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Sin embargo, mi lista de prioridades era otra, al menos por aquel día: buscar trabajo. Había preparado mi hoja de vida con el mayor de los esmeros. Me auto-convencí durante todo mi viaje en avión desde Montreal de que conseguir trabajo en Lilloet sería muy sencillo. ¿Quién en su sano juicio rechazaría un perfil como el mío? Había estado en una de las mejores universidades de Canadá, claro que sin acabar ninguna carrera, solo cursé un par de semestres de distintos cursos disímiles: antropología, biología, astronomía, filosofía… Era conciente de que había desperdiciado los últimos cinco años de mi vida y me había llenado de deudas… 

Sin perder tiempo me despedí de mis tías. Morgan se preparaba para ir a su trabajo: un salón de belleza muy poco importante sobre la calle principal, mientras Elaine se pasaría el día mostrando casas y soportando a su jefa quien sólo le daba un porcentaje mínimo- por debajo de lo legal- por cada venta. Había tenido la oportunidad de escuchar a Elaine que aquello era solo temporal hasta que pudiera rendir el examen de bienes raíces y poder trabajar de forma independiente. (Examen que costaba mucho dinero, y que estaba más lejos de alcanzarse de lo que a Elaine le hubiese gustado).

Atravesé ávido las cinco cuadras que me separaban de mi primer elección: la escuela secundaria de Lilloet. Sonreí cuando llegué al pequeño campus. Está demás decir que seguía todo igual, cuando entré a la Dirección. Por mi experiencia sabía que no debía perder tiempo con intermediarios. Mi hoja de vida tenía que ser entregada en mano de quien realmente tenía la autoridad para darme trabajo.

Miré de reojo la pequeña recepción, la cartelera seguía en el mismo lugar, cubierta por millones de carteles, avisos, dibujos… Parpadeé confundido: 

¿uno de esos dibujos parecían ojos reptilianos…?

 No quise acercarme más por lo que sólo pude captar algunas palabras sueltas, de lo que parecía un panfleto proselitista…

 “they are among us…”

No sé por qué pero al leer aquello me recorrió un frío por la espalda que no supe explicar…Y por un par de minutos mi mente se puso en blanco. Y no recordaba ni quién era, ni dónde me encontraba...