Amar Después de Amar: Todavía te quiero

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RENZO

Una carta: sinónimo de dejar ir

Para mi amor eterno:

Uno de mis diálogos favoritos es de «A dos metros de ti», en él dice: “dicen que cuando amas a alguien tienes que dejarlo ir, me parecía una estupidez, hasta que casi te vi morir».

Yo también estuve a punto de verte morir, y te juro que yo me moría con vos, pero... ahora entiendo eso de dejar ir como la mayor prueba de amor, quizás vos o algunas personas piensen que dejar ir a la persona a la que amás es de cobardes, pero yo no lo creo así, prefiero perderte y que estés con alguien más, y no tener que ir a visitarte a un cementerio, por eso me dolió cuando me dijiste que preferías un balazo en la cabeza a no estar conmigo, y quiero decirte que no, porque si no nos alejábamos eso era justo lo que iba a pasar, y perdón por no haberte dicho la verdad desde el principio, pero solamente quería protegerte.

Es por eso que te lo escribí todo en esta carta.

Te mentí. Sí pasó algo en esos siete meses que vos estuviste en coma. Cuando vos tuviste la caída, Juan me secuestró y me tuvo siete meses hasta que yo por fin me armé de valor y me escapé, estaba débil y lo único que me motivaba para seguir y llegar al hospital en donde vos te encontrabas, fuiste vos. Siempre fuiste vos mi soporte para no derrumbarme. Y es el día de hoy que eso no cambió.

No quiero que me busques, si no lo hacés por tu bien, hacelo por mí y por el amor que siempre nos unió. Te amo, Renzo, y eso nunca cambió y la razón por la que quise tomar distancia fue porque hice una promesa si vos salías del coma.

Renzo, si lo que querías era que fuera honesta con vos, lo voy a hacer, pero no quiero que me busques, sino que sigas con tu vida.

Nunca dejé de amarte y siempre fuiste vos, desde el minuto cero en que casi me atropellaste en la calle, desde ese instante, supe que no habría nadie más después de vos, porque fuiste vos quien me enseñó el verdadero significado de la palabra amar. Me amaste con todo tu corazón, y con todo mi corazón te digo que aunque me duela, tengo que dejarte, y no voy a disculparme por eso, no cuando sé que fue la manera más madura y sensata que encontré para salvar tu vida. La vida del hombre que amo.

Ren, creo que tenés que seguir, encontrar otro amor, alguien mejor que yo, y te juro que está bien, no te culpo si tomás esa decisión porque una vez me dijiste que no importa que tan fuerte sea el amor, a veces se termina cansando de esperar tanto. Y no quiero que pases tu vida esperándome, no cuando no sé si voy a volver, no es lo que deseo para vos.

Dicen que el amor es como la droga, aunque te lastime, te dañe, siempre querés una dosis más, y ese fue nuestro error, darnos más sin pensar en las consecuencias.

Es difícil irse cuando querés quedarte, pero en ocasiones es lo correcto, y más si esa es la manera de salvarte a vos y a todos los que amo. Me acuerdo de aquella noche que bailamos cerca de una fuente, nuestro primer baile bajo la luna, el primer acercamiento que tuvieron nuestros corazones, y te juro, mi amor, que no me arrepiento de nada de esto; ni de amarte, ni de besarte por primera vez, ni de jurarte amor eterno bajo la luna, ni de irme.

También dicen que de amor no se muere, pero es mentira. El amor te mata, pero te deja respirando.

Me morí de amor por vos al ver tus ojos y encontrar el brillo de la luna reflejado en ellos, morí de amor cuando te vi caer por las escaleras y en ese momento en que creí que te perdía para siempre, sentí que moriría yo también.

Renzo, fuiste, sos y vas a ser siempre el amor de mi vida, pero tengo que decirte adiós, no sé si sea temporal o no, pero tengo que dejarte ir, dejar ir este amor.

Te amo, Renzo, nunca lo olvides. Tenés que sobrevivir a la tormenta, por vos, por tu hija, y por su madre. Ellas son tu familia, y tenés que luchar por protegerla.

Te amo, mi amor eterno, más que a mi vida.

Con amor, Sara.

Apreté la carta entre mis manos a tal punto de arrugarla y la solté en la cama.

Se fue, y esta vez la perdí para siempre. ¿Cómo me pide que siga con mi vida después de esta carta? Se fue con él, y esta vez dudo que pueda recuperarla.

«—Te juro que nunca te mentí.

—¿Entonces? No puedo dejarte ir así, no sin ninguna respuesta clara. ¿Qué gano olvidándote si amarte es más fuerte que yo?»

Refregué mi cara entre mis manos y bajé las escaleras mientras me ganaba la mirada de todos. Vi las manos de Cassie y también tenía una carta. Iba ya por el final.

No te olvides de decirle a mi mamá y a mi familia que los amo, y que todo lo estoy haciendo por ellos, no soportaría perderlos también.

Nos vemos pronto amiga, cuidá de Cloe, nuestra Esperanza, y de nuestros amigos. Cuando pueda mando noticias, y si no saben de mí, traten de seguir de todas formas, es lo que yo quiero y necesito que hagan.

Nunca olviden que los amo y que todo lo estoy haciendo por ustedes. Besos, Sara.

—No puedo creer que mi hija se fue, no otra vez.—dice Viviana con su voz quebrada.

Estaban todos reunidos, la familia de Sara y nuestros amigos, incluyendo a mi papá.

No dije nada, simplemente me fui de la casa. Necesitaba alejarme, estar solo, bueno, no tan solo, voy a ir a mi casa, todavía tenía las llaves así que podía entrar sin problemas. Entré y llamé a Marta pero tal parece que no está.

Subí las escaleras y el escritorio de papá estaba abierto así que entré, vi una foto en su escritorio donde estábamos mamá, él y yo, tenía creo que unos dos o tres años, algo al lado del porta retratos llamó mi atención, unos papeles.



#3680 en Novela romántica

En el texto hay: secuestro, amor, adda

Editado: 03.08.2024

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