Ya ha pasado poco más de una semana, y no mucho ha cambiado, las crisis disminuyen poco a poco, cada vez las punzadas se vuelven menos dolorosas, todo gracias al medicamento que me da el doctor Flemyn.
A mi lado en la mesita de noche está el mismo periódico de hace una semana, y los 5 delincuentes que hay en el artículo de la portada, por alguna razón me llaman la atención, desde la primera vez que la vi no he podido sacarme esa noticia de la mente.
Es como si me llamara, quizás tenga algo que ver con mi pasado, le pregunte al doctor Flemyn sobre el artículo del periódico y el solo respondió:
- Solo son delincuentes que huyen de la justicia, espero algún día caigan en manos de la policía roja -
Solo eso me quiso decir, ¿aunque tampoco sé que sea la policía roja? Ya son más de las 12:00 pm, es la hora donde vienen las fisioterapeutas a ayudarme con la recuperación de mis músculos, hace unos días empecé a caminar, mis primeros pasos fueron como los de un bebé casi me caigo, pero ya el segundo día estaba caminando como todos los demás, las doctoras dicen que debo caminar al menos un par de horas al día. Quizás en unos días me dejen salir del cuarto, aunque dicen que todavía es muy pronto.
Como lo han hecho todos estos días las fisioterapeutas llegan y empiezan con mi cuello, espalda y van bajando hasta llegar a mis pies, haciendo más trabajos en mis piernas y brazos.
En cierto modo es un poco relajante pero los primeros días dolía horriblemente al punto de tener que tomar analgésicos.
- ¿Y cómo siguen esas pesadillas? - me pregunta una de las doctoras, no se su nombre, dicen que aquí no es importante saber los nombres.
- Son constantes, y siempre terminan cuando veo a la chica de la capucha - le respondo.
- Quizás sea efectos de tu tiempo en coma, tu imaginación creo todo eso para entretenerse - responde la otra doctora, ellas son diferentes, una amable y positiva y la otra un poco más sombría y realista.
Aparte del doctor Flemyn nadie de me ha dicho su nombre, todos dicen que no es necesario que lo sepa.
Las fisioterapeutas terminan su trabajo luego de verme caminar por toda la habitación, las dos se despiden y yo me siento en la cama, estoy cansado el esfuerzo físico me agota y así sea solo caminar.
Pero el cansancio no se interpone con el pequeño tesoro que miro todos los días desde que volví a caminar.
Me paro de la cama y camino hacia la ventana de cristal, y me paro frente a ella, su vista es majestuosa, se ven un montón de edificios, pero lo que más me atrae es el color que toma toda la ciudad, es como si fuera un color rojizo, pero un poco más claro.
Esta es la vista de la Ciudad Roja, puedo ver los autos pasando y las personas caminando siempre apuradas.
Quiero caminar por esas calles, sentir el viento conocer personas quiero recorrer la ciudad y verla por completo, esas son las cosas que me digo todas las tardes cuando estoy frente a la ventana. Se han convertido en mis mini sueños por ahora.
La alarmar suena, una luz a un costado de la cama y dos pitidos indican que me toca el medicamento para las crisis, la primera vez que vi la alarma me sorprendí no lo esperaba estaba acostado y al sonar ese ruido a mi lado di un muy pequeño salto encima de la cama. Todos los días me sorprenden con la tecnología aquí.
Quito mi vista soñadora de la ventana y vuelvo a la realidad, saco una pastilla y la pongo en mi boca, está un poco amarga pero no es nada comparado con los dolores que me darán si no la tomo.
Paso mi mano por mi cabeza, mi pelo está casi nivelado, el área donde fui operado tuvo que ser afeitada, y cada día reviso mi pelo.
- Tranquilo te ves bien chico - dice una voz a mi espalda, volteo y es la chica que vino la semana pasada, esta vez esta vestida con unos jeans de cuero negros y una camisa blanca dejando ver su escote.
¿No la escuche abrir la puerta ni entrar como lo haría?
- ¿Como entraste sin hacer ruido? - pregunto.
- Soy de la agente especial de la Policía Roja chico es mi especialidad - dice ella con una gran sonrisa de orgullo.
- ¿La Policía Roja? -
- Si somos el organismo Nacional de orden público solo que en esta ciudad se llama "La Policía Roja" - responde ella.
- ¿Y cómo te sientes Chico? -
- Un poco mejor, ya puedo caminar y las crisis están desapareciendo - le respondo mientras me acuesto en la cama, aunque me siento mejor mi resistencia física esta por los suelos.
- Te ves un poco agotado, seguro que es porque tienes un mes metido en esta habitación en coma y más de una semana despierto, ¿no quieres salir por aire fresco? - me pregunta la chica de gran escote.
Salir de aquí es lo que tengo en mente todos los días, quiero ver cómo es todo afuera, tengo que aprovechar esta oportunidad.
- Si quiero salir - le respondo animado................