco de sed, volvamos arriba – negó con la cabeza
- Mentiroso – entre cerro los ojos – sé cuándo mientes y sé que lo estás haciendo ahora ¿vas a contarme o fingiremos que dices la verdad?
- Soñé que estabas con Jack, que ibas a casarte con él – salió de mi abrazo y me rodeo, busco un vaso y se sirvió un poco de agua, no decía nada, solo me observaba, después de lo que me parecieron horas hablo
- Mírame – la mire y suspiro – te quiero, lo hago, tuve algo con Jack en el pasado y lo sabes, pero justo ahora con quien quiero estar es con el chico que está de pie frente a mí, quiero estar contigo, no desconfíes de mí, por favor – abrí los brazos para ella y me abrazo.
Esteban resulto ser un chico alto, de cabello oscuro y ojos verdes a quien solo se le formaba un hoyuelo al sonreír, parecía tener muchas cosas en común con Taylor, como que le gustaba leer, le gustaba la poesía, era tan parecido a ella y tan diferente al mismo tiempo, incluso habían puesto un pizarrón a un lado de la caja con frases, le sonrío a Taylor en cuanto llegamos a la cafetería, pero su sonrisa se desvaneció cuando me vio de pie a su lado
- Buenos días – lo saludo ella cruzando tras la barra – ¿Cómo va todo hoy?
- De maravilla, Erick estuvo aquí hace un momento, dijo que te llamaría – me aclare la garganta cuando intento besarla en la mejilla
- Supongo que me llamara más tarde, Esteban, Adam, Adam, Esteban – Taylor me sonrío
- Un gusto – extendí mi mano hacia él, dudo en tomarla, pero lo hizo y la presioné fuertemente, quería romperle la mano, pero Taylor estaba de pie a mi lado
- Lo mismo digo – dijo cuando solté su mano – así que tú eres el chico por el que ella lloraba en los rincones de la escuela – Taylor se sonrojo y negó con la cabeza para él
- Supongo que sí, pero ahora estoy aquí para compensar eso con sonrisas – sonrió y me beso en la mejilla, levante una ceja para él
- Yo tengo que irme, mi turno termino – trato de acercarse a ella, pero ella dio un paso atrás quedando medio oculta detrás de mi
Taylor no hablo conmigo el resto de la tarde trató de esquivarme en la cocina y mantenerse ocupada para no tener que mirar en mi dirección, parecía molesta, la atrape mirándome en varias ocasiones y girándose de inmediato cuando la atrapaba, quería hablar con ella y preguntarle qué estaba pasando, pero al mismo tiempo no quería saber la respuesta a esa pregunta, así que vote por dejarlo pasar, me descuide un momento y desapareció por completo en cuanto llegamos a la escuela.
- ¿tú crees que podamos hacerlo? – Esteban estaba recargado a un lado del casillero de Taylor
- Claro que sí, podemos lograr cualquier cosa – ella sonreía y parecía feliz