A diferencia del episodio original de la novela, esta vez no se cancelo la ceremonia, el sacerdote siguió con la ceremonia y la corona real fue colocada sobre el príncipe Vinzenz y eso se hizo saber a todos los ciudadanos quienes desde afuera ovacionaron al nuevo Rey de Alois, una nueva etapa iniciaba para la Nación. La fiesta de celebración llegó automáticamente y todos los invitados comenzaron a festejar con sus líderes monarcas.
Mis padres me habían advertido que no me moviera de nuestro lugar en una de las mesas con comida pero sinceramente debía de hacer que mi nefasto impedimento porque la ceremonia se cancelase diera frutos, y eso seria lograr que Vinzenz Lotz, ahora Rey de Alois, me vea como una amiga aliada y no una villana. Con cautela avanzo entre los invitados aprovechando que mis padre han ido a hablar sobre un tema diplomático con otra pareja de Condes.
Aprovecho para subir una de las escaleras y puedo ver con claridad a todos los invitados, intentando buscar a los protagonistas pero entre tantas personas se me es difícil, saco un fuerte suspiro de mi boca y camino hasta unas gigantescas cortinas y las atravieso llegando hasta un amplio balcón decorado con varios maceteros con flores.
- ¿Es un habito de usted escabullirse entre las personas?- el mismo bello hombre de hace un rato, ahora esta a un extremo del balcón.
- ¿El suyo es perseguir sigilosamente a las personas?- le revierto la pregunta.
- No lo suelo hacer pero no hay otra cosa interesante que hacer aquí-
- Me alegro que mis acciones le diviertan, Duque de Herzog.- me vuelvo a girar hacia la barandilla del balcón y veo el inmenso jardín del palacio.
- Lamento no haberme presentado como es debido, no quería parecer pretencioso al dar a conocer mi parentesco con el Rey.
- Claro lo entiendo, pero desde mi posición no fue muy favorecedor, de todas maneras debo agradecerle por ayudarme a detener a ese delincuente.
- Si me hubiera avisado con anticipación podría haber evitado que su fina orquídea se manche de la desagradable sangre de ese rufián.
-Por lo contrario a lo que las personas murmuran sobre mi, no soy de las que se aferran ni le importa mucho las cosas materiales.
- Eso habla bien de usted, y si le soy sincero, no hago caso a los chismes de la sociedad.
- Bueno, un punto a su favor- murmuro para mi misma.
El duque se posiciona a un lado de mi, ambos viendo hacia la vista que tenemos frente.
- Son bellas esas flores ¿no lo cree?- menciona él.
- Si, aunque no son usuales de donde yo vengo.
- Por lo que se, el condado de Verkel es muy conocido por sus enormes jardines de rosas.
Diantres, yo me refería a la ciudad moderna, casi hablo de más.
- Claro...pero yo me refería a esas- señalo hacia un extremo del jardín, unos abundantes arbustos con largas flores moradas.
- Ah, se refiere a las flores de lavanda, si, esas son mis favoritas.
- ¿Por su olor?
- Por su color en realidad- siento su mirada a un lado de mi rostro- desde hace un tiempo el morado se convirtió en mi color favorito.
Percibo un poco de referencia a algo pero no lo entiendo del todo.
- Claro, todos tenemos distintos gustos- respondo sin mas.
Se produjo un silencio que nos abrazo junto al fresco aire del atardecer, no sabia que habían pasado varias horas pero tal parece que la ceremonia y la fiesta están durando mas de lo esperado.
- Hay algo de lo que tengo duda ¿Cómo sabia sobre las malas intensiones que ese hombre tenia para irrumpir en la coronación?
- Digamos que solo fue...intuición.
- Intuición...al parecer tiene mas virtudes de lo que aparenta Lady Lechner.
- Así es.
- Si le soy sincero, creo que habría sido otro el motivo de su accionar.
- ¿Qué otro motivo existiría? Creo que todos en mi posición hubieran echo lo mismo, estamos hablando de proteger a toda costa a nuestro líder.
- No creí que fuera su espíritu patriótico lo que la hiciera apuñalar a un completo desconocido ¿Segura que no fue su embellecimiento con mi primo?
- ¿Se refiere a la admiración que como toda buena ciudadana siente hacia sus lideres?
- Me refiero a ese enamoramiento que tiene desde los 13 años hacia el ahora Rey de Alois.
- Para alguien que dice que no hace caso a los chismes sociales parece estar muy informado.
- Dije que no les hago caso, no que no los escuchaba.
- Bueno, Duque, déjeme decirle que esos chismes son falsos al igual que muchos otros que pueden estar circulando sobre mi familia. Y no, yo no estoy enamorada de su majestad el Rey Vinzenz- me separo de la baranda y doy un paso hacia atrás.
- No quise ofenderla Lady Gaia, ese nunca fue mi intención.
- Pues no ha logrado su cometido, pero entiendo que tenga esas dudas, nosotros no nos conocemos.
- Si, puede ser ese el problema.
- Habiendo aclarando sus dudas, me retiro, mis padres deben estar buscándome- hago una reverencia y salgo del balcón pero debido a las enormes cortinas no vi a la persona que estaba casi corriendo cerca de la puerta del balcón, haciendo que me tropiece con esta persona.
Una chica de casi mi edad, con cabellos claros, casi blancos diría yo, su rostro se ve muy suave y delicado, su figura muy menuda pero bien proporcionada en los lugares adecuados.
La mujer tenia en sus manos un vaso con liquido rojizo, supongo que algún tipo de jugo frutado, pero el liquido se vacío sobre su claro vestido, mostrando con claridad la enorme mancha roja en la falda delantera de su vestido.
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trasmigracion de almas, amor y celos y drama, duque obsesionado
Editado: 13.04.2022