Amatista

Capítulo 6: Bajang

Eran casi las seis de la tarde, apenas comenzaba a oscurecer, cuando Carla se alejaba de la casa de su amiga Kate.

Mientras caminaba hacia su departamento, no podía dejar de pensar en el trabajo que su amiga le había conseguido. Estaba tan emocionada con la idea que no quería esperar hasta mañana, por lo que consideraba una y otra vez si llamar al número ahora o hacerlo luego.

Al llegar al edificio donde vive, decidió que lo mejor sería aguantar hasta mañana, ya era tarde y no quería dar una mala impresión desde el inicio.

Unos minutos después, se encontraba en el segundo piso saliendo del ascensor. Caminó hasta su apartamento, buscó las llaves en su cartera y luego abrió la puerta.

-Ethan, ya estoy en casa. 
 


Habló al ingresar mientras terminaba de cerrar la puerta y colocaba el seguro.

-¿Hijo?
 


Preguntó al no oír respuesta alguna.

Acto seguido, Carla caminó por el pequeño pasillo hasta la habitación de su hijo y llamó a la puerta, al no ser atendida entró sigilosamente. «A lo mejor está dormido» pensaba antes de encontrarse con la habitación vacía.

La mujer se dió cuenta de que ya habían pasado casi cuarenta y ocho horas en que no veía a su hijo y comenzaba a preocuparse. Inmediatamente buscó su teléfono celular dentro de su cartera y revisó si tenía algún mensaje pero este ni siquiera había leído lo que ella le envío en la mañana.

Ahora no sólo estaba preocupada sino que también se encontraba furiosa. Ella le permitía a Ethan, mientras vivieran juntos, salir de noche y volver cuando guste pero siempre dejando algún mensaje o llamada avisando sobre su paradero.

La rubia teñida, marcó el número de su hijo y comenzó a llamarlo, pero este no atendía. Su desesperación crecía y no sabía qué hacer. Insistió con las llamadas hasta el cansancio, pero finalmente pensó en mantener la calma y cocinar algo para distraerse. Probablemente Ethan tenía el teléfono sin batería o tirado en su abrigo y por eso no contestaba. Lo mejor sería esperar a que lo hiciera, aunque se ganaría un terrible reproche.

///

Ethan buscaba con su mirada a esas tres personas que pudo visualizar a lo lejos, pero no parecía haber rastro de ellas, lo que le resultó realmente extraño porque no era normal que desaparecieran en tan pocos minutos.

Isaac, llegó al poco tiempo y comenzó a olfatear desde su lugar un aroma que podía reconocer con facilidad.

-¡Ethan!
 


Gritó Dana, a unos pocos metros de distancia mientras se acercaba. Darién venía tras ella.

Ethan al oírla, volteó a verla, aunque la miró algo confundido.

-¿Qué haces acá?
 


Le preguntó al instante y su amiga alzó una ceja, decepcionada ante esa pregunta, mientras se detenía frente a él.

A su vez, Isaac daba pasos ligeros acercándose a unos árboles, en dónde el reconocible aroma era más intenso.

-También escuché el grito y no podía permitir que vengas sólo.
 


Respondió en tono serio, estaba algo ofendida.

Ethan soltó un leve suspiro y Darién al fin llegaba hasta ellos.

-¿Qué fue ese grito?
 


Preguntó el colorado intentando incorporarse en la conversación.

-No llegue a ver.
 


Respondió Ethan.

-Pero mientras venía ví que habían tres personas acá y juraría que uno era una chica.
 


Agregó algo preocupado.

A pesar de que Ethan no tenía idea de quiénes eran esas personas, el sólo pensar que alguien podía estar en problemas le generaba cierta empatía.

-Probablemente fue ella quién gritó.
 


Acotó Dana, frunciendo el ceño con preocupación.

-¿Deberíamos llamar a la policía?
 


Preguntó ingenuamente, Darién.

-¿Estás loco? Esos no harían nada.
 


Dijo Dana y se cruzó de brazos.

Mientras los tres amigos, estaban distraídos con su conversación, el chico de cabellos grises acababa de confirmar que aquel aroma no era producto de su imaginación, era real.

Inmediatamente, trotó hacia Ethan y le tomó del brazo de manera un poco bruta.

-Ethan tenemos que irnos de aquí.
 


Le dijo en tono algo desesperado.

Ethan le observó apenas sintió como lo jalaba y al ver sus ojos pudo notar el terror en su mirada.

-Ethan, por favor.
 


Insistió mirándole con ojos de gato triste.

-¡Hey! Tranquilo.
 


Le dijo el castaño al chico.

-¿Por qué te pones así?
 


Preguntó intentando comprender su repentina actitud temerosa.

Darién, al escuchar las palabras de su amigo tuvo la sensación de que algo no andaba bien y por otro lado, Dana no tenía idea de con quién hablaba Ethan.

-¡No puedo estar tranquilo! Tenemos que irnos.
 


Dijo Isaac ahora más desesperado. Ethan veía como sus ojos se cristalizaron, parecía tan aterrado que si no se iban de ahí comenzaría a llorar.

-Pero no podemos irnos, esa chica que gritó podría estar en problemas.
 


Habló Ethan mirándolo e intentando hacer que comprenda.

-¡No hay tiempo para eso, Ethan!
 


Gritó molesto y le jaló del brazo para que juntos se marcharán de allí.

-¡Isaac, ya cálmate!
 


Exigió Ethan soltándose del agarre del contrario quien en verdad estaba muy asustado, pero él no podía comprender el motivo.

-Ethan, te pido por favor que me expliques lo que está pasando.
 


Pidió Dana, mirando a su amigo con nostalgia, ya comenzaba a creer que se había vuelto loco.

Isaac escuchó a Dana y luego miró a Ethan, quien con sus ojos cafés observaba a su amiga, con ganas de contarle todo, pero sin saber por dónde empezar.

-Es difícil de explicar pero...
 


Dijo Ethan pero mientras hablaba pudo ver como el pobre chico aún se veía aterrado y al percatarse de que el castaño lo observaba negó ligeramente con su cabeza, en señal de que no era el momento. Realmente quería marcharse de allí.




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