Paula.
5to día de crucero.
—Buenos días.
Ezrael está a mi lado, adormilado, restregando sus ojos. Se acerca a mí para darme un beso y respondo de manera forzada.
Ya estoy detestando besarle. Las ganas de vomitar me invaden y corro al inodoro.—Eh, Paula. ¿Estás bien?—Escucho del otro lado de la puerta pero con agilidad pongo el cerrojo para que Ezrael no invada mi espacio.
Ya detesto a Ezrael. El amor fingido que le tengo se está viniendo abajo. Con el simple hecho de volver a ver a Alonso mis ganas y deseos por él se han elevado de manera innegable. El estúpido maltratador con el que estoy ahora no le llega ni a los tobillos.
Bajo la poceta y me siento sobre la tapa. —Solo son mareos por el movimiento, cariño.—Digo irritada para que Ezrael me deje en paz. Cuando lo escucho alejarse de la puerta del baño suelto un suspiro de alivio.
Nunca volveré a estar con una persona para recuperar a otra. He aprendido que sale muy caro. ¡Todo por esa maldita de Alisson! De solo recordar su nombre me hinco de nuevo en el piso para vomitar.
Ha arruinado todos los planes que tenía con Alonso... incluso tener que ser padres más pronto de lo que quisiera. Ojalá él supiera todo lo que he hecho para volver a estar juntos pero debo admitir que la persona de la que estoy enamorada es muy egoísta y ciega porque nada parece ser suficiente y siento que aún no me quiere como debería. Pero tengo fe de que eso se va a arreglar con el tiempo. Cuando el hijo que llevo en mi vientre nazca Alonso comenzará a mirarme con ojos distintos. Como la madre de su hijo, a quién tendrá que proteger, mantener y cuidar por 7 meses hasta que nazca la criatura.
7 meses son más que suficientes para volver a enamorarlo, cueste lo que me cueste. Después de eso viviremos la hermosa historia de amor que merecemos. En el peor de los casos aun no he pensando qué sucederá si cuando nazca el bebé quiera desprenderse un poco de mí y solo pasar rato con el mocoso. Si Alonso llegara a esos extremos... tendría que tomar medidas más drásticas. Puedo fingir sentirme mal, hacer que esta criatura que llevo dentro se enferme, me las ingeniaré ¡Quién sabe! ¡Tal vez si nuestro hijo nace con algún defecto o enfermedad eso retendrá a Alonso junto a mi más tiempo! ¡Tengo la esperanza de ello! Este estúpido feto solo tiene un único objetivo: mi unión con él.
Juré desde chiquita que no tendría hijos. Sé que seré una madre espantosa, hasta peor de lo que lo fueron conmigo. Las cosas que hago por amor. Embarazarme del ex de la ex de mi ex para poder volver con él.
¿Alonso piensa que podrá escapar de mí? Jamás. Primero lo mato antes de verlo con alguien más.
Veo mi vientre, un poco abultado. No soy tan bestia como aparento. Hay un pequeño sentimiento de maternidad que siente mi corazón... muy ligero. Me paro del baño y me cepillo los dientes. Recuerdo que día es y comienzo a bailar por el baño. ¡Hoy es el gran día! Mi querida Alisson debe haber despertado con una muy grata sorpresa. ¡Esto es guerra maldita liciada!
Cuando salgo del baño Ezrael está vistiéndose. Solo de recordar como he mandado a que le robaran todo de la galería de artes me hace darle un apasionado beso al desgraciado padre de mi hijo.
—Estás muy animada bonita.—Me dice. ¡Ay dulzura! Si supieras...
—Hoy es un día especial.—Le respondo buscando mi ropa. —Tengo que darte una noticia muy importante, corazón.
Ezrael traga en seco y se sienta en el borde de la cama. Agarro su mano con delicadeza y la dejo en mi vientre. —¡Estamos esperando un hijo!
Esta no era la respuesta que esperaba de su parte.—Aborta.—Dice con dureza, quitando la mano de mi vientre y adentrándose al baño a toda velocidad.
Flashback noche anterior.
—¡Tenemos que hablar!—Le grito histérica. ¡Qué buena actriz soy! —¿Vas a hacerte responsable por este hijo tuyo que llevo dentro o también me dejarás?
Las personas de nuestro alrededor se quedan calladas, murmurando. La amiga de Alisson le susurra algo y su padre parece confundida. La pelirroja parece estar apunto de estallar de rabia. ¡En tu cara, perra! ¡Yo me quedo con lo que es mío!
Alonso me saca a regañadientes y me lleva consigo a un lugar con poca gente en el barco. Es la primera vez que tenemos toca mi piel desde hace tanto tiempo. Sin pensarlo dos veces lo estampo contra la pared para buscar sus increíbles labios.—¿Qué coño haces?—Me separa.—Aléjate.—Me dice y camina unos centímetros lejos de mí.
Lo veo nervioso, caminando en vueltas, pasando sus manos por su cabeza. ¿Todos los padres reaccionan así cuando se enteran de que dejaron a su mujer embarazada? —Mi amor... Disculpa por habértelo dicho de esa manera pero... era necesario.— Intento coger su brazo pero Alonso lo agita.
—Estás loca si piensas que ese hijo es mío.—Comenta.
Esta actitud de su parte no me está gustando nada...—No tengo por qué mentir.—Le respondo.
—Si ya lo sabías por qué has esperando para decírmelo hasta ahora.
—Quería encontrar la mejor manera de hacerlo...
—¿Ah sí?—Dice él muy molesto. —¿La mejor manera que se te ocurrió fue en medio de una cena armando un escándalo?
—A mí no me levantes la voz, estúpido.—Le advierto.
Amo a Alonso con todo mi corazón pero su actitud puede llegar a colmarme y si cuando me sacan de mis casillas las cosas que puedo llegar a hacer son imperdonables. —Pensé que te alegrarías.—Me hago la víctima.
—Esa actitud de mosquita muerta no te queda, Paula.—Comenta Alonso, cruzándose de brazos.—Te conozco, demasiado bien. Eres una víbora. Lo único que quieres hacer es atarme a tu lado como sea. Estoy segura de que ese hijo no es mío porque ambos nos cuidamos. Además tú tienes desde hace tiempo el implante ese en el brazo.—Me lo señala.