Capítulo 12: Nuevas amistades y peleas
POV: Katsumi
Salgo corriendo a toda prisa. Génesis me vió.
No quiero tener que contarle nada, ni siquiera pude contarle algo a la psicóloga, el simple hecho de pensar en él me pone mal. Es un sentimiento ambiguo, a veces siento que él es mi todo y otras veces es a quien más odio.
¿Qué me hiciste Asher? ¿Por qué no puedo odiarte como te lo mereces? ¡Te lo mereces! Todo lo malo que me pasó fue tu culpa.¡Todo!
No quiero pensar, solo quiero desaparecer...¡No quiero más! Estoy harta, estoy harta de sentirme miserable, que no valgo nada, de sentirme inútil y que todo es mi culpa. Solo quiero un descanso de mi realidad, solo eso pido.
¡Ya no puedo! Solamente quiero llorar hasta quedarme vacía, hasta que olvide todo.
—¡Cuidado! — escucho como alguien me grita enojado al golpearle el hombro, pero no tengo ganas de disculparme. No quiero dar explicaciones.
Corro y corro. No paro ni por más veces que choque con alguien o por cuánto me caiga, solo corro.
—Ahhh... jajajaja...— río con la voz quebrada soy una estúpida, gotas de tristeza corren por mis mejillas.
Doy unas cuantas respiraciones para calmarme, sin obtener resultados. Esto solo agranda mi afligido corazón.
¡¿Por qué?! ¡Por qué yo! No tengo nada de especial, ¿Por qué me elegiste a mí? ¿Por qué me destruiste a mi? ¿Acaso no jurabas amarme? ¡¿Por qué lo hiciste entonces?!
Se que esas preguntas nadie las responderá,pero es bueno sacarlas, grito como una loca. No me importa si los demás me miran mal, solo quiero sacar todo lo que tengo dentro, quiero vaciarme.
—¡Te amo! ¡Te amo y te odio!
Unos brazos me abrazan por detrás, trato de safarme, quiero estar sola. Seas quien seas suéltame.
—Shh... tranquila...soy yo...— ¿Eh? ¿Edgar?— Ahora es mi turno de ayudarte, solo sácalo todo. Nadie te va a juzgar.
—¡No! Quiero estar sola, suéltame.— forcejeo, sin embargo él no cede.
—Admitelo, necesitas despejarte y dejarlo salir.
—Eso no es cierto.¡¿Cómo podrías saberlo?!
—Créeme, se lo que sientes, con solo mirarte me veo reflejado en ti.— sus palabras hacen eco en mi cabeza y dejo de luchar.
—Entonces deberías saber mejor que nadie que quiero estar sola
—Exactamente por es, se que eso no es lo que de verdad quieres. Lo que quieres es a alguien que esté a tu lado y te apoye, fue lo que tú hiciste conmigo, ahora, voy a pagar mi deuda.— me gira y mi cara choca contra su pecho. — Llora, grita, patalea, desquitate. Yo estaré aquí para tí.
—Gracias...de verdad gracias — comienzo a llorar contra su pecho.
Mis gritos resuenan en todo el lugar mientras mi corazón roto sangra.
Lo golpeó, le gritó. Le digo todo lo que quiero decirle al mundo. Lloro como nunca, digo mis sentimientos más profundos. Pregunto por qué mi vida es así. Él no responde a nada, pero eso no es necesario, con solo su presencia es suficiente para consolarme, para sentirme tranquila y protegida, para llenarme de paz.
Es extraño, nunca creí que solo el calor de un cuerpo a tu lado que te consolara, sin palabras fuera suficiente para poder continuar, para poder sobrevivir a todo tu mundo y seguir adelante con la cabeza en alto.
«Edgar, eres el amigo que nunca creí necesitar»
***
—¿Ya estás bien? — me da una sonrisa de empatía.
—Mejor que nunca — una verdadera sonrisa se forma en mi rostro — Gracias.
Me separo de sus brazos y al instante siento el frío.
—Ahora...¿Somos amigos?
—¿No ya lo éramos? — digo con voz dulce y él sonríe. Hoy es uno de los mejores días de mi vida, pude sacar lo que llevo dentro y ganar un amigo.
Caminamos lentamente mientras esperamos que mis ojos vuelvan a su normalidad.
Nos contamos cosas, anécdotas, gustos y cosas triviales, que para mí son muy importantes.
Él me lleva hasta la puerta del área de las cabañas y nos despedimos con un abrazo.
Entro a mi cabaña y hago como si nada hubiera pasado.
Más tarde llega Génesis siendo ayudada por Ángel, nos cuenta cómo se callo y nos burlamos de ella por un buen rato, fue divertido. Ahora es un lisiada tuerta.
POV: Ángel
—Está ardiendo
Me siento muy mareado. Las voces son molestas, quiero que todos se callen.
—¡Hey!... levántate — alguien me da unas palmadas en la cara y yo lo alejo.
No me gusta que me toquen, tengo mucho calor.
—Pendejo, déjate de bromas y párate.
—¡Que te calles! — grito y me duele la cabeza, siento la garganta seca.
—Si lo metemos en una bañera con hielos...¿Se le quitará la calentura? Yo digo que sí. ¡Vamos a intentarlo! — por qué siento que el tono dulce de su voz no concuerda con lo que dice.
—Christian Meneses, deja de molestarlo. Y si quieres que hagamos eso con Ángel, también lo haremos contigo cuando estés enfermo.
—N-no... Gracias...creo que no le haré daño a Ángel, Joshua.
¿Me iba a hacer daño?
Abro mis ojos, al entender todo lo que dijieron. Este idiota dice ser mi mejor amigo pero siempre encuentra la manera de hacerme alguna travesura.
Trato de levantarme, pero me mareo.
—¿De verdad estás enfermo? — me preguntan los tontos de Edgar y Chris al mismo tiempo.
Les respondo rodando los ojos.
—Solo llamen a Adam, normalmente lo veo vagear por la academia, no le hará mal cuidarme. Por cierto, Edgar justifica mis faltas — digo mientras me acuesto y me arrullo en mi camita con mi cobijita. Ah, cuánto quisiera que Lottie me cuidara en este momento.
—Esta bien...lo que tú digas
***
—Asi que te enfermaste..dime ¿Qué estabas haciendo? — me pregunta Adam mientras entra a mi dormitorio con una bolsa de plástico en la mano.
—No se, creo que...fue por dormir con el cabello húmedo y el ventilador encendido— le respondo recostando me en el sofá.
—Ya eres casi un adulto debes ser más responsable...¿Cumples 18 el año siguiente, verdad?