CAPITULO CINCO
ANDREA había tenido pesadillas con su pasado durante casi toda la noche después de esa terrible cena, no era que tuviese miedo de Eloísa sino que la vida misma le había dado una lección grande al no estar preparada ante un enemigo de esa clase. Darse el lujo de bajar la cabeza y no esperar un golpe de parte de su progenitora era volver a ser esa pobre adolescente que sufrió como ninguna otra persona; no dejaría que esa Andrea regresará a su vida, eso nunca.
- Llevas mirando casi por una hora esa pared - La voz de Walter la sacó de sus pensamientos - Di algo, lo que sea Andrea.
- Lo siento, estaba pensando en todo lo que pasará hoy - Suspira llevando el líquido caliente de su taza para dar un trago - Es un día muy importante, todo se ha vuelto muy real.
- Te entiendo, pero puedo ver tus ojeras - Andrea hace una mueca, a veces odiaba que Walter la conociera tanto - ¿Estás bien?
- Sólo dormí poco anoche, me fue muy difícil - soba sus sienes con dolor - Todo esto del testamento, la muerte de papá y ver a mi familia me afectó más de lo que creí.
- Andrea has estado demasiado estresada con todo esto y se que es muy difícil - Aprieta su mano con cariño - Pero piensa que si todo va bien hoy, estarás llegando a casa en Grecia para estar con James.
- Al menos eso me tranquiliza - Sonríe de lado - ¿Averiguaste alguna cosa con Oliver?
- No, nada - Él niega guardando documentos en su maletín - Pero podemos seguir buscando algo.
- Debería ir a darme una ducha y cambiarme - Mira el reloj que marcaba las 7:00 am - Te veo en 45 minutos en el lobby del hotel.
- Sí, yo también iré a alistarme - Walter le sonríe - Todo saldrá bien Andrea, tu padre siempre supo hacer lo correcto.
Con el agua cayendo en su cuerpo intento relajarse y dejar salir todos esos sentimientos que se arremolinaban en su pecho. La muerte de su padre no dejaba de doler y pensar en que en una hora estaría escuchando las últimas instrucciones de éste respecto a su herencia le recordaba que realmente él no volvería con ella a casa.
Tomó su ropa y se cambió lo más rápido que pudo para alcanzar a Walter en la recepción del hotel, nuevamente el chófer los llevaría a la mansión Wagner donde se leería los últimos deseos de Bernardo Wagner. El lobby Walter esperaba con su usual traje para trabajo y salieron enseguida, por fortuna como la noche anterior los paparazzi habían desaparecido y el auto pudo entrar con tranquilidad en la propiedad.
- Me da gusto que estes aquí, bueno los dos - Derek suspira con cansancio - El abogado Montemayor estará pronto aquí, le diré a Edeline que sirva algún aperitivo mientras esperamos.
- Pensé que el abogado de la compañía, el licenciado Alberth lo leería - Su hermano niega - ¿Y quién se supone que lo hará?
- El abogado Alberth dijo que se apellidaba... - Hace el gesto de recordar - Maximiliano Montemayor, representó el caso de la familia Tominson hace un tiempo. Iré a la cocina, vuelvo en un minuto.
- El abogado que tu padre designó para la lectura ¿Lo conoces bien? - Andrea negó ligeramente - Tu padre a veces me daba miedo, no decir nada acerca de algo tan serio me asusta.
- Creo que ni siquiera Eloísa o el resto de la familia lo conocían - Explica pensando en todo ese misterio con la mirada de su hermano al respecto - Creo que papá y él se conocieron hace un tiempo por algunos negocios, para ser joven es un buen abogado.
- Andrea, es una lástima que tengas que regresar a Grecia tan deprisa - Walter se aclara la garganta cuando Eloísa se acercó y este les dio espacio para hablar a ambas - Pero seguro tienes muchas cosas que hacer ahí ¿no?
- Estás ansiosa porque eso suceda ¿Verdad? - Andrea habló lo más bajo posible para que solo ellas escucharan - Para volver a Grecia primero debo asegurarme de que todo lo que papá me heredó esta en regla.
- ¿Crees que haría algo para que no fuese así? - La castaña sonrió negando ante la pregunta, creía a Eloísa capaz de todo para ese punto - Tienes en un bajo concepto a tu madre.
- No tienes derecho a usar esa palabra conmigo Eloísa - Apreto los dientes con disgusto - No después de todo lo que me hiciste pasar.
- Después de tantos años aún me guardas rencor por tu desobediencia - Eloísa sonríe con satisfacción en cada gesto - Si hubieses obedecido a tu madre todo habría estado bien.
- ¿Obediencia? Tú querías que todos te rindieran veneración y quién no lo hacía pagaba el precio - La sangre le herbia con fuerza, el odio que sentía por ella era enorme - Yo no soy igual a ellos y te juro que un día me cobraré todo el daño que me hiciste.
- El abogado está llegando, debemos ir al salón - Marsias se acerca hasta ellas, Andrea hizo lo posible por disimular sus sentimientos pero era obvio que el ambiente a su alrededor ardía - ¿Pasa algo?
- Nada, pasemos al salón - Eloísa camina seguida de Marsias, las palabras de Andrea no iban a quedarse así; algún día se vengaria. En el salón habían sido colocados varios asientos y se cerraron las puertas de cristal para que la lectura fuese privada, un par de minutos después el abogado entró - Un gusto conocerlo abogado Montemayor, permitame presentarme soy Eloísa Wagner.
- Un gusto conocerlos a todos, aunque lamento las circunstancias en que sucede - Era un hombre joven para ser un abogado tan importante, pero Andrea recordaba su rostro entre las noticias del juicio para la familia Tominson - Me llamó Maximiliano Montemayor, yo fui el encargado para leer las últimas instrucciones del señor Bernardo Wagner.
- Por favor tomé asiento - Maximiliano Montemayor obedece al pedido de su hermano Marsias - ¿Podemos ofrecerle algo de beber?
- No hace falta, gracias. Después de esta lectura tengo asuntos de trabajo que terminar. Él señor Wagner deja bastante claro las instrucciones a seguir para sus bienes, como se sabe debido a la muerte de su padre el señor Frederick se decidió que gran parte de esa herencia se dejará a mi cliente tantos años atrás. - Abre su portafolio y saca un folder - Dejando las acciones casi completas de la compañía a él junto a la finca familiar y otras propiedades que su hermano y el señor Domick aquí presente sólo obtuviera un 10% de las acciones.