CAPITULO OCHO
Mudarse en medio de la noche parecía una locura, pero Andrea no podía evitar ser precavida ya que muchas cosas estaban en juego, la propiedad era bastante grande y de gran belleza. Gran jardín y mas de 10 habitaciones con una buena ubicación cercana a la compañía y la mansión Wagner.
Obviamente cambiaría varias cosas del lugar, ya que era bastante anticuado para su gusto y sobre todo, la habitación de James debía ser mejorada para un niño. La pelinegra suspiró sabiendo que debía hablar con su hijo sobre la muerte de su abuelo, Walter tenía razón en que éste era muy listo y lo tomaría lo mejor posible pero no podía evitar preocuparse.
Era su único hijo y todo lo relacionado a él, le preocupaba muchísimo. Por eso debía mantener un perfil medianamente bajo, nadie debía sospechar que era madre sobre todo a partir de la junta del día lunes. Walter observaba el lugar con aceptación en cada esquina.
- A James le gustará este jardín, podríamos traer algunos juegos para el patio de atrás donde pueda jugar un poco ¿No crees? - Andrea asiente en silencio antes de suspirar - ¿Preocupada por James?
- Tengo muchas cosas en la cabeza, es todo - Finalmente bosteza agotada - Deberíamos ir a dormir, mañana será un día más ocupado.
- Tienes razón, vamos - Por fortuna al menos dormirian bien esa noche - Te veo mañana.
La pelinegra camino hasta su habitacion y suspiro al cerrar la puerta. Las cosas en su vida cambiarian mucho solo por la decision que tomo, pero no iba dar marcha atras, eso jamas. Decidida y con confianza acomodo algunas cosas de su maleta en los cajones de su cómoda y se puso la pijama para finalmente quedarse dormida poco después.
- La bebé nació sin vida, señor Wagner - Andrea escuchaba los susurros a pesar de su inconsciencia tras el parto - Estimamos que murió en el séptimo mes, me sorprende que el otro bebé aún se mantuviera con vida todo este tiempo.
- Dios mío - ¿Su bebé llevaba tanto tiempo muerta? Realmente no podía haber pasado todo eso, su hija no..ella No... - ¿Y mi hija está bien?
- A pesar de la fiebre y el parto difícil parece estar bien - Andrea sentía que estaba desmayandose de nuevo - Pero hay un problema....
La respiración de Andrea era agitada, sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas y no pudo evitar sollozar con las manos sobre su boca. Las pesadillas regresaban con fuerza ¿Qué debía hacer para no recordar todo eso? Ella sabía la respuesta, que Eloísa pagará por todo lo que había hecho en el pasado.
Debía ser más fuerte que nunca y resistir como lo había hecho por siete años, por el futuro de su hijo es que todo debía salir bien. Se puso de pie caminando hasta el baño, se arreglo y bajo hasta el comedor de la casa donde Walter daba algunas órdenes a los sirvientes que habían llegado temprano.
- Buen dia, Andrea. La mitad de los empleados han llegado hace un par de horas y se llenó ¿Quieres desayunar? - La pelinegra asintio con una sonrisa de satisfaccion, incluso si Eloisa intentaba espiarla los empleados jamas le dirian nada porque eran muy cercanos a ella como a su padre - Anelise me dijo por mensaje que estan por llegar, no deben tardar más de 25 minutos en auto.
- ¿Llamaste por los juegos del patio? - Su amigo asiente con una sonrisa - Bien, a James le gustará jugar ahí.
- Tambien hable a varios decoradores para redecorar las habitaciones y conseguí muebles de excelente calidad para la mansión - La ama de llaves deja dos platos con el desayuno - Gracias por el desayuno, Calista.
- No agradezcan niños ¿Quieres que se tenga preparado algo para James y Anelise? - Calista era su ama de llaves desde hacía siete años, quién despues de Anelise se encargaba de la seguridad de su hijo y en quien podia confiar muchísimo - Podemos hacer unos waffles griegos como le gustan a ambos.
- Si, seria bueno gracias - Calista se retira y los deja solos - ¿Debería decirle después del desayuno?
- Creo que antes o después no cambia mucho - Walter tenía razón, ella suspira metiendo un poco del desayuno en su boca - Solo se sincera, tu hijo sabra tomarlo bien.
- Tienes razón, solo es que estoy nerviosa - Su amigo asiente, decir a alguien adulto sobre la muerte de un pilar importante en la familia era duro y decirselo a un niño aún más - Su abuelo era alguien que amaba.
- Eso es verdad, hay un auto en la entrada deben ser ellos - Andrea se puso de pie junto a Walter y caminaron hasta la puerta principal. El auto se detuvo frente a escasos metros de ellos y rapídamente Anelise y su hijo estaban ahí - Tardaron menos de lo que pensé.
- Se ve que me extrañaste mucho - Anelise toma de la mano a James y se acercan - Andrea yo...
- Será mejor que vayamos dentro de la casa ¿Sí? - Lo duro comenzaba demasiado deprisa, pero todo saldría bien. Dentro caminaron hasta la sala de estar - ¿Te sientes bien James?
- Tengo mucho sueño, tía - Andrea sonríe asintiendo - Pero tía Annelise dijo que dirías una cosa importante al llegar.
- Sí, es algo muy importante James - Extendió su mano hasta su hijo y ambos fueron hasta el jardín en silencio. El pequeño parecía indecisiso en su mirar lo que la puso en alerta - ¿Te pasa algo James? Se que debo decirte esto ahora pero si te sientes mal...
Era curioso como James no se parecía a nadie en especifico de la familia Wagner, eso había logrado hacer que Andrea fuese ante los que llegaban a conocerlos como la "tía" del único hijo de Anelise. Desde pequeño había sido muy inteligente y soñador además de carismatico, por eso lo amaba aún más.
- ¿El abuelo ahora esta con Angela verdad? - Andrea titubeo ante la repentina pregunta pero asintió con mucha dificultad, solo su hijo era capaz de sacar su lado más sensible - Una vez dijiste que mi hermana nos cuidaba desde del cielo ¿El abuelo hará lo mismo que ella?