Sol llegó a su casa, estaba tan feliz. Le mandó un mensaje a Julian para ver si había llegado. Pero no obtuvo respuesta. Ella se tiró en la cama, no podía dejar de pensar en ese encuentro tan maravilloso, no dejaba de mirar las fotos y sonreir.
Pasaban los minutos y no recibía noticias de su amado. Ella obviamente se imaginaba lo peor, creía que el ya no quería estar a su lado. Empezó a derramar lágrimas, pensaba cualquier cosa.
Media hora después el le escribió, le contó que se había quedado sin batería en el viaje. Y que por ese motivo no pudo escribirle.
Estuvieron hablando toda la noche, estaban tan felices por su encuentro, no dejaban de decirse cuanto se amaban y el estupendo día que habían pasado.
Pasaron los días y obviamente se volvieron a ver. Sabían que tenían que aprovechar ya que luego el tendría que regresar a su ciudad debido a que asistía a la universidad. Sol estaba triste, era la despedida. Tendrían que esperar otro año más para verse. Porque el solo podía venir en las vacaciones.
El momento llegó, lo inevitable tenía que pasar, el tan doloroso día de la despedida. Sol era tan sensible que al acercarse el momento de despedirse no dejaba de llorar, no quería separarse del amor de su vida. Lo abrazaba, lo besaba, los dos sabían que no era la última vez que se verían. O si?.