JAY
Miro mal a Logan desde el otro lado del salón. El idiota está sentado con una estúpida sonrisa burlona desde que me vio entrar a esta casa.
La cual dijiste que no pisarías ni muerto, pero mira aquí estas.
No hay porque recalcar eso.
Lo que si se debe recalcar es que estoy aquí en contra de mi voluntad, ya que como mi querido amigo predijo, mi padre apareció en el departamento y prácticamente me arrastro hasta aquí.
Así que, aquí estoy con mi enorme cara de pocos amigos.
-miren lo que ha traído la vida por acá-se burla Logan apenas llega a mi lado.
-cállate-mascullo de mala gana.
-¿quieres saber a qué hora llega nuestra pequeña Lucia?-pregunta divertido. De verdad no entiendo que le divierte tanto.
Y no quiero saber eso.
Claro que si quie…
¡Que no quiero!
-no-respondo secamente-no me interesa.
-está bien-accede y se queda en silencio con una sonrisa.
Lo odio.
A mí me cae bien.
Tú ni opines.
Ruedo los ojos.
-¿a qué hora?-termino por preguntar y su sonrisa crece.
-¿no que no te interesaba Jay?-contraataca y por mi mirada mortífera sabe que no estoy para sus bromas, así que solo se limita a responder-en media hora, el chofer ya fue a buscarla.
Mierda…
Desde que mi padre me obligo a venir no me había colocado a pensar el cómo sería este reencuentro. Quizás ni siquiera me quiere ver y sé que si su padre me invito es porque algo entre manos se trae. Lo conozco.
-¿aun la amas?-pregunta Logan de repente.
¿Ah?
Lo miro desconcertado antes de aclararme la garganta y responder.
-no, ni siquiera creo haberla llegado a amar.
¡Si claro!
-¿Por qué?-pregunto.
Logan me observa unos segundos antes de suspirar.
-Cuando…-comienza a decir-cuando la veas y no sientas nada, ni siquiera un mal pensamiento abras sabido que solo era un enamoramiento de adolescentes. Pero si la vez y sientes de todo, mi amigo, jamás fue solo un amor de niños porque lo de ustedes fue mucho más que eso-finaliza dejando un remolino en mi cabeza.
Durante estos tres largos años siempre pensé e imagine el cómo sería volver a verla ¿sentiría algo? o ¿me daría igual? Tantas noches preguntándome lo mismo y sin tener una respuesta en concreto. Y ahora que estoy aquí, a tan solo minutos de verla no sé cómo sentirme al respecto y tampoco sé con qué me encontrare. Ella fallo a la promesa y aun no se el por qué…
-ya está aquí-Logan interrumpe el hilo de mis pensamientos y de repente mi corazón comienza a latir con una rapidez increíble.
En todos los escenarios que me imagine volver a verla jamás pensé que con este sería el que me encontraría.
Mierda…
Lucia se encontraba en el lumbral del salón observando a todos los presentes con una sorpresa totalmente fingida, aun no me había visto, me cerciore de sentarme lo más lejos posible. Ella estaba algo… ¿Diferente? Era más que claro que no quedaba nada de la niña que me perseguía para jugar con ella. Había cambiado.
Y demasiado.
Su cabello estaba más largo de lo que lo recordaba y teñido de rubio, su cara estaba más perfilada y sus ojos ya no mostraban la misma inocencia y curiosidad, de hecho se notaban más fríos y sombríos. Ni hablar de su cuerpo el cual también había cambiado.
En el buen sentido.
Muy buen sentido.
Mejor centremos no en otra cosa…
En fin, parecía una Barbie digna de la alta sociedad plástica. Irónico ya que antes lo detestaba.
Lo has dicho antes…
-¡no puedo creer que estés aquí!-el chillido de la voz de Bárbara, su madrastra, me devuelve a la realidad-estas hermosa querida-comenta abrazándola a lo que yo ruedo los ojos sin poder evitarlo.
Claro, nadie noto la falsedad en su voz.
-muchas gracias querida, tú no te quedas atrás-responde Lucia en el mismo tono devolviéndole el abrazo.
Su voz…
Jamás pensé que volvería a escucharla y mierda, como había extrañado su voz
-te presento a mi prometido-comenta abrazando al hombre alto, delgado y bien vestido que está a su lado.
Espera.
¿Prometido?
Giro la mirada hacia Logan, el cual está igual o más desconcertado que yo.
-¿Dijo prometido?-pregunta en voz baja a lo que yo asiento-mierda, pero si tiene apenas dieciocho.