El resto del fin de semana había pasado demasiado rápido, estaba muy indignada por la propuesta que me había hecho Josh Pascuali, no podía creer que ella hubiese aceptado su propuesta, pero de no haber sido así no tendría posibilidades de recuperar la hacienda.
Ya había preparado las maletas estaba a la espera de Josh, estaba un poco nerviosa no sabía lo que podía pasar en esa isla, pero algo si tenia claro no se dejaría humillar de él, el que haya aceptado su propuesta no la hacía menos insignificante, y se lo demostraría.
En ese momento el teléfono sonó, sacando a Elizabeth de sus pensamientos, sabía que era Josh pues él le dijo que la llamaría temprano, se acercó dejando sonar una vez más el teléfono, antes de contestar, para que el no supiera que estuvo esperando su llamada.
-Buenos días habla Elizabeth. Contestó ella.
-Soy yo, Josh, estoy aquí abajo esperándote, quieres que suba a ayudarte con tus maletas. Pregunto él.
-No gracias, yo bajaré en un momento.
-De acuerdo. Contestó.
Ella corto la llamada y se dispuso a bajar, y la verdad es que no llevaba mucho pues sólo había traído una maleta de Madrid, así que eso lo único que llevaba.
Cuanto más se acercaba a su destino más nerviosa se ponía, pero trato de tranquilizarse, pues no quería darle a demostrar que él la afectaba.
Cuando salió del edificio lo miro, y sintió un cosquilleo en su estomago, estaba muy guapo, aunque andaba un poco más informal de normal, pero siempre daba a notar ese porte de elegancia, le daba un poco de vergüenza ya que ella llevaba unos jeans ajustados y una blusa color rojo, no se miraba mal pero nada comparado con las mujeres que está acostumbrado a salir, se sentía un poco intimidades.
Al verla él sintió como su deseo se volvía a encender, no comprendía como está mujer lo afectaba tanto, pero pronto es acabaría, pero mientras tanto disfrutaría de ese mes.
Se acercó a ella y tomó su maleta.
-Buenos días Elizabeth. Dijo con una pequeña sonrisa. Que tal está. Pregunto.
-Pues supongo que bien, si no tomamos en cuanta la situación en la que estoy. Respondió ella con sorna. Inmediatamente vio como se le borraba la sonrisa, y tomaba un aspecto frío y severo.
-Bueno Elizabeth pues esa situación le devolverá su adorada hacienda. Respondió haciendo énfasis en la palabra situación.
Ella lo miro furiosa, pero al él no le importó, metió la maleta al auto y se acercó le abrió la puesta a ella para que entrara, una vez que ella entró, él subió al auto y se dispuso a manejar.
Durante el transcurso del camino hubo silencio, no sabía de que hablar, pues su relación no era normal, bueno su trato, porque no podía llamarse relación, aunque fuera a ser su amante por un mes, eso no significaba nada sólo lo hacía para recuperar la hacienda.
Él por su parte estaba pensando si en verdad fue una buena idea ese trato, pero rápidamente se dijo que si ella sería suya por un mes y así podría borrar ese deseo que sentía por ella, y podría continuar con su vida nuevamente.
Cuando llegaron al aeropuerto observó que el avión era privado ya que llevaba el logo de la empresa de Josh.
-Nos iremos ahí. Pregunto ella.
-Si. Respondió él. Es más sencillo que estar haciendo grandes filas para poder registrar tu vuelo y además hay menos gente.
Ella hizo un gesto de desagrado mientras pensaba, que un rico podía darse todos lo caprichos que quisiera.
-Y no, no es un capricho. Continuó él, como si le hubiese leído la mente. Lo que pasa es que son muy útiles a la hora de salir del país cuando se trata de una emergencia.
Al subir al avión ella pudo ver el lujo, todo bien organizado, muy espacioso, los asientos se miraban cómodos.
-Siéntate le dijo señalando uno de los asientos enfrente de él, ella se sentó y se abrocho el cinturón. Y el avión despegó.
-Y donde nos dirigimos exactamente. Pregunto ella.
-A una de mis islas Cerca de Roma. Respondió él.
-Oh!. Dijo ella.
-Porque decidiste comprar una hacienda vieja pudiendo comprar lugares mejores. Pregunto ella tan de repente.
-Bueno como ya te había dicho la compre por que un cliente la quería, además vi mucho potencial en ella.
Ella no dijo nada sólo se dispuso a ver por la ventanilla, él pidió que le llevaran su laptop para ponerse a trabajar, y así transcurrió un tiempo hasta que él ofreció que comieran algo de comida.
Después de haber comido él continuo con su trabajo y ella se dispuso a leer un libro.
Más tarde el piloto le aviso que se sujetaran los cinturones, porque estaban a punto de llegar.
Cuando el avión aterrizó y salieron de él, alguien los estaba esperando para llevarlos a la casa de playa de Josh, y cuando emprendieron camino pudo observar por la ventana del auto la hermosa isla, el mar se miraba freso y su agua era cristalina, habían varias palmeras en la playa se miraba realmente hermoso.
-Es hermoso verdad. Pregunto él.
-Si. Respondió ella. -Muy hermoso.
-La verdad es que tengo una debilidad por los paisajes fantástico. Dijo él.
A ella le pareció extraño que él le contará eso. Ya que parecía un hombre duro.
-Bueno espero que disfrutes tu estadía aquí. Dijo con una sonrisa.
Ella lo miro con el seño fruncido, realmente hubiese disfrutado si fueran unas vacaciones, pero no, ella estaba ahí para cumplir con el trato, No podía hacer nada más si en verdad queria esa hacienda nuevo, seguía sin gustarle la idea, pero no podía defraudar a su abuelo.