Amarte en pedazos.

☀09. Regresa a mí.

Alisson.

Me despierto lentamente. Me duele la cabeza como los mil demonios, miro a ambos lados con pesadez porque me cuesta abrir los ojos.  Una pequeña luz entra por la ventana suelto una queja. No me preocupo por nada de lo que ha pasado la noche anterior porque... no lo recuerdo, solo sé que me duele un tobillo que no volveré a tomar tanto. Comienzo a estirarme con agrado cuando escucho una respiración. ¿Quién demonios está en mi camarote?

Reviso rápidamente por debajo de las sábanas y suelto un agradable suspiro ¡TENGO TODA MI ROPA! No tengo que preocuparme por eso. Nunca he sido de acostarme con un desconocido pero los recuerdos de un hombre extraño en el bar anoche me hacen dudar. ¿De qué he sido capaz? Pienso dudando mucho si levantar las sábanas para ver quién es el que se encuentra a mi lado. Con extrema cautela comienzo a hacerlo y me pongo tan nerviosa que lo único que soy capaz de escuchar son los látidos de mi corazón. La sábana se vuelve a mover y la dejo caer asustada. 

Escucho algo por lo bajo y llevo mi mano a mi frente—Ese sonido ha sido el de una mujer cuando tiene malhumor...— ¿Me he traído una mujer a mi cama? 

Termino de destapar a  la persona que duerme y ronca como perro junto a mí y siento un gran alivio al ver quién es. ¿Cómo no recuerdo que Alessia y yo compartimos habitación?

La mencionada anteriormente está soñando con los ángeles. Me dejo caer en las exquisitas sábanas de la cama y mientras veo el techo intento recordar cómo terminó la noche de ayer: De forma patética. 

¿Dios por qué no detienes a tus hijos cuándo van a hacer cosas estúpidas? Siento el pequeño collar alrededor de mi cuello e intento convencerme de que nada pudo ser tan malo. Mi mejor amiga estuvo cuidando de mí todo el tiempo (o por lo menos eso espero) y el no recordar nada no debe significar más que la he pasado buenísimo; no obstante, el dolor de cabeza parece arruinar mis ligeras esperanzas de creer mis propias mentiras y todos los flashback vienen a mí para crearme angustia. 

Les resumiré en unas cuántas palabra mi noche: Me reencontré con Alonso McGregor. Ezrael apareció como por arte de magia en este crucero. Mi primer ex cayó a golpes a mi segundo ex. Mi padre ama a Alonso. Me lo encontré en la cubierta. Tuvimos una discusión. Fui al bar a beber con mi amiga Alesia. Besé a Alonso ebria.

Mis ojos se abren de inmediato y ¡todavía tengo este terrible dolor de cabeza! 

Como puedo agarro una almohada y empiezo a golpear a Alessia para que se despierte. Tarda unos minutos en abrir los ojos pero mi intranquilidad es más grande que su sueño. 

—Te dije que no me despertaras para hablar sobre arrepentimientos.—Gruñe Alessia, despeinada y con un poco de baba alrededor de su boca.  

Se tapa con la sábana para intentar volver a dormir pero no lo permito. Me escondo al lado suyo como una bebé asustada. En realidad sí estoy asustada a pesar de que no sea una bebé.

—Por favor dime que no besé a Alonso ebria.—Chillo cerrando fuertemente mis ojos. Alessia abre los suyos y ríe. 

Esto no puede significar nada bueno...

—No, Alisson. No lo hiciste.—responde tranquila. Se sienta en la cama y empieza a agarrar su cabello en una coleta.

Justo cuando creo tomar una bocanada de aire me comenta lo que realmente sucedió.—Fue peor que eso: Ambos se besaron ebrios.

—Im 'stupidis-Grito. Agarro a Alesia por los hombros y la empiezo a sacudir.—¡¡Osculum mihi non credis hoc!!

Ella se zafa de mi agarre, sujeta mi cabeza y empieza a hacerme una trenza. Pero no fue suficiente, todavía estoy angustiada. Aunque ella sabe la paz que me da que me haga sus hermosos peinados ya que yo no puedo, necesito saber cómo Alonso y yo nos besamos ebrios anoche.

—¿Why me? God I thought you had finished punishing me—Continúo. 

Me desahogo, lo hago. Hablo en todos los idiomas que conozco. Digo todas las groserías existentes en la tierra. Ahorco lo más posible a las almohadas y deshago la hermosa trenza que Alessia se tarda tanto en hacerme. Quedo exhausta tumbada en la cama cuando me doy cuenta de que mi ataque de ira se ha ido. Soy muy mala controlando mis sentimientos. ¿Qué diría Alonso si me viera? Bueno tampoco es como que importe, es mi ex. P-a-s-a-d-o...

—Sabes amiga.—Alesia se levanta de la cama y abre sus maletas.—Es bueno que liberes tus energías y recargues tus chakras.—Se viste con lo primero que encuentra en su maleta.—Pero ¡ENTIENDE QUE YO SOLO HABLO UN IDIOMA Y ES EL INGLES!—Me da risa  su reacción.

Cuando algo me abruma tiendo a empezar a hablar muy veloz y mezclar los idiomas que conozco. He creado mi propio papiamento y me odia cuando hablo así.

—Todo lo que dije fue esto: ¿Por qué yo? Dios, pensé que habías terminado de castigarme. Que soy una estúpida. Que no puedo creer que nos besamos, entre otras cosas.—Alesia niega y aleja su mirada de mí. 

—Alisson, no te preocupes, seguro Alonso tampoco se acuerda.—Me calma mi amiga.

Espero que eso sea así. No volveré a dejarme seducir por esos mojitos.

Organizo mis ideas. Basta de pensar en Alonso. Ezrael se quedará hoy en el puerto al que llegaremos en aproximadamente en 1 hora. Hoy es nuestro primer día de vacaciones, tengo que disfrutarlo.

Decido colocarme conjunto deportivo al ver el reloj: 6:30am.

La hora perfecta para entrenar.

—Iré a hacer ejercicio.—Le informo a Alesia que se encuentra en el baño.

—Esta bien.—Grita.—Yo voy a bañarme, apesto a soltería.

Me río y salgo del camarote.

El barco es extremadamente grande. Me pierdo un par de veces y tengo que pedir indicaciones de cómo llegar a la cubierta más alta. Una vez ahí estiro el cuerpo. La brisa es fuerte, Alesia no me agarró una coleta y el viento está por toda mi cara.

Camino y me acerco a la punta del barco. La vista es espectacular. A lo lejos nuestro destino: Las Bahamas. 




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