Amarte en pedazos.

☀ 25. Mi manera de amar.

PAULA. 

Toda mi vida he sido la última en algo, aquella que nunca escogen, de la que se burlan, a la que humillan y a la que nadie quiere.

Mis padres no se preocuparon jamás por la igualdad entre mis 4 hermanas mayores y yo. Ellos son los mayores culpables de que yo me encuentre en este estado, que posea estos pensamientos trastornados, que me obsesione con alguien, que busque en esa persona todo lo que no me pudieron dar.

Continuaré hablando de mis otras 4 hermanas mayores puesto que todo el mundo las ama e idolatra y luego estoy yo: la oveja negra de la familia. Mary, Kate, Lydia y Silvana, las últimas dos son morochas. De edades 28, 26, 24 y luego yo co 22. A mi padre siempre le gustaron los números pares, no se molestaron en confesármelo cuándo me enteré de que fui un "accidente", un pequeño humano no deseado que llegó hasta el ovulo de mi madre para hacerla sumamente infeliz hasta el punto de intentar abortarme. Desgraciadamente, para mí y para ella, siempre he tenido fuerza de voluntad y ganas de joderle la vida a todos los que me rodean.

De niña, con hermanas mayores, era la menor preocupación de mis padres. Lydia y Silvana tenían que ir a sus clases natación y dibujo, Kate a danzar por ahí en hermosos auditorios reconocidos y Mary... ella era la nerd de la familia que quería estudiar en Harvard. Mi padre abrumado por tantas mujeres en su vida, muy fastidiosas, se fue distanciado poco a poco. Una niña normal de 5 años obtiene todo el amor de sus padres pero esas cosas no suceden cuando tienes 4 hermanas mayores, tu padre se vuelve adicto al trabajo porque ya no soporta tener una esposa, probablemente tenga una amante y tu madre solo piensa en la alta sociedad y poseer la última cartera Dior de la colección de verano. Mi infortunio creció con precipitación cuando cumplí 6 y mis padres decidieron percibir mi insignificante existencia en el mundo.

Mamá decía: ¿La viste, querido? Es la niña más fea de las 5, le harán bullying en la escuela, es una pena salir con ella y qué nuestros incondicionales pregunten que a quién se parece. Nos asociaran con una barbaridad como ella. A pesar d las constantes quejas de mi madre sobre mí, mi padre nunca apeló ninguno de sus comentarios, los guardó en algún lugar de su corazón y se los metió por...

La relación con mis hermanas fue más tóxica inclusive. ¿Quién diría que 4 niñitas formarían una rebelión en contra de su hermana menor? Nadie lo dijo pero yo lo viví todo por 18 años. No las culpo, todo es culpa de la mala educación que recibimos. Lastimosamente tengo que incluirme porque tengo defectos, como todos, pero una alta vanidad que eleva mi autoestima constantemente me da cierta sensación de superioridad ante mis hermanas en este preciso momento. Siempre me pregunté que por qué recibimos tan mala educación siendo una familia tan adinerada y en excelente posición social. La respuesta es simple: Familia abundante en dinero, familia pobre de mentalidad. Mis padres se esforzaron en meter en ene cantidad de actividades a mis hermanas mayores con la esperanza de que alguna sobresaliera y se hiciera famosa. Esto sucedió, con las 4, lo que elevó la avaricia de mi madre y ambición de mis hermanas. Por mi parte, a los 8 años mi madre me metió en clases de piano. Recuerdo solo haber asistido a una clase porque la maestra puso una queja contra mi carácter, mi madre no volvió a mencionar el tema pero se encargó de que nadie creara calumnias de su pequeña hija. La profesora fue demandada y desempleada de la prestigiosa escuela de piano. Ese fue uno de los pocos gestos de amor que tuvo mi madre conmigo.

Kate siempre fue la más caprichosa de nosotras y consentida. Todo lo que quería material lo conseguía porque mi madre la adoraba mas que a ninguna. Silvana y Lydia nunca fueron celosas entre sí ni con las otras 3, Mary seguía tan inmersa en sus deseos de ser la más inteligente del mundo que no hacía más que leer, estudiar y maltratarse a sí misma cuando se equivocaba por culpa de la presión de mis padres.

-Tienes que ser la mejor si a los estudios es a lo único que te vas a dedicar.-Protestó mi madre dándole otro correado. Mary se había equivocado en una división mental de 5 cifras, por eso semejante castigo, estando en 4to grado.

A Kate la dejaba sin comer cuando aumentaba de peso o si se caía en el escenario. Silvana y Lydia eran castigadas con métodos más... tiranos, sin bañarse por una semana yendo apestosas a clases para que pasaran pena y aprendieran a esforzarse más. Al ver el sufrimiento de todas mis hermanas con solo 6 años me alegré de ser la oveja negra de la familia y comprendí que en esa etiqueta nunca sería molestada, abrumada o castigada por mi loca madre y mi ausente padre. Me adapté y acepté mi papel en e mundo. Me esforcé mucho por ser la más ignorada en el colegio, en la casa, en la familia, todo por la turbación que agarré con mis característicos padres. 

Cuando cumplí ocho mis hermanas eran títeres maniobrados a gusto por mi madre y consolados vagamente por mi padre, ocasionando constantes peleas entre ellas y y yo pero Mary, que siempre tuvo un nivel de madurez mucho mayor, fue la única que continuó con su actitud de indiferencia hacia mi. Los celos que yo tuve se desvanecieron y ellas comenzaron a tenerlos conmigo, queriendo ser Paula la fantasma. Mi querida nana, el único ser en este mundo que me amó incondicionalmente, me aconsejaba que no les prestara atención mientras peinada mi hermoso cabello. Al ser esto uno de mis limitados atributos, Lydia, la más malvada de todas, se metió en la cabeza de mis enemigas y una mañana amanecí con más de 10 centímetros de pelo faltantes en mi melena. Esto no desató ni la menor ira en mi madre, quién solo se río al verme correr a ella llorando, ni el menor interés en mi padre que me preguntó cínico si mi peinado era la nueva moda.




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