Amor después del matrimonio

Capítulo 8

Capítulo 8: Mensaje.

Connor Jones.

Los dolores en mi espalda cada vez se hacen más molestos. Me remuevo nuevamente en el sofá tratando de apaciguar el dolor, hasta que quise hacer un movimiento y termino cayéndome del sofá. Comienzo a quejarme de la caída estúpidamente graciosa. Me rio de mí mismo por haber hecho un movimiento en falso, pero sin embargo, me encuentro más sosegado y calmado por el ambiente que me otorga el departamento de Joe, y no como me sentía con el departamento que comparto con Dakota en donde me sentía sofocado e aturdido.

Me levanto del piso de madera y comienzo a estirarme y a la vez bostezar, me quejo nuevamente por el dolor de mi espalda. En sí, no puedo quejarme tanto ya que, Joe me está dejando hospedarme en su departamento para poder solventar el desastre mental y sentimental que me atormenta de cierta manera posible, y que esta vez, no fue la excepción. Dormí como un bebé en un tranquilo y dulce sueño. Y me alegro de cierta manera.

Aquella rubia de ojos azul verdosos fue la protagonista de mi dulce sueño. Y sus ojos esmeraldas y sonrisa angelical hicieron de mi sueño el mejor que he tenido y el más hermoso. Aunque solo hubiera sido un sueño fue tan real, y es más real porque sé que la protagonista de mi sueño si existe y no es una fantasía loca de mi mente, y eso me calma también por saber que no es producto de ello.

Camino hacia donde he dejado mi mochila y la agarro para así encaminar rumbo hacia el baño y hacer todas mis necesidades necesarias. También me relajé un poco más de lo que ya estoy a lo que estaba antes. Ya listo, salgo del baño decidido en hacerme algo de desayuno, bueno, algo a nosotros, es decir, Joe y yo; porque al parecer el idiota aquel cómo que no piensa levantarse de la cama por los momentos. No lo voy a molestar, al contrario, voy a dejar que se despierte por su propia cuenta.

Y tampoco puedo ser tan cruel —tal vez sí, un poco o más— en molestarlo, el que molesta soy yo por estar hospedando en su departamento por no poder sobrellevar mis sentimientos y problemas, así que lo recompensaré en hacerle el desayuno y no ser tan cruel con él, es como una recompensa en dejarme un alojamiento en su departamento.

Comienzo a revisar cada uno de los gabinetes encontrándome con nada más ni nada menos con licores de todos tipos. Diré que Joe es un alcohólico empedernido, pero tal vez me haya confundido de gaveta. Sigo en mi búsqueda con la comida hasta que di con ella. Prepararé huevos revueltos, pan tostado fundido en mantequilla y queso más un jugo natural de piña.

Bien, creo que con eso nos conformamos los dos.

Terminando de hacer todo el desayuno me iba a disponer a comer teniendo los cubiertos en las manos pero tocan el timbre. ¿Acaso no pueden venir más tarde? Resignado, me levanto de la silla y me acerco hasta la puerta sin preguntar de quién es o fijarme por el lente que trae la puerta. Abro y vi a mis otros tres mejores amigos... ¿sorprendidos? Ah, sí, lo están.

—¿Qué haces aquí? —pregunta un Leon frunciendo el ceño, totalmente confundido. Claro, yo también lo estaría si él estuviera en mi lugar.

Los dejo pasar y cierro la puerta continuamente para ir hacía el comedor y engullir mi delicioso desayuno. En serio, tengo mucha hambre y es lo único que tengo en mi campo de visión sin inmutarme que en la misma habitación se encuentran los chicos, atentos y desorientados.

—Connor, ¿Qué haces en el departamento de Joe? —pregunta Leon, esta vez serio y firme.

Levanto la mirada un poco para fijarme que tres pares de ojos están enfocados en mí, y solamente en mí. Me observan con curiosidad e indagan en todo mi rostro tratando de encontrar respuestas que no hallaran hasta que me disponga a explicar mi presencia en el departamento de Joe.

Respiro hondo y tomo un poco del jugo de piña para después aclararme la garganta y así dar proceso al explicar mi presencia.

—Eh... bueno, no podía dormir...

Realmente no sé porque me pongo tan nervioso, digo, son mis mejores amigos; los que saben muy bien por la situación jodidamente extraña por la que estoy pasando y que no me deja en paz. Me remuevo en mi asiento, suspirando y tratando de recomponerme. Los miro y todo tipo de nervio se esfuma yéndose a la vez que me encuentro decidido en contarles todo.

—Chicos, realmente lo que sucede con Dakota no me deja en paz; me atormenta, y me asusta de cierta manera, ya... ya no puedo sobrellevarla, no sé cómo manejarla. Es como si todo este asunto se me haya escapado de las manos. No sé si me entienden... el caso es que no podía dormir anoche por eso. Lo único que pude hacer por mi bien es alejarme del departamento que comparto con ella y alojarme con algunos de ustedes, y claro, mi mejor y mayor opción fue Joe. Ya que vive solo.

»No es que ustedes no estaban en mis opciones; si lo estaban, solo que tu, Leon —lo señalo—, vives con Sophia. Y ustedes dos —señalo a Harvey y Logan, los cuales no han dicho nada más que observarme—, viven juntos e ir a sus departamentos a interrumpir sus sueños es algo inapropiado. Bueno con Joe lo hice, pero él es un caso aparte. En fin, iba a ser una molestia con ustedes.

Desahogarse es la sensación más jodidamente placentera en la vida, lo digo, porque sientes que te quitas toda esa sensación de remordimiento que no te dejaba dormir en una noche.

—Uno: no eres una molestia, Connor. Eres nuestro hermano, y si teníamos que levantarnos en la madrugada para recibirte, lo haríamos sin importar cuánto te odiemos en ese instante por despertarnos... —dijo Harvey pausadamente lo cual, Logan lo interrumpe.

—Y dos: ¿Dónde está el idiota de Joe? —me pregunta Logan levantándose del sofá y tomando rumbo a un lugar del departamento.

—Chicos, yo realmente pensé que es una molestia para ustedes... —Leon y Harbey negaron, a lo cual me tranquilice un poco. No solo por saber que no soy ninguna molestia, o sino por saber que ellos estarán ahí para mí— ¡Logan! ¡Joe está durmiendo, es mejor que no lo moles... —un grito proveniente de una las habitaciones nos alarma a los tres, preocupados y desconcertados de la situación que ha ocurrido en aquella habitación en donde supuse que es el dormitorio de Joe—. Molestes... ¿Será mejor que vayamos a ver?




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