Prólogo

Jerry

¡Es lunes! Si ya lo se... para muchos este día es un fastidio, es claro que la mayoría lo odia pero ese no es obviamente mi caso, pues al contrario la mayoría me encanta este día porque puedo pasar muchísimo tiempo con mi novia Layla es una chica muy hermosa de la que he estado enamorado por mucho tiempo y que estoy muy feliz de que haya aceptado ser mi novia.

Y sí, sé muy bien que ella tiene sentimientos por alguien más pero estoy seguro que eso va a cambiar... cada día está comenzando a quererme más y que ella olvide a ese chico será solo cuestión de tiempo y por supuesto seré el que esté ahí junto a ella para cuando eso pase.

—Jerry baja a desayunar se te va hacer tarde. —grita desde abajo Mari.

—Ya voy Mari...

Guardo todo en mi mochila, incluida la linda rosa que compré ayer para Layla, espero que esto le saque una pequeña sonrisa y le haga muy feliz.
Bajo muy animado las escaleras y voy a la cocina.

Termino de desayunar y me dirijo a la escuela en el coche mi mejor amigo Sean que acaba de pasar por mi para así irnos juntos a la preparatoria, ambos tenemos dieciséis años de edad igual que Layla, pero yo aún no he sacado mi licencia por lo que viajar con Sean es por ahora mi única opción, los tres estamos en nuestro último año y luego asistiremos a la universidad pero mientras tanto solo disfrutaremos de nuestro tiempo aca.

—Nunca voy a entender cómo puedes tener ese humor un lunes por la mañana. -expresa Sean y me da una mirada de disgusto.

—Lo estarías si hubiera alguien esperándote.

—Esperándome... —susurra pensativo—. ¿Y dime a ti quien te espera?

Solo le hago una mueca porque se que solo está molestando, él claramente sabe a qué me refiero.

—Vamos Jerry ¿Hasta cuándo piensas terminar con esa locura?

—No es ninguna locura Sean, es amor.

—Vamos Jerry, sabes que no lo es...

—Pronto lo será y tu mi amigo lo veraz...

—Jerry no sé como puedes ser tan idiota —dice alborotando su cabello frustrado—. hay muchísimas más chicas que están hermosas y con personalidades más lindas y que le gustas y te tratarían bien, pero no, tu prefieres a alguien que solo te hace daño.

—Layla no me hace daño, ella me ama a mí, tanto como yo la amo a ella.

—Deberías dejar de vivir en el pasado porque lo que dices no es lo que yo veo.

—Pero ya no lo será más, ella escogerá mi lado otra vez, ya veras, pronto va a mirar hacia mi de nuevo, lo sé.

—Ojalá tengas razón y puedas ser feliz, porque no te mereces lo que ella te da justo ahora Jerry, no lo haces.

Suspiro.

—Llegamos.

Bajamos del auto y nos dirigimos a nuestra aula de clases.

Veo a Layla sentada en la paleta del asiento, dándome la espalda, busco en mi mochila la rosa y la sorprendo cruzando mi brazo frente a ella mientras el resto de mi cuerpo permanece detrás de ella.

—Hola, mi amor.

—Ey, hola, que lindo. -dice con ternura admirando la rosa-. gracias.

—No es nada mi amor, tu mereces eso y mucho más. -digo y luego pongo mis manos en sus mejillas para besarla.

—Ups, mira es el profesor -dice antes que nuestros labios se rocen.

—Ah,si —digo colocando mi mano en la nuca—. hablamos luego. —continúo y sonrío.

—Sí. —dice regresándome la sonrisa.

—Te amo.

—Jerry... —susurra entre dientes y señalando a los demás con la vista.

—Si, perdón, lo siento— me disculpo porque a ella no le suelen gustar mucho las muestras de afecto públicas, me lo ha dicho varias veces solo que en ocasiones como la de hoy se me olvidan.