Narador omnisciente
Una jaula, eso era lo que pensaba Brianna, que se encontraba en un jaula como si ella fuera un animal en cautiverio, sin posibilidad de salir o congeniar con otras personas.
Tres días habían pasado desde la última conversación decente que había tenido ella, la única que pasaba por su habitación para asearla, alimentarla y verificar que todo en ella este bien era una enfermera de unos 40 años talvez, nunca hubo interacción entre ellas por más que Brianna le preguntara algo la enfermera no le respondía.
El silencio la angustiaba, la falta de información sobre ella o lo que se supone había hecho la angustiaba aún más, estaba muy asustada por su futuro.
¿Qué haría ella si la envían a la cárcel?
¿Alguien iba a visitarla?
¿Por qué nadie le daba respuesta?
¿Cuándo se irán las pesadillas?
Si, ella tenía pesadillas escalofriantes que hacían que no pueda conciliar el sueño, ella solo quería que eso pare, cada noche despertaba a causa de esas pesadillas con la respiración agitada, templando o con el rostro húmedo por unas cuantas lágrimas que salían involuntariamente.
3:40 a.m.
Otro despertar agitado para Brianna, otra pesadilla horrible había molestado.
Se levantó de la cama haciendo que su cuerpo se estremeciera cuando sus pies tocaron el piso frio, el dolor de su cuerpo era mínimo, soportable.
—Estoy cansada—suspira y se sienta en la cama cuando se marea un poco.
El hospital siempre ha sido callado a esta hora, pero a diferencia de los demás días hoy se escuchan murmullos fuera de su habitación, pasan unos segundos para que la puerta se abra.
—Creí que estabas dormida—susurra Meredith, la residente que vio a Brianna el día que despertó, cuando tuvo el ataque.
— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te dejaron entra?—pregunta Brianna sorprendida, para nadie es novedad que ella esta siendo custodiada, por lo tanto hay policías fuera de su habitación y estas no son horas de visita.
—Simplemente los ayude a dormir—responde Meredith encogiendo sus hombros—tengo un recado.
— ¿De quién ?—Frunze el ceño cuando le entrega un sobre.
—Creo que ya pasó mucho tiempo para que sigas aislada, pronto entenderás— esas son las únicas palabras que dice antes de irse.
Ella lo sabía, el abrir ese sobre le traería más confusión pero también podía despejar o responder algunas de sus dudas acerca de su pasado.
Suspiró cansada, tenía que buscar una solución para su problema, pensando en el pro y contra de ver el contenido tomo una decisión, abriría el sobre.
Un celular y una hoja, solo eso era lo que contenía el sobre, el celular empieza a vibrar indicando que hay una llamada entrante, contesta.
— ¿Hola?
—Soy Meredith, quiero que pongas el celular en silencio, ahora—hace lo que indica— nadie tiene que saber que lo tienes.
— ¿Por qué me lo diste? Sabes que esto es peligroso—la regaña— pero yo lo recibí como estúpida también me involucra, genial esto me traerá problemas, y mira ya tengo muchos que ni siquiera entiendo, soy una estúpida—repite, haciendo que Meredith ría—¿te parece divertido?
—La verdad siempre me ha parecido divertida tu faceta de chica histérica sin sentido—suspira conteniéndola risa—nadie se dará cuenta, solo debes poner el celular dentro de la almohada.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué, que?
—Sabes de lo que te hablo
—Necesitas volver, necesitas recordar
—¿Que se supone que debo hacer?
—Talvez si miras las fotos que hay en el celular recuerdes algo, Bry enserio queremos ayudarte pero primero debes hacerlo tu sola—se escucha otra voz en la otra línea haciendo que Meredith suspire— Sólo...has tu mayor esfuerzo.
Termina la llamada y Brianna hace lo que le recomendó, buscar las fotos.
Tres fotos y una nota de voz
La primera foto las muestra a ambas, su hermana, una abrazando a la otra, en medio de un bosque, con ropa deportiva.
—Bianca y Brianna—lee los nombres que están debajo de ellas, ríe cuando lee el “creo” ¿quien podría darse cuenta de cual es cuál? son tan idénticas.
—Caleb, Farid—pasa a la siguiente foto en la que ahora hay dos chicos, Caleb más alto que Farid ambos pelinegros con unos trajes negros haciendo resaltar un poco sus ojos cafés.
—Brais, Suew, Adair, Zally, Meredith, Carter, Mark, Roger—detalla a todo leyendo los nombres, mira el lugar, lo que parece ser una playa todos con trajes acuáticos, pero su vista recae en la persona que no tiene nombre, castaño de ojos color miel.
—Talvez olvidaron ponerle su nombre— le resta importancia, todos cometemos errores, talvez Meredith lo olvido.
Pasa a la nota de voz
«—Holiiiiii, aquí de nuevo la personita que te está cuidando, Meredith—silencio durante unos segundos— ¡Nooo! Dame eso, yo tuve la idea por lo tanto solo yo voy a hablar ¡Carter! no molestes ¡déjame!—comienza a reír—déjame, Bry quiero que sepas que esto no estaba planeado y que esta era mi idea, no espera eso sono contradictorio, la cosa es que Carter me arruino el audio y que yo planee esto del celular, listo, te paso con Carter— se escucha mas risas.
—Aquí Carter reportándose, solo quería decirte que espero que estés bien y que sabemos cómo eres tú, talvez estés torturándote a ti misma al pensar que mataste a tu hermana u otras cosas, pero te conozco Bry, tú no eres así, no hagas que otras personas envenenen tu ser o te confundan, enserio quiero, corrección queremos ayudarte, pero…—calla unos segundos— solo vuelve a ser tu para que puedas arreglar toda esta mierda, te paso de nuevo a Meredith.
—En el celular solo hay tres fotos, pero en cada una de ellas esta una parte de ti, detalles, fíjate en los detalles, recupérate y no hagas nada estúpido, te quiero—pasan segundo en los que Brianna piensa que eso fue todo pero entonces escucha un “okey” y vuelve a escuchar con atención— la carta que está ahí no es mía, ni siquiera debería estar ahí pero creo que te podría ayudar, no se lo digas a nadie, de nuevo no hagas nada estúpido, pronto nos veremos.»
Editado: 23.02.2021