¿amigos?

- CAPITULO 2 -

TRABAJO FACIL

15 de diciembre 2021...

¿Nieve?

¡Nieve!

¡Odio la nieve!

Voy saliendo de mi casa a mi trabajo de repartidor de comida rápida, no es trabajo del sueño, pero me da dinero para mantenerme, paso por el patio trasero con tan solo un poco de césped, me voy a pie al trabajo la moto que tengo es únicamente de la empresa y para el trabajo, pero no me molesta me agrada.

Voy tranquilamente caminando en frente de la tonta heladería cuando entra una llamada, totalmente detestable, por cierto, odio las llamadas, no miro de quien es el número y me acerco el teléfono a la oreja descolgando la llamada para contestar.

- ¿Qué? – Me limito a decir enfadado.

-Un bueno día por lo menos querido Edan – Escucho decir al otro lado de la línea con esa voz super dulce que tanto odio.

- ¿Qué quieres Emma?

-Tan amable como siempre, solo quería preguntarte si ¿quieres ir al cine en la tarde?

-Ya tengo planes.

-Si, si, con tus queridos amiguitos.

-Exactamente Emma, no se que tienes en contra de ellos.

-Son mala influencia para ti Edan.

-Mira mejor cuelgo no quiero oír tu sermón de siempre y ya voy a llegar al trabajo – Le miento ya que apenas he salido de mi casa.

-Muy bien, pero prométeme que te cuidaras cuando estés con ellos.

-Si, si, prometido – Cuelgo el teléfono sin dejarla decir algo más.

Emma sigue siendo mi mejor amiga, pero ahora es una totalmente controladora de todo lo que hago, eso me enfada no necesito a nadie que me cuide. Seguí caminando hasta el trabajo viendo cada persona que camina junto a mi alegremente, no puedo evitar pensar como seria mi vida si tuviera algo al cual sonreír, una vida feliz.

Ya hace mucho que he dejado de sonreír, no me recuerdo cuando fue la ultima vez que lo hice, talvez simplemente en mi vida nunca podrá ser feliz, seguramente moriré triste y amargado.

Llegue al trabajo al cabo de cinco minutos, lo mejor de mi trabajo es que no tengo que estar con una tonta sonrisa todo el tiempo, agarre mi primer pedido, metí todo en la caja azul pavo y me dirigí a la ubicación de la casa.

Realmente no hay mucha ciencia en todo esto, solo manejo hasta la casa correspondiente, toco la puerta, pongo mi mejor sonrisa falsa, entrego el pedido y me voy por otro pedido; así una y otra vez hasta las tres de la tarde.

Hoy hay mas pedidos de lo normal, muchos ya tienen vacaciones y pueden disfrutar en casa con su familia, y piden casi todo el tiempo comida rápida, lo que significa mas dinero para mí. Recorrí alrededor de cinco veces el norte del pueblo, logré entregar más pedidos de lo común.

Al terminar mi jornada almorcé un poco de comida del mismo lugar.

-Hola chico solitario – Se dirige a mí una chica pelirroja, Sofia, una chica que desde llegue esta empeñada en conquistar mi corazón, como diría Emma de dramática.

-Hola – Me limito a responder.

La verdad es que en ningún momento me llamo la atención, las chicas pelirrojas no son mi tipo, mas ella tan alegre y dulce, las chicas alegres y dulces no van conmigo.

-Tan lindo como siempre ¿Quieres salir hoy? – Sofia siempre me habla con una sonrisa de coqueteo.

-No.

-Seguro.

-Si.

-Bien, pero si cambias de opinión... - Me estira un papelito ¿De donde rayos lo saco? – Mándame un mensaje – Se levanta de la mesa y me dirige una última mirada coqueta, antes de salir, yo por lo mientras arrugue el papelito y lo deje dentro del bote de basura.

y me dirigí al punto de encuentro con mis amigos. No era muy lejos y logre llegar en menos de diez minutos. Me adentre al callejón viendo a lo lejos a esos tres chicos, uno pelinegro, otro castaño oscuro y otro pelinegro con cabello hasta los hombros que hoy tiene agarrado en una coleta de caballo.

- ¡Hasta que al fin llegas! – Dice el chico pelinegro.

-Se me hizo tarde por unos minutos Luis, no es para tanto – Le recibo una gaseosa que me ofrece mientras ellos beben cerveza.

Nunca he sido de tomar bebidas alcohólicas, lo intente una vez después que mi mamá muriera, perdí todo el conocimiento que termine en la policía que al parecer me involucre en una pelea, por suerte Emma y su padre me rescataron de ese lugar pagando una cuota para que pudiera salir, desde ese día ya no tome más, además su sabor es horrible.

-Aun no entiendo porque te sigues haciendo el niño bueno tomando una gaseosa – Dice eso ultimo como si le hubiera dado asco la bebida.

-Simplemente me gusta mas esto que eso – Hago una cara de asco al señalar la cerveza que sostiene en su mano.

-Sabes el sigue ofreciéndote el trabajo, acéptalo te dará mas dinero que ese triste trabajo que tienes de repartidor.

-Ya te lo dije lo estoy pensando, no quiero matar a nadie.

-No es matar querido amigo, este trabajo no es así a menos que se requiera claro.

-Pues por eso que aún lo pienso.

-Bueno mira que tal si nos acompañas dentro de unos días, no es nada de otro mundo y si eres tan miedoso solo quédate en la otra esquina para poder ver, estoy seguro que así te convencerás por fin.

- ¿Seguro?

-Segurísimo.

-Ok, pero solo veré desde lejos.

-Trato hecho, te llamare para juntarnos en el lugar cuando me confirmen donde es.

-De acuerdo.

Y así nos la pasamos todo el rato hablando, se preguntarán ¿de dónde los conozco?, pues es algo muy sencillo, del instituto, hemos sido amigos desde hace cuatro años, son muy buenos al igual que Emma, solo que ellos no me controlan, me dejan ser libre y hacer lo que quiera, como debe ser, ya tengo veinte años no necesito a nadie que me cuide.

Después de un tiempo regrese a casa, la verdad es que me gustaría admitir que no me gustaría aceptar la propuesta de él, si él por que su nombre es confidencial no deja que nadie lo sepa, pero la verdad es que creo que, si voy a aceptar, es tentadora esta oferta, prácticamente es dinero fácil, solo ir hacer voz intimidante y pedir la cuota mensual que se exige y ya, tan sencillo y fácil.



#15504 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amistad

Editado: 27.12.2023

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