C I N C O ≠

Abro mis ojos fingiendo adormilar. No dormí nada en realidad, solo me recosté en el sofá y observe al chico escribir en unas hojas.

En una mesita delante del sofá permanece un plato con tostadas, un vaso con zumo y un papel con unos billetes debajo de él.

"Para el bus", leo en voz baja. Asumo que ahora debe estar en la universidad, por lo que me aventuro a revisar un poco el apartamento.

Hay un pasillo que llama mi atención, mucho más cuando noto una puerta con candados que parecen muy difíciles de abrir.

Vaya, cada vez me dan mas ganas de matarlo. Seguro aquí debe tener una chica encerrada.

Paso de la habitación y decido que es hora de irme.

Luego de arreglarme y cambiar mi ropa, me dirijo a la universidad. Afortunadamente estoy en la misma que el chico y eso ayudará a la siguiente parte del plan.

Camino entre los pasillos sin llamar la atención, oculta de todo y todos. Más bien no me oculto, sino que ellos no reparan en mi presencia. Están muy preocupados por estudiar y tener un futuro, cuando en realidad deberían preocuparse por su vida.

Desde mi distancia observo a Darian con los audífonos enganchados en su oído mientras lee un libro. Me acerco con pasos decididos hacía él mientras saco dinero de mis bolsillos.

—Gracias por ayudarme—tiendo el dinero sobre el libro, llamando su atención.

Él quita uno de sus audífonos y noto la sorpresa en su rostro al verme en la universidad.

—Gracias...por ayudarme—asiente, tomando el dinero.

Giro sobre mis talones para seguir mi camino, pero su voz mencionando mi nombre suavemente me interrumpe.

—Te invito un café a la salida.

—Mejor que sea un batido, no me gusta el café—asiente, dándome una falsa sonrisa.

Al parecer alguien más decidió empezar su juego. Lástima que dudo que esta vez triunfe.