Nunca han estado en una situación incómoda, bueno pues yo sí y déjenme decirles que esta es una de las peores. Nahomy se durmió y aunque trato de controlarme estoy muriendo lentamente. Algo en mi cabeza aun no asimila lo que acaba de pasar. Estoy a un sillón de distancia de Alexander y trato de no hacer movimientos bruscos, me siento como la presa, me siento acechada y no se en cuanto tiempo seré cazada.
Las miradas que me lanza Alexander me hacen sentir intimidada, comienzo a juguetear con mis dedos, el ambiente se pone más tenso. Alexander se pone de pie y disimuladamente lo sigo con la vista mi pulso se acelera cuando se sienta a lado de mí.
Contrólate, Samantha contrólate — Samantha — Su severo tono me hizo tragar saliva
Levante un poco la mirada — Esa soy yo — Mi voz era casi inaudible
— Puedes explicarme porque Luke ha dicho que te ha marcado
— Y-Yo — Aclare mi garganta — No lo sé, enloqueció tal vez
— ¿Segura?
— Si, segura…
— Entonces déjame ver tu… — Instintivamente aleje su mano con manotazo
— ¡No! — Me aleje de el — No tengo porque enseñarte nada
Alexander levanto la mirada hacia mí — Enséñame
Lo rete con la mirada — Dije que no, acaso estas sordo
Se encogió de hombros — Solamente escucho lo que deseo
— ¿Y qué es lo que deseas?
— A ti — Mi corazón late como loco pero trato disimularlo. ¿Qué demonios?, ni si quiera tuvo sentido lo que dijo.
No esperaba esa respuesta — No digas estupideces Alexander
Su mirada penetro la mía y se acercó peligrosamente a mi rostro — ¿Por qué no Samantha? — Fue imposible para mí no notar el tono seductor en su voz al decir mi nombre.
Eche la cabeza hacia atrás — Porque no Alexander
Hui de la sala tan pronto pude usando la excusa de que tenía que ir al baño justamente ahora acabo de ver mi reflejo en el espejo y me di cuenta de que estoy super sonrojada y antes de salir acomode un poco la blusa que traía puesta ocultando un poco la marca en mi cuello.
Cautelosamente me acerque a la sala, note que la caja de pizza este sobre una pequeña mesa. Inspeccione a Alexander tratando de anticiparme a su siguiente movimiento fruncí mi ceño al notar que ya no trae camisa puesta.
— ¿Qué paso con tu camisa? — Me siento a su lado pero también guardo algo de distancia. La seguridad primero.
— Hace mucho calor
Asentí no muy convencida y fingí prestar atención a la película. Voltee un poco hacia Alexander. Me pregunto si su torso es tan duro como se ve.
Alexander volteo a verme e inmediatamente deje de morder mi labio — No sabrás si no lo tocas. — Mi cara se convirtió en un poema, lo dije en voz alta, tierra trágame ya. La carcajada de Alexander me hizo sonrojar.
— Déjame en paz — Me aleje de el — Corrompes mi inocente alma
— Inocente alma. Ja. Tú no eres para nada inocente ambos sabemos — Se acercó a mí — que eres toda una pervertida.
— No lo soy — Contrataque
— Si, lo eres
— Que no
— Te digo que si
Lo mire mal y me voltee ignorándolo durante el resto de la película.
— Sam — Me cruce de brazos
— Sam — Ignóralo Samantha
— Sam
— ¡Que! — Alexander se acercó a mí y de un rápido movimiento bajo mi blusa lo suficiente para dejar mi marca expuesta. Mis ojos se abrieron.
— ¿Qué te ocurre Alexander? — Volví a subir mi blusa. Note cierta molestia en su mirada. El me miro de una forma tan tenebrosa mis alertas es activaron. Rápidamente me puse de pie y hui escaleras arriba Alexander tardo un reaccionar dándome una ventaja significativa.
— Sam, detente ahora mismo — Miro a Alexander al final de las escaleras.
Sonreí divertida — No — Le guiño un ojo —Tendrás que atraparme
Él sonríe mostrando esos hoyuelos tan lindos que posee — Te atrapare entonces
Una carcajada sale de lo profundo de mi garganta y corro por el pasillo, ¡Diablos! Ya llegue al final del pasillo ¿Qué hago ahora? Veo a Alexander al inicio del pasillo sonriendo, mi pecho sube y baja, no por el cansancio si no por la emoción por así decirlo. Abro la primera puerta que veo.