Viernes 06 de noviembre de 2016
Estamos esperando a que toquen la campana para entrar a clases. Demien y yo, ¿Cómo estábamos? No lo sé…
Él lo intenta, pero yo aún me siento un poco extraña al tenerlo cerca.
—Mía va a matarme. Me cancelaron un examen… Y no tengo una familia que haga una “donación coincidencial” a la escuela en momentos como estos.
—Aunque la tuvieras —le digo—, Voldemort nunca ha cambiado una calificación.
—Pues no hay más qué hacer.
—Joder… Estás cagado.
—Bueno, hasta aquí mi deseo inexistente de ir a la universidad.
—¿No hay nada que se pueda hacer? —pregunta Cecile.
—Secuestrenle el perro, algo —murmura.
—No es tan mala idea
¿Excusa para ir a su casa, otra vez?
—¿Y qué vas a hacer?
—Evitar que Thomas me mate desde Inglaterra, porque seguro que me manda a matar cuando se entere.
Eventualmente nos levantamos y Demien camina conmigo hasta alcanzar a Sophie. Me siento con necesidad de hablarle… Cuando me ve a lo lejos Sophie se levanta un poco dubitativa, pero Jules la detiene.
—Literalmente, te quiero aquí pronto, ¿Sí, querida? —le ordena con una sonrisa hipócrita Jules.
—Además tienes trabajo que hacer —dice Puti Jenna.
Maldita Perra. ¿La hacen trabajar?
Conociéndolas seguro la hacen completarles las tareas. Esas tipas de verdad quieren que yo les saque los ovarios…
—¿Sophie? ¿Estás bien?
Nos alejamos.
—S-sí, ¿Por qué?
—¿Por qué estás con ellas? Hello, son Jules y su séquito, son ellas.
—Son buenas... —dice en un susurro— dijeron que serían mis amigas. Son buenas, solo debes darle tiempo… conocerlas.
—Ellas siempre han sido unas mierdas contigo. ¿Y ahora serán amigas?
—No sé... ellas dijeron...
—¿Y vas a creerles que de verdad quieren ser tus amigas? Vamos, Sophie. Conoces a Jules, puede enseñarte el cielo con una sonrisa, pero siempre terminas en el infierno, es una hipócrita. No dice la verdad.
Ella me mira con desagrado.
—¿Qué? —no puedo creer que se va a defenderla… —¿No puedes creer que yo puedo tener una amiga? ¿No sería suficientemente buena? ¿Acaso ellas nunca se harían amigas de una persona como yo?
—Jodidamente sabes que eso no es lo que digo —la miro—, solo digo que ya sabes como son. Y no quiero que te lastimen.
—¿No quieres? ¿Y qué quieres? ¿Qué me quede como una estúpida, sola en clase? ¿Qué me quede viendo como Petra me ignora y tú ni me saludas? Ustedes me desecharon, tú me desechaste, y ahora vienes con esto. Tú me desechaste, no te importé... ¿Qué me queda? Yo solo quiero amigas, ¿Sabes? Es lo único que quiero, ser parte de algo.
—Sabes lo que hiciste, Soph...
—Me abandonaste —se marcha—, no deberías tenerle rencor a tu papá, porque eres idéntica a él.
La abandoné.
Antes de irse vuelve a mirarme. Sus ojos muestran arrepentimiento, así que ella misma sabe que ha tomado un lugar muy sensible… Pero al final, ella tiene razón.
+
Camino por el pasillo con las pelirrojas. Ambas tienen cierta conversación en la que no participo.
Un cigarrillo no me viene mal…
—Mamá dice que quizás debamos ir a la gala. Para volver a entrar en el círculo y buscar inversionistas. Será en dos meses.
—Si no tenemos otra opción —escucho que susurra Petra.
—Yo... será nuestra primera gala sin papá, los medios van a preguntarse dónde está... Y puede que se desate una tormenta contra la familia... Eso va a llevar a muchas preguntas, mucho trabajo en los restaurantes, mucho estrés...
—Sí, lo sé, Cecile —responde por lo bajo—. Ya veremos qué hacemos.
—Sí. Yo solo quería decirte que si querías apoyo... o hablar de algo...
—Llamaré a mi mamá biológica, a mi mamá Ingrid o con la tía Karenina, o iré al cementerio para hablar con papá. Así que no te preocupes.
Aprieta el paso y nos deja atrás.
—¿Qué pasó ahora?
Cecile no dice nada.
—Estaban mejorando hace nada.
—Papá llamó desde la cárcel… Y me mandó dinero con un abogado. Dijo que era para mi futuro.
—Hasta tu psicópata asesino padre está más presente que el mío —murmullo —Deja de intentar tan fuerte que ella te amé —digo más fuerte—, al final, Petra siempre hace todo a su tiempo. ¿Sí? Cuando se sienta lista, ella misma va a querer tomar su relación contigo. Das pena, mujer.
—Yo…
—Deja de perder la dignidad tras ella.
Por primera vez en todo el tiempo en que he hablado con Cecile le sonrío sin cinismo, de manera real y tierna.
—Quiero… lo mejor para nosotras. Redimir las cosas que le hice cuando papá aún estaba aquí.
—Cuando alguien está dolido, simplemente no quiere amor. El dolor lo ciega. Aunque lo necesite, no lo quiere.
Mi padre me dijo eso sobre mi madre años antes de irse, me dijo que mamá era la persona que más necesitaba amor, pero que ella nunca lo aceptaría, porque… el dolor la cegaba.
—Yo sí lo quiero —sus ojos se aguan— y también estoy dolida, a mí también me duele; y ese amor… yo lo quiero.
—Pero ella no.
—Esto también es sobre mí. También tengo dolor…
—A ella no le importa eso —murmullo.
—Quiero el amor de mi hermana. ¿Sí? Mi vida era mi papá, y adivina, resulta que asesinó a mi abuelo, asesinó indirectamente a mi abuela, y puede que a mi tío y padre de mi hermana también, maltrató a mi madre y a Petra. Mi vida me quitó la vida. Siempre hice todo para que me amara, para que sintiera que era la hija perfecta y sé que, en su retorcido corazón, yo era lo único que de verdad amaba y ama... pero cuando lo vi tras las rejas, me vi a mí misma y cómo terminaría si seguía junto a él… testifiqué en su contra no solo por el caso, sino porque me convencí a mí misma de que debía hacer una reforma en todo mi ser. Perdí mi vida, porque lo perdí. Me refugiaría en mamá, pero mamá siempre fue distante de niña, supongo que por la culpa de haber dejado a Petra abandonada con Ingrid... Ahora se esfuerza… ella… ella se esfuerza, pero ya no es lo mismo, no creo poder conectar con ella como no lo hice en mi infancia. No puedo conectar con mamá, en el fondo ella me culpa por papá, y tampoco no puedo conectar conmigo misma… Petra… Petra es todo lo que tengo ¿Sí? Yo la quiero, quiero que ella me quiera... Es todo lo que tengo. Ella es todo lo que tengo y que no he perdido de alguna manera y sé que está dolida, sé que su dolor es más grande que el mío, pero ¿Y mi dolor? Nadie nunca se pregunta por él. Su dolor es más grande que el mío, pero para mí el mío es más feroz, porque es el que siento. Ella descubrió que mi padre no es su padre, sino mi tío, así que lo entiendo. Es mi media hermana, lo acepté. Que mi padre es un asesino, también lo acepté. Pero no puedo aceptar que me desconecté de mi padre por como es, de mi madre porque nunca tuvimos una relación madre-hija, de mí por como fuí… y que ahora también de Petra —me mira anhelando que la entendiese—, no sé por qué te digo estas cosas, a ti no te importa nada sobre otras personas.
#2269 en Novela contemporánea
#17183 en Novela romántica
profesor alumna deseo pasion, amor odio aventuras rencor bromas pasado, adolescentes euforia malas decisiones
Editado: 30.09.2023