Capítulo 29: Empresa.
Connor Jones.
Ella se fue.
Realmente lo hizo.
Cuando creí que es lo menos que haría, es lo primero que termina haciendo; dejándome ahí, solo, pasmado en la intensa nube de soledad y rechazo que puede llegar a sentir alguien.
En mis planes jamás estuvo el que ella escaparía. Tenía que poner los contra de todo esto, pero no lo hice.
Me aferré a la vana idea de ser muy positivo en todo el plan, no tenía sentido en que fuera negativo, aunque en realidad si le añadí su pizca de negatividad al pensar de que ella no quería perdonarme realmente.
Pero jamás creí que iba a huir.
En medio de la pasarela aparte de sentirme rechazado, también me sentí humillado y avergonzado. Me quedé en un trance donde los chicos tuvieron que socórreme en la ayuda de bajarme de la pasarela. Estaba muy atónito de la situación que viví.
Los chicos trataron de hablarme una y otra vez, pero estaba tan absorto en mis pensamientos; pensando una y otra vez la huída que Gemma hizo en aquella pasarela que me destrozó totalmente.
Quise pensar que solo fue producto de mi imaginación, pero todo fue real que lo tuve que vivir en carne y hueso.
Cuando los chicos me sacaron arrastradas del lugar pude oír muchos comentarios de las personas hacia mí llenos de lástima y compasión, pero la verdad me dan igual ya que lo que más me duele es que ella haya huido.
Yo creí que tendría una respuesta para mi incógnita, pero tuve que retroceder varios pasos para más preguntas que frecuentan en mi cabeza.
¿Por qué huyó? ¿Aún me sigue odiando? ¿Me perdonará? Y lo más importante... ¿Aún me ama, con toda la mierda que le he hecho?
Para el amor no hay límites, va más allá de las circunstancias y adversidades. Solo espero que podamos enfrentarlas juntos o no.
Es como eso que te dicen que dejes de hacer, que te hace daño, pero tú, sin embargo, sigues intentándolo aunque solo te de muchas respuestas negativas, hasta que obtienes las positivas.
El amor es muy poderoso y doloroso.
Es dulce y agrio al mismo tiempo.
Le da ese regusto a tu vida que te la hace cambiar mucho, que te hace ver la vida de manera diferente. Y nosotros los seres humanos nos aferramos a la idea de seguir intentando hasta obtenerlo.
Además el amor se basa superando todo el daño que ya está más que hecho.
Es ilógico, pero cierto.
Al llegar a la empresa me desplomo en mi oficina con su imagen destrozada en mi cabeza, es algo que se me hace inevitable de no pensar en cómo me observaban aquellos ojos esmeraldas envueltos en la tristeza y vergüenza.
Solo se puede oír el silencio mortífero y abrumador que reina en toda la estancia de las cuatro paredes que nos encontramos los chicos y yo. También se oyen pasos escasos y vagos de las personas que deambulan aquí en la empresa. Aunque yo realmente siento como si no estuviera en esta habitación con ellos a mí alrededor.
Siento que algo me falta, y no se trata de mi respiración o latidos.
—Connor... —empieza a decir Joe, pero lo interrumpo abruptamente antes de que diga una palabra a cambio.
—No Davies, ni lo digas —siseo sin mirarlo—. No me digas "Todo estará bien", "Encontrarás una solución" o "Podrás resolverlo". Ya no puedo más, todo esto me está matando, ya no hay nada que resolver, ahí ella me lo dejó más que claro cuando se marchó y no pudo sostenerme la mirada.
»¿Cómo puede ser posible que la persona que tú crees, mejor dicho, que estás seguro que es el amor de tu vida tiene el privilegio de hundirte a su antojo? La vida es tan jodidamente cruel, descarada... pero terriblemente cruda y real, honestamente.
»Y es muy increíble como nosotros nos aferramos a una persona por la sola idea de que es el amor de tu vida sin pensar de que también pueden llegar a lastimarnos, porque nunca esperamos eso de las personas que realmente amamos, siempre esperamos las cosas buenas, y cuando llegan las malas se nos hace muy difícil de creerlas.
»En creer que esa persona que amamos tanto nos llegue hacer daño. Después nos aferramos tanto al miedo de perderlo que nos volvemos unos dependientes de esas personas, y también unos masoquistas...
Tomo una bocanada de aire larga por unos minutos, pensando correctamente lo que diré a continuación ya que los chicos no tienen intenciones de dar alguna palabra al respecto.
—A veces tomamos decisiones que puede decidir nuestros futuros o presentes... —comienzo a decir. Me reincorporo en mi silla tomando una postura firme e observo a cada uno de los chicos que me miran atentos—. Así que he tomado la decisión de renunciar. Voy a renunciar a Gemma. Definitivamente se acabó lo que nunca inició correctamente.
Gritos ahogados se escucharon en la habitación por parte de los chicos.
Mi decisión fue muy rotunda con mi mente, la verdad no tengo esa decisión planteada, pero simplemente ya no puedo seguir luchando contra algo que nunca dio indicio de guerra.
—¿Te estás escuchando, Connor? —pregunta Logan molesto—. Esas son palabras de una persona pesimista que está renunciando a todo por un rechazo más —se cruza de brazos tomando una postura firme y segura.
—Por Dios... renuncio a ella porque ya la perdí, y ya no puedo hacer nada al respecto. Todo se acabó —afirmo arqueando una de mis cejas—. Ya no tengo nada que perder cuando ya la he perdido a ella.
—Connor, pero tú no puedes renunciar a ella... —dijo Harvey rápidamente. Miro a su dirección y alzo una de mis cejas con incredulidad.
—¿Por qué? —Pregunto a la defensiva—. ¿Quién de ustedes cuatro me asegura que hay esperanzas donde ya no las hay? Nadie, ninguno predice las cosas para estar tan seguro de ello, no hay que darle más vuelta al asunto.
—Pero cuando el amor es más fuerte todo se vale —comenta Leon.
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Editado: 18.12.2020