Un lunes 17 de marzo comenzó todo. Mi vida dio un giro trascendental. Jamás me habría imaginado en situaciones como las que me dispongo a relatar ahora. Te prevengo de que todo esto va a ser muy loco, así que prepárate para comprender que «la vida da muchas vueltas, que no todo lo que se ve es lo que se es y que no se puede confiar en todos los que te rodean. La desconfianza es la mejor arma en un mundo de hipócritas».
Nuevo mensaje: Desconocido.
Lo sé todo y ni creas que te vas a salvar de mí. Ahora que sé toda la verdad sobre lo que le has hecho no creas que me quedaré de brazos cruzados. ¡Lo vas a pagar, ya lo verás! — 03:35 p. m.
«¿Ahora que sabe toda la verdad? ¿Qué verdad?»
—Em ¿conoces este número? —le dije mi mejor amiga Emily, mientras le muestro el número del desconocido que me acaba de mandar tremenda barbaridad. «¿De qué verdad me estaba hablando?»
—No, Karl. No tengo ni idea de quien pueda ser, ¿por qué? —me preguntó con verdadera curiosidad de saber que pasó.
—Me acaban de mandar un mensaje extraño, pero no es nada del otro mundo, debió equivocarse. Sigamos en lo que íbamos. —le dije restándole importancia a aquel mensaje absurdo.
Así como hacíamos todos los días después de clases, Emily venía a mi casa y pasábamos en mi habitación toda la tarde haciendo nuestros deberes de la escuela y en eso estamos en estos momentos, haciendo la tarea de historia, que por cierto es mi asignatura favorita.
—Karl, ¿has terminado el ensayo sobre la tercera guerra mundial? —preguntó Emily.
Ella se encontraba en el escritorio que estaba al lado de mi cama mientras estiraba el cuello para ver cómo iba con mi ensayo, mientras yo intentaba concentrarme en escribir algo bueno para que la profesora sintiera el interés de que quería pasar la materia ya que iba muy mal. A pesar de que era mi asignatura favorita últimamente no le daba mucha importancia a nada y mucho menos a la escuela. Ese era mi último esfuerzo por superar y seguir con mi vida.
—En eso estoy, ¿cómo vas tú? —pregunté mientras me acomodaba en la cama para poder escribir mejor sin cansarme de estar en la misma postura.
—Mal. Tú sabes muy bien como odio la historia.
—Amiga mía, tu odias todo lo que tenga que ver con la escuela, no es solo la historia —dije en juego, aunque no lo era del todo ya que es cierto que ella odia estudiar y hacer cualquier cosa que tenga que ver con la escuela, por eso viene a mi casa todos los días porque sabe que conmigo tiene que estudiar ya que no le dejo otra opción.
—En parte tienes razón, pero es que no le encuentro sentido a nada de esto que hacemos en la escuela, siento que estoy perdiendo mi tiempo yendo a ese antro de perdición en vez de estar viajando por el mundo con un hombre bien bueno que me quiera. —dijo con la misma cara de tonta que colocaba cada vez que divagaba en lo que podía ser su vida sin la escuela.
—Y dime ¿de dónde vas a sacar el dinero para todo eso? —pregunté para ver si por fin la bajaba de la nube de cosas absurdas que ella misma construye.
—Ahí está mi problema —dijo haciendo pucheros.
Nuevo mensaje: Desconocido.
Espero todo lo que le hiciste haya valido la pena. — 03:40 p. m.
«¿Valido la pena? ¿De qué habla? ¿Qué es lo que pasa aquí? Lo más probable es que se haya equivocado».
Enviando mensaje: Desconocido.
Creo que se ha equivocado de número, lo siento. — 03:42 p. m.
«Con eso estará resuelto el asunto. Espero».
Nuevo mensaje: Desconocido.
Claro que no me equivoqué. Sé perfectamente que tipo de persona eres y lo que hiciste, y lo vas a pagar o ¿es qué ahora no recuerdas nada de lo que le hiciste a Hal? — 03:45 p. m.
Al leer ese nombre casi tengo un paro cardiaco. El tiempo se detuvo. Los minutos se hacían horas. Todo esto parecía una vil pesadilla.
¿Hal? Supe de su muerte al entrar el primer día de clases, pero nunca supimos cómo fue y qué lo generó. Hal siempre había sido una chica especial y hermosa, muchos querían estar con ella, pero ella nunca mostró afecto por ninguno de ellos. Siempre tuvimos una amistad cercana pero no lo suficiente como para saber qué le pudo pasar o cualquier otra cosa a cerca de su vida. Lo único certero que se sabía de ella era que estudiaba en la misma escuela que todos nosotros.
Editado: 24.11.2019