☀12. Cerrar la brecha.

Alonso.

Mi respiración está entrecortada en este momento. Paul y Alessia guardan silencio luego de que Paula se va, dejándome como un mentiroso ante Alisson. Ella me ve, inexpresiva. Pienso que va a llorar pero no. Se levanta de la mesa y se marcha.

—Los espero en la puerta de salida cuando bajemos con nuestro tour.—Me ve una vez más y se marcha.

Alessia me mira con cara de desaprobación y persigue a Alisson. Ambas desaparecen por la puerta del restaurante.

Permanezco quieto en mi silla sin saber qué decirle a Paul. Nunca pensé que Paula fuera capaz de decir semejante mentira. Paula no sería capaz de creerlo.... ¿O sí? Ella tiene que confiar en mí. Miro a los costados, no diviso a Paula. No sé a donde pudo haber ido. Me siento indeciso sobre si buscar a Alisson también cuando Paul interrumpe mis pensamientos.

—No sabía que tenías novia, Alonso.—Pica un pedazo de piña y se lo mete a la boca. Clava su vista en mí y comienzo a removerme intranquilo en la silla.

—Es una larga historia...—Suspiro y como.—Pero no es mi novia.—Respondo firme. Paul duda unos segundos.

—Entonces ¿por qué vino a decir eso?—Se detuvo un segundo para beber un poco de jugo.—O más bien ¿qué hace ella aquí? ¿Tú la invitaste? Digo... no tengo ningún problema... solo que no me gustó la forma en que le habló a mi hija.—Esto último sale con molestia de su boca.

Claro que no la invité, no tengo ni la menor idea de cómo pudo saber que vendría pero sé que lo hizo por mí. Estas pueden ser las mejores o peores vacaciones de mi vida.

—No lo sé.—Respondo sincero.—Pero no creo que haya sido casualidad. Ella y yo fuimos pareja por unos 6 meses pero decidí terminar con ella porque...—me quedo en silencio. No quiero decirle. Paul me ve y sé que ya sabe la respuesta.

—¿Por Alisson?—Acierta. Yo solo asiento y me quedo callado. Se me ha quitado el hambre. Paul me da una palmada en el hombro.—Alonso, sabes que siempre te voy a querer como a un hijo pero ya han pasado 3 años.

¿Y eso qué importa?—Todavía siento mariposas en el estómago al escuchar su nombre.—Digo sumergido en mis pensamientos.

—Lo sé, lo sé. Pero creo que ambos están suficientemente maduros. Ya no son unos niños enamorados. Cada uno tiene su vida.—Me tapo los ojos confundido.—Creo en las coincidencias, en el destino. Ambos están aquí en este crucero por una razón. Lo único que te pido es que si vas a arreglar las cosas con mi hija lo hagas en estos 6 días que quedan. Si llega el final de estas vacaciones y no pueden congeniar ni hablar o superar todo lo que vivieron mejor aléjense.—Me cuesta  escuchar esto. Lo que más me cuesta es aceptar que tiene razón.—Sé que duele, pero dolerá más si lo intentan y no funciona. Eso rompería el corazón de mi pequeña.

Veo como al señor Paul se le aguan un poco los ojos. Él sufrió igual y más que nosotros con todas las pérdidas.

—Es difícil.—Respondo con voz ronca.—Yo no le tengo rencor pero se me hace difícil expresar mis sentimientos por ella. Luego de que termináramos solo pensaba en los últimos horribles meses. Yo tuve mucha paciencia y ella me abandonó. Pero también me pongo en su lugar.

—Algo que si te puedo asegurar es que ella no es la misma, Alonso.—Asegura.—Esa niña quebrada sin ánimos de vivir se esfumó. Luego de terapias, cambios y muchos procesos ella resurgió. Aceptó sus pérdidas y su nuevo ser. Se comenzó a amar a sí misma y se dió cuenta de que a pesar de la amputación estaba viva. Se graduó de la universidad con honores y comenzó a crear sus fundaciones. Es feliz... pero sabes algo que creo que nunca pudo culminar.—Paul para de comer.

—¿Qué es lo que nunca pudo culminar?—Pregunto siendo un manojo de nervios.

—Despedirse de ti. Cerrar esa brecha. Ella solo le echó tierra. Me prohibió hablar de ti, botó la mayoría las cosas tuyas que se quedaron en casa, entre otras cosas.—Mi mirada se vuelve tenue y gris. ¿En serio fue capaz de eso? Ladeo la cabeza.—Pero no lo hizo por mal, hijo. Yo que te lo aseguro. Tú fuiste tan importante... tan importante en su vida.—Paul se quiebra y lágrimas empiezan a salir de sus ojos. Tomo su mano y él la aprieta.—Tengo miedo de que se abra un vacío en su corazón si piensa que pueden volver, lo intentan en el mundo real y no funciona. Ella no podría con ese dolor porque tú...—continua sollozando.—Eres el único que puede hacerle cualquier cosa y te perdonará aunque la puedas destruir.

Paul se quita sus lentes para secar sus lágrimas.

—Yo nunca le haría daño, Paul. Eso es lo que menos quiero. Yo quiero ha su hija, siempre la he querido pero es difícil olvidar el pasado. Hay muchas cosas que ambos tenemos que hacer si queremos estar juntos de nuevo pero primero hay que volver a hablar. Conocernos de nuevo. Tantos hilos sueltos que deben atarse. Es muy complicado.

—A veces las complicaciones se resuelven con acciones simples. Después de lo de Ezrael pensé que estaría soltera para el resto de su vida pero ahora que se volvieron a encontrar tengo esperanza de que salgan más unidos y felices que nunca de este crucero.

Gran consejo. Ahora lo sé, debo ir con ella. Su padre lo dijo. Ella no me ha dejado de querer al igual que yo.

—Iré a buscarla.—Le miro sonriente.

—Espera.—Me detiene.—Hay otra cosa que debo comentarte. Su tono de voz se escucha más serio.—Es sobre Ezrael.

Ese infeliz.

—Debes de saber que Alisson le puso una orden de alejamiento tiempo atrás debido a que este ser es un humillante abusivo, le hizo cosas horribles a mi hija. Si pudiera matarlo lo haría.—Dio una pausa y continua.—Pues no podrán expulsarlo del crucero.

—Qué? ¿Por qué?—Me altero. No permitiré que esté  cerca de ella otra vez.

—La fecha de la orden de alejamiento caducó. No nos dimos cuenta, Alisson tiene que pedir una renovación pero evidentemente Ezrael se aprovechó de eso por completo. ¿Crees que puedes acompañarla y estar con ella lo más posible? Por favor, yo también haré lo mismo pero Alessia y ella tienen edades diferentes a las mías. Lastimosamente no puedo seguirles el ritmo.-