Narra Amarok
Estoy sentado en el tren, miro por la ventana, todo ha cambiado mucho en estos 2000 años, sigo recordando ese pasado que me persigue y no puedo olvidar...
Tiempo atrás
Estamos cabalgando en dirección al castillo del emperador. En cuanto llegamos, los guardias nos hacen esperar para preguntar al emperador si podemos pasar. Por suerte el monje nos ha facilitado una carta para el emperador y ser más fácil la entrada.
Nos dirigimos a la sala del trono, dónde hay el emperador junto a varias chicas, nos mira y luego sonríe de forma pervertida a Akiko, me adelantó a ella y la dejo detrás de mi para que no se fijé en ella. Hace una mueca
- Según la carta del monje vos sois el samurái Amarok San y ella debe ser Akiko San - nos dice
- Si, somos nosotros - le digo cortante - debemos preparar a su ejército para un posible ataque.
- Si, algo he leído en la carta. Mi general os ayudará con el ejército, tendréis a vuestra disposición un lugar dónde descansar y si queréis podréis disfrutar de buena compañía - me dice y me señala a las chicas
- Sólo he venido a ayudar no a buscar mujeres - le digo
Así que cojo de la mano a Akiko y salimos fuera en busca del general. Akiko se va a ver unos pergaminos que nos podrían ser útiles para descubrir el paradero de los nigromantes, ya que en ellos salen los pasillos secretos y un mapa detallado del monte Fuji.
Yo me centro en el ejército con la ayuda del general. Les doy consejos de como atacar, estrategias en el campo de batalla y algunos consejos por si se encuentran con seres raros, no les voy a decir sobre nosotros, podrían alarmarse y tener miedo.
En cuanto acaba el día me dirijo a una sala con Akiko, ella me hace sentar en el suelo. La miro y creo que ya es oficial, estoy enamorado de Akiko, en todo el día no he parado de pensar en ella. Ahora debo preguntar si ella me corresponde.
- Me dijiste que nunca habías tomado un té, así que he escogido este té para ti, espero te guste - me dice mientras me sirve una taza de té
Lo pruebo y me parece el mejor líquido que he probado, me relaja y a la vez me llena de energía.
- Me gusta mucho Akiko - le digo feliz
Ella se ruboriza y baja la cabeza.
- Quizás no es un buen momento, hace muy poco que nos conocemos, aún así, me gustaría que en un futuro tu y yo estemos juntos - le digo
- Pero, ¿no te gustaron las chicas que te ofreció el emperador? - me dice algo insegura de sí misma
- Yo solo tengo ojos para ti, Akiko, y te prometo que por muchos milenios que pasé, yo te esperaré - le digo
- Me encantaría estar contigo en un futuro y que estemos juntos por siempre - me dice más roja que un tomate - entonces me prometes que por mucho tiempo que pasé solo me esperaras a mi?
- Esperaré todo el tiempo que haga falta para que me des una oportunidad, es una promesa - le digo y la miro
Me acerco a ella, es tan hermosa, mi corazón late muy deprisa. Y oigo como su corazón también late igual de deprisa que el mío. Nuestras miradas se conectan nos acercamos, quisiera besarla, pero tengo mis dudas, y si ella no quiere aún? No la voy a forzar a hacer algo que no esté preparada.
- ¿Vas a besarme? - me pregunta, me sorprendo
- Solo si tú quieres - le digo
- Entonces no esperes más - me dice
Unimos nuestros labios para dar ese beso que tanto quería, es dulce y suave, es un beso tranquilo. Nos separamos y nos miramos, fue el mejor beso, aunque no tengo con que comparar, nunca había sentido la necesidad de comprometerme con alguien.
- Deberíamos ir a descansar, para seguir mañana - me dice Akiko
- Por supuesto, te acompaño a tu habitación - le digo y ella asiente
Paseamos en silencio por los pasillos del castillo. En cuanto llegamos le doy un suave beso en su mejilla y ella se despide de mi entrando en su habitación. Voy hacia la mía para descansar.
A la mañana siguiente estamos elaborando un plan para ir buscar a los nigromantes y encontrar los restos de Gorgus, espero no sea demasiado tarde.
- Akiko, tu te quedarás en el castillo, si algo sale mal te irás y buscarás ayuda en el consejo, seguro que el alfa de la manada Selene puede contactar con ellos - le digo a Akiko
- No voy a dejarte solo - me dice - soy una dragona, y también soy fuerte
- Sabes muchas cosas, y también sabes quién fue Gorgus, ni siquiera yo podré con él, así que harás lo que yo diga, no voy a permitir que te pase algo malo - le ordeno haciendo salir sin querer mi aura de dragón
Ella baja un poco la cabeza en señal que acatará mis órdenes.
Cojo unos cuantos hombres del ejército, los mejores que he visto y nos dirigimos hacia el monte Fuji, no hay tiempo que perder. En cuanto llegamos el olor a cadáver podrido es muy fuerte, tanto que los caballos están cayendo al suelo, los soldados tampoco pueden con este olor. Pero ahora no puedo rendirme, debo ir y enfrentarme a ellos.
Voy andando por los pasillos que hay ocultos en el la base del monte Fuji, aquí la temperatura empieza a subir, pero eso no me molesta, soy un dragón. Los soldados se están asfixiando.
- Vosotros iros de aquí, volved al castillo, yo seguiré - les ordenó
No hace falta insistir que ya se van. Mientras yo sigo andando hasta llegar a una especie de sala enorme dentro de las cuevas, aquí el calor es infernal, un humano no podría vivir ni 1 minuto.
En el centro veo un esqueleto, y sé exactamente cuál es, el de Gorgus. Aquí está mi objetivo, cogerlo y devolver al lugar dónde pertenece.
- Un dragón, disfrazado de samurái - dice una voz distorsionada
- Nigromante idiota, nunca debiste venir a robar a Gorgus - le digo y dejo salir mi aura de dragón para que sepa a lo que se enfrenta
- Te esperaba, has tardado más de lo necesario - me dice - Gorgus te matará y tu cadáver lo utilizaré para que esté bajo mi mando, y yo seré el más poderoso de todos!!