La oscuridad era escalofriante. Las personas actuaban de forma natural. No había nada que pareciera extraño, pero había algo que no cuadraba. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Siento que me toman de la mano. Las personas corren felizmente hacía una dirección. Me veo yendo en la misma dirección sin querer hacerlo.
Por más que quisiera no podía distinguir quien era la persona que estaba tomando mi mano, solo tenía la certeza de que era una mujer.
De un momento a otro llegamos a un lugar en el cual jamás había estado. Todo seguía oscuro. Creía conocer a todas las personas que están reunidas en ese lugar —que, por cierto, eran muchas—. Todo era de hierro y aluminio. Había un enorme conteiner en medio del inmenso y desolado lugar.
Uno de los chicos que estaba en el lugar, anunció que era hora de que comenzara la diversión. Todo se hizo muy extraño. El muchacho desprendió la parte superior del gran conteiner con más fuerza de la que aparentaba tener. Era impresionante.
Dentro del conteiner había agua. Sí, agua. Estaba completamente lleno de agua y extrañamente amoblado como si de una casa se tratase; parecía tener todos los elementos que no deben faltar en una casa: cocina, sala, cuartos, etc. Todo esto me dejó mucho más asombrada de lo que ya estaba, pero hubo algo que me sorprendió mucho más: cuando el chico que abrió el conteiner preguntó quién quería entrar de primero me vi alzando la mano contra mi voluntad.
Me vi desnudándome. No tenía absoluto control sobre mi cuerpo; sentía que yo estaba haciendo todo eso, aunque intentaba resistirme y controlar mis movimientos no podía. El agua estaba fría por la helada noche, pero se sentía agradable.
Ya dentro del agua, las demás personas comenzaron a saltar dentro también. Todo era impresionante. Dentro había luces de neón: azules, verdes y rojas. El lugar me parecía familiar, pero no sabía de dónde. La sala estaba muy bien decorada con un gran sofá de cuero, al cual me fue imposible definir un color por la iluminación. Los pasillos y espacios me parecían conocidos, pero no sabía por qué. «¿Por qué no puedo recordar?», me preguntaba.
Por estar recorriendo todo el lugar, no me había percatado de que no necesitaba aguantar la respiración bajo el agua; podía respirar con naturalidad.
Siento que alguien me toma del brazo y tira de mí. Su mano al tacto se sentía fría, más fría de lo que debería estar. Cuando voy dando la vuelta me veo frente a frente con alguien que me dejó más frío de lo que estaban las manos de esa mujer. Era Hal.
Me despierto exaltada. Tenía mucho tiempo sin tener sueños de ese tipo. Más bien creo nunca haber tenido una pesadilla con anterioridad. Me sudaba la frente y las manos. Estaba temblando. Todo fue tan repentino y espantoso que no lo pude creer.
Lo primero que pasó por mi mente fue llamar a mi mejor amiga para contarle todo lo que había soñado y lo que había pasado con mi padre, pero nunca contestó y con justa razón, eran las 3 de la madrugada. No sabía en qué momento me había quedado dormido, de la rabia que tenía me acosté bocarriba en la cama a pensar en todo lo que había pasado y quien sabe en qué momento caí del cansancio.
—Necesito que me contestes Emily —susurré mientras intentaba ponerme en contacto con mi amiga. Me di por vencido y entré a Skype a ver quién estaba conectado y ahí estaba Leo como siempre. Pareciera que ese muchacho no hiciera más nada que estar todo el día en frente de un computador.
Leo contesta inmediatamente la video-llamada, como si la estuviera esperando: —Ey, Karl. ¿cómo te va? ¿No deberías estar durmiendo?
—Eso mismo me pregunto yo de ti. Está muy tarde ya, Leo. ¿No crees?
—Sí, sí. Es que estaba esperando que se conectara una amiga que vive en otro país y me pidió que la esperara porque teníamos mucho tiempo sin hablar.
—Va, te entiendo —dije no terminando de tragarme el cuento.
—¿Y tú? ¿qué haces tan tarde por aquí?
—Ah, cierto. Es que no puedo dormir, acabo de tener una pesadilla de mierda.
—Me imagino que la pesadilla tiene algo que ver con lo que me contaste la otra vez.
—Sí, ¿cómo lo sabes? ¿Estás dando clases de brujería o algo por el estilo?
—No, es que la otra vez leí en alguna parte que los sueños son el reflejo de algunas cosas importantes que están ocurriendo en nuestra vida, entre ellos nuestros deseos y temores.
Editado: 24.11.2019