(AÑO 1999)
Soy Camila Vargas, vivo junto a mi madre en el pueblo de Santa Ana ubicado en el departamento del Cuzco, el lugar es hermoso y tranquilo (al menos hasta hace tres meses antes de la llegada de la familia Casinelli), mi mamá se llama Paulina ella es de la capital. Cuando quedó embarazada muy joven (16 años) mis abuelos le dieron la espalda y al contarle todo lo que estaba pasando a mi padre, él frescamente se lavó las manos y nos abandonó, al verse desvalida, aceptó la invitación de la tía Camila en venirse a vivir a este pueblo, ella la ayudó mucho en mi nacimiento y crianza, aunque la tía nunca tuvo hijos para mi madre si lo fue además de un gran soporte, junto a ella salimos adelante gracias al cariño que siempre nos mostró.
Hace seis años la abuela Camila, como solía llamarla, falleció, fue un duro golpe para ambas, se nos había ido nuestra fuerza, nuestro soporte, pero siempre la recordamos con mucho cariño y sobre todo con alegría como siempre nos pidió que lo hiciéramos. Al morir la abuela nos heredó la casa donde vivimos, esta es muy acogedora, cuenta con dos habitaciones en la parte superior donde una de ella es la mía y la otra de mamá, dos habitaciones en la planta baja donde también se encuentran el baño, la cocina, la sala y comedor.
Después de mucho tiempo, para ser exacta dos años, veo a mamá sonreír con un semblante de quinceañera, bien dicen que el amor te cambia la vida y al parecer ella no es la excepción. Hace tres años llegó al pueblo el señor Tanaka quien es un japonés muy serio y de poco sonreír e instaló el primer mini mercado en el distrito, mamá empezó a trabajar para él gracias a que el negocio donde ella trabajaba cerrara por falta de clientes ya que todos se iban a comprar al mini mercado, al ver esta situación ,mamá solicitó trabajo y fue rápidamente aceptada, ahora ayuda al Sr. Tanaka con las compras y la administración del negocio, tengo que admitir que es buena negociando, y creo que fue allí que empezó la historia de estas dos almas que andaban solitarias. Hoy en la mañana después del desayuno me dijo que invitaría a su jefe a cenar puesto tienen algo importante que decirme.
Mi madre me dice esto, porque últimamente me he quedado hasta muy tarde después de clases con Marcela y Joaquín haciendo nuestros deberes y entrenando en la piscina municipal del pueblo, ya que, por ser parte de selección distrital en natación, la municipalidad nos ha brindado las facilidades para entrenar cuando queramos. Estamos entrenando muy duro porque se acerca las competencias provinciales y obviamente queremos ganar, no solo porque no nos gusta perder, sino porque son clasificatorias para ser seleccionados a las competencias departamentales y así ir sumando puntos para formar parte de la selección departamental. Hemos participado en algunas competencias desde nuestro primer año de secundaria y aunque aún somos amateurs, hemos ganado algunas medallas que van sumándonos puntos, ya que nuestra meta es llegar a ser parte de nuestra selección nacional y tener así la oportunidad de representar a nuestro país en los juegos olímpicos y como sabemos que este sueño es difícil, nos esforzamos día a día por ser mejores en este deporte y claro en los estudios también porque queremos entrar a la universidad como deportistas calificados.
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Editado: 31.05.2019