Alonso.
Alisson comienza a contarme por qué está tan triste. No es justo por lo que está pasado. Continua hablando y le escucho atento. Hace tanto tiempo que no tenemos una conversación como esta, una conversación siquiera. Me cuesta pensar en las palabras correctas para ayudarla, pero en cuanto lo hice me abrazó. Me quedé unos instantes sin devolvérselo. He extrañado tanto esta sensación, la sensación de que siempre le importarás a alguien. Se aleja un par de centímetros de mí cuando el abrazo se volvió más largo y me miro. El reflejo de la luz que entra por la ventana ilumina su cabello, sus pestañas se ven más largas por las lágrimas, sus ojos están limpios de cualquier tristeza, la ha botado toda; no tiene maquillaje y puedo ver unas pequeñas ojeras en sus ojos que me traen recuerdos. Antes sus ojeras eran por causa mía y nuestras conversaciones en altas horas de la madrugada.
—Sobre lo que pasó con Paula. —Me siento a un borde de su cama y ella me sigue. El tacto de su hombro con el mío me provoca electricidad. —Es mentira, Alisson. Paula es mi ex novia, terminamos hace poco. Yo le terminé. —Creí que tendría alguna pregunta. Pero ella solo mira el piso. Se acuesta en la cama para ver el cielo y la seguí.
—Cierra los ojos. —Me pide y lo hago. —Concéntrate en el fondo
Obedezco. Pongo toda mi atención en los sonidos, pero el tacto de la mano de Alisson con la mía me sorprende y desconcentra. No abro los ojos, pero una ligera sonrisa sobresale de mi boca. Entrelazo nuestros dedos. Lo puedo sentir, a lo lejos, un leve tambaleo que nos mueve, un breve sonido que relaja mis músculos y un agradable olor que nos sana. El mar.
— ¿Sabes a que me recuerda nuestra relación? —susurra. —Al mundo. Tú eres tierra y yo soy mar. Dos elementos distintos pero que complementados crean el milagro más maravilloso del universo: La vida. Creo que juntos hicimos cosas maravillosas.
Mi corazón se arruga. Acaricio a palma de su mano.
—Creo lo mismo. —Agrego con los ojos aún cerrados escuchando el sonido del mar.
Alisson tiene razón. Ella es turbia como el mar, imponente como olas de metros, hermosa como la espuma y fuerte como las corrientes.
—No creo estar lista para hablar sobre el pasado. —Dijo tragando saliva. Me volteo para verla. Siempre amaré su perfil de diosa griega. —No quiero forzar nada. Ni siquiera sé muy bien por qué nos besamos.
—Yo si puedo decirte por qué lo hice, con toda seguridad. —Ella me mira insegura, se levanta de la cama. Entiendo su mensaje. Creo que mi comentario fue muy directo. Pero quiero que sepa que estoy aquí y no planeo dejarla ir tan fácil como la última vez. —No me iré. —Aseguro. Paso por su lado, beso su frente y salgo del camarote. No puedo presionarla. Ella tomará su decisión.
[...]
Es de noche, nuestro paseo por las Bahamas fue hermoso. Visitamos una playa con arena blanquecina. Nunca esperé que Alisson estuviera dispuesta a estar en traje de baño sin una camisa encima. Me sorprendió y alegró mucho. Acompañé a Alisson, Alessia y al señor Paul todo el día. Las cosas con ella estuvieron mejor. Ahora no puedo dejar de pensar en los viejos tiempos, quiero oler todo el aroma de su cabello y tocar su lisa piel. Pero será en otro momento.
Empiezo a arreglarme para la cena, a temática de esta noche es "noche blanca". Agarro unos pantalones beige claro junto con una camisa de botones blanca. Me visto, coloco perfume y veo la hora "6:30" A las 7 comienza la cena así que decido pasear por el barco. Quedé con los Rockefeller de estar en la puerta del restaurante "Venezia" a las 7:15. Voy al lobby y veo a muchas personas siguiendo la temática. Exploro un poco el barco y me encuentro con tiendas de accesorios. Empiezo a ver por la vidriera y un collar en particular llama mi atención.
Estoy seguro de que a Alisson le encantará.
—El precio joven es de 699$, Es de una nueva colección de swarovski, una preciosidad. —Me dice la señora de la tienda sosteniendo el hermoso collar en sus manos.
No lo pienso ni un segundo, tiendo mi tarjeta y escojo el estuche más hermoso que encuentro.
Luego de 3 años sin darle ningún regalo, este solo es un pequeño detalle de todo lo que pienso darle.
Salgo de la tienda con mi bolsa en mano muy feliz pero mi sonrisa se borra de mi cara al encontrarme a Paula maquillada y vestida con un linda vestido blanco. Sin embargo, nada comparado con la belleza de mi pelirroja. Ella sonrío al verme y caminé de largo.
—No me ignores. —Me alcanza.—Vi que estuviste toda la tarde con tu estúpida invalida.
La detuve en seco.
—Déjame en paz y respeta a Alisson. —Estoy molesto e irritado, esta mujer no deja de entrometerse en asuntos que no le incumben. —Ya le conté a Alisson sobre nosotros así que tú ridícula jugada no sirve de nada. —Termino. Me largo y escucho una ligera respuesta "eso es lo que crees"
Puse los ojos en blanco y miré el reloj. "7:00". Empiezo a caminar a la entrada del restaurante y cuando llego me quedo boquiabierto. Alisson está enfrente de mi hablando con su padre. Trae puesto un hermoso vestido largo, con tirantes y encaje en la parte del pecho, el cabello suelto y liso. Me quedo embobado mientras, ella no me ve así que camino y la sorprendo con un beso en la mejilla. Me da una cálida sonrisa y todos entran al restaurante. La tomo de la muñeca y evito que entre para hablarle.
¿Puedo casarme contigo? Pienso, pero obviamente no lo digo. Chasquea sus dedos. Ahora el nervioso soy yo.
—Estás hermosa. —Veo como sus cachetes empiezan a tomar un poco de color y me mira nerviosa
— ¿En serio? —Pregunta dudosa.
—Claro que sí. Te tengo un regalo. —Me mira sorprendida y se percata de La Bolsa que traigo en la mano.
Alisson siempre fue fan de la joyería swarovski. Por cada mes de relación le regalé algún accesorio de la marca y cada vez la hacía más feliz. Ella tapa sus ojos y abrí el pequeño estuche dejando expuesto el hermoso collar. Sus ojos se abrieron como platos al verlo y se tapó la boca con la mano.