Amantes a corto plazo.

CAPÍTULO 3

Ella estaba un poco indignada esperaba que él la comprendiera y que le ayudará con su problema en cambio casi se mofo de ella, pero que podía esperar de una persona que siempre lo ha tenido todo.

 Le dio sus datos a la secretaria y luego regresó a su apartamento, aunque en realidad no era su apartamento estaba feliz de haber regresado y descansar un poco. 

El apartamento era de mi padrino, un viejo amigo de la familia ,él vivía en Francia con su familia y tenia ese apartamento porque le tocaba viajar mucho a Roma por negocios, él sabía mi problema con lo de la hacienda, así que se había ofrecido a prestarme su apartamento para que lo utilizara, él es una buena persona y estaba muy agradecida por su ayuda.  
Aunque el apartamento él lo utilizará para negocios, era muy hogareño porque su familia a veces viajaba con él. 

Esa noche estaba muy nerviosa a la espera de ese correo y casi no podía dormir.  
A la mañana siguiente revise mi correo, y pude ver que ya tenía un correo, de la secretaria, el cuál decía:

  Buenos días Señorita Rossi. 

Le informó que el Señor Josh Pascuali la espera en el restaurante Rione XIV el día sábado a las 8:30 pm.  

Atte. Secretaria Michelle Scott de la empresa Pascuali. 

Ese día estuvo toda la tarde pensando en la manera en la que podía recuperar su hacienda, estaba desesperada y muy nerviosa, cuando ya hubo terminado el plan estaba más confiada y decidida y solo le tocaba esperar el día de la reunión y por supuesto que él aceptara. 

Un día antes de la reunión con el Señor Pascuali, fue a comprar un vestido, porque no había llevado muchos y los que llevaba no eran muy adecuados, nunca había ido a ese restaurante pero sabía que era un restaurante de cinco estrellas y muy elegante, era muy visitado por famosos y personas importantes, su vestido no era muy caro o de diseñador, pero era suficientemente elegante y cómodo, así que esperaba no llamar mucho la atención.  
 

No había dejado de pensar en esa hermosa y sensual mujer y estaba un poco molesto por eso, no podía concentrarse en su trabajo, no sabía si era porque esa mujer lo intrigaba o si solo era atracción, lo único que sabía era que la deseaba, está noche arreglaría ese problema y ella tendría que aceptar si en verdad desea recuperar esa hacienda que es tan importante como ella dice.  

Ya estaba en el restaurante esperando a que ella llegara, y justo la vio aparecer por la puerta, se veía muy sensual con ese vestido verde esmeralda, resaltaba cada parte de su exquisito cuerpo, llevaba unos tacones negros, y el cabello en muño alto que dejaba ver cada facción de su hermosa cara. 

Sintió incomodidad y como lo invadía un deseo primitivo de que esa mujer fuera suya y ahora más que nunca estaba decidido a que lo fuera.  

Estaba un poco nerviosa cuando entró al restaurante, así que trató de calmarse un poco, solo esperaba que él aceptara su propuesta de lo contrario no se perdonaría haber perdido la hacienda.

Al caminar unos cuantos pasos pudo ver al señor Josh Pascuali estaba sentado en una de las elegantes mesas a la par de una de las inmensas ventanas del restaurante con una bella vista de la ciudad de Roma iluminada por los edificios, llevaba otro de sus trajes hechos a la medida era de color negro, se miraba muy atractivo y volvió a sentir ese cosquilleo en su estomago, pero nuevamente se dijo que eran los nervios. Al llegar al par de la mesa él se levantó.

 -Buenas noches señorita Elisabeth. Dijo él -Se ve muy guapa está noche. Continuó él. 

-Buenas noches señor Pascuali. Dijo un poco ruborizada.

 -Por favor llámeme solo Josh. Dije él. 
Ella solo sonrió un poco, él se acercó y separo una silla que estaba enfrente de la de él y le señaló que se sentará, cuando ella ya se hubo sentado él regresó a su lado y se sentó. 

 -Señor Pascuali…Josh. Corrigió rápidamente. -Sobre la… 

-Elizabeth creo lo mejor sería cenar primero y luego hablamos de la hacienda. Interrumpió él.

 -Oh! Claro. Respondió un poco más nerviosa.

 En eso el mesero se acercó y pregunto que querían para cenar. 

-Yo pediré un risotto para cenar. Dijo él.

 -Yo pediré lo mismo. Dijo ella. -Y tráiganos una botella de vino. Continuó él.

 El mesero se retiró y volvió con unas entradas de pan y carnes frías junto con el vino y se volvió a retirar.  

Josh sirvió dos copas de vino y comieron un poco de las entradas. 

-Y dígame Elizabeth está usted residiendo aquí en Roma. Pregunto él. 

-No, solo estoy aquí para resolver lo de la hacienda. Contesto ella.

-Y donde vive, si se puede saber. Alzando una ceja. 

- Vivo en España, en Madrid para se exactos. 

-Pero su familia es de Italia verdad, porque habla muy bien el italiano.

 -Nací aquí en Italia, la familia de mi Padre es italiana. 

-Y… 

 No terminó la pregunta pues el mesero los interrumpió. La cena se miraba deliciosa y mientras estaban comiendo él volvió a llenar las copas de vino y continuó con la pregunta. 

-Y como es que vives en Madrid.

-Mi madre era de España y cuando mis padres se divorciaron yo me quedé con ella y nos mudamos a Madrid. 

-Ya veo y está usted casada. Pregunto con curiosidad.

 Él sabía que no estaba casada pues no llevaba un anillo en si deso índice, pero quería saber si tenía pareja. 

-No, no estoy, en estos momentos estoy soltera. Respondió ella. 

Le sorprendió un poco su respuesta,ya que no creía que una mujer tan guapa estuviera sola. 
Terminaron de cenar en silencio, ello no sabía como empezar la conversación sobre la hacienda, se estaba poniendo nerviosa, porque parecía que él no quería tocar ese tema o por lo menos eso aparentaba. 

-Ya podemos hablar sobre la hacienda. Pregunto ella. 

-Creo que lo mejor sería que lo hablemos en lugar más privado. Respondió él. 

Ella asintió con la cabeza, él llamó al mesero y pago la cuenta, luego se levantaron y salieron del restaurante. 




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