Sin embargo, el tiempo no se detiene. Marco debía regresar a su ciudad para continuar con su trabajo. La noche de su partida, se sentaron en la orilla, mirando las olas. Con el corazón pesado, Marco tomó la mano de Elena y le prometió: "Volveré. Nuestro amor puede enfrentar cualquier distancia."
Elena, aunque triste, sintió la verdad en sus palabras. Se despidieron con un abrazo que parecía abrazar el mundo, prometiendo mantenerse conectados y mantener viva la chispa de su amor.