Capítulo IV

Va acompañada de Miguel quien en ningún momento le ha soltado la mano. Respira antes de abrir la puerta y lo que ve la deja noqueada.

-Tienes que ser fuerte-le susurra Miguel abrazándola- ella no desea verte llorar en estos momentos-le dice acariciando su cabello.

-Gracias-susurra secando sus lágrimas y sujetando la mano de Miguel se aproxima a la cama de su tía.

- ¡Hola! Tía ¿Cómo te sientes?-preigunta acariciando su cara con delicadeza y voz suave.

-¡Cariño!-sonríe alegre su tía- muy bien ¿Y tú?-dice dulcemente con los ojos abiertos.

-Bien-sonríe un poco forzada y recibe un apretón por parte de Miguel- supongo-susurra muy bajito- ¿Por qué no me lo habías dicho?-inquiere sin mirarla a lo cual su tía suspira.

-Ya veo, te has enterado-dice- no quería que te preocuparás por mí-cierra los ojos- aunque es imposible-los vuelve abrir- todo lo que poseo pasará a tus manos y no quiero quejas al respecto-le hace saber con firmeza- cuando me muera, no me llores, sigue con tu vida-le acaricia la mano- de seguro este joven te ayudará-sonríe con cariño a lo cual ella se sonroja.

-Tía él es…-Miguel la interrumpe.

-Un placer Señora, soy Miguel –se presenta acercándose más hacia ella.

-Me alegra que Rachel te haya elegido-sonríe sin fuerza- cariño sigue tus sueños pase lo que pase y no te cierres al amor, es lo más bello que puede existir-respira con un poco de dificultad- es el motor de tu vida-hace una pausa-la felicidad es completa cuando cumples tus metas con la persona que amas-dice con una sonrisa en su rostro.

-Tía no me digas eso-lágrimas caen por su mejilla empañando su visión- tienes que quedarte conmigo-suplica entre el llanto- eres la persona más valiosa que me queda en el mundo-dice llorando más fuerte.

-Tienes que continuar sin mí y sé que podrás-aprieta un poco su mano- sigue persiguiendo tus sueños, no te dejes vencer porque te estaré viendo aunque mi cuerpo no esté-tose fuertemente- se feliz Rachel, te lo mereces- mira a Miguel y le dice- cuídala por favor, te necesitará-pronuncia apenas audible a lo cual Miguel asiente sin soltar la mano de Rachel, unos pitidos se escucharon en toda la habitación.

-¿Qué está pasando?-pregunta Rachel y observa a su tía perdiendo el color en su cara, toca su mano y un llanto desgarrador brota de su garganta, cayendo de rodillas- No, no, no-repite llorando de dolor mientras los Doctores ingresan a la habitación.

-Salgan de aquí-dice el Doctor, Miguel carga a Rachel y la lleva lejos de la habitación.

-Rachel, respira-le dice en su oreja mientras la carga- respira, te lo pido-le dice Miguel al punto de desesperación.

-Ella no volverá-dice en medio del llanto tratando de respirar.

-Respira, por favor-le pide Miguel mientras la acuna en sus brazos y ella se aferra a él como niña pequeña.

Él salió del hospital y la llevo dentro de su auto, en ningún momento ella se despegó de él.

-Gracias-susurra aferrándose más a él.

-No las des-contesta Miguel-estaré siempre para ti-dice en su oído- cuenta conmigo- acaricia su cabello con cariño mientras ella controla su respiración.

Horas después le habían informado que su tía había muerto. El abogado de su tía apareció en el hospital.

-Señorita Rachel lamento mucho su perdida-dice el abogado apenas la mira.

-Gracias-responde Rachel abrazada por Miguel.

-He venido para informarle sobre el Testamento de su tía - hace una pausa- su tía decidió que fuese leído cuando muriera-hace saber- el velorio y el entierro está listo, ella dejo todo arreglado y debo informarle que asistirán familiares lejanos-su semblante se transforma a seriedad.

-¿Cómo?-abre sus ojos abruptamente- ¿Familiares lejanos?-repite sin creerlo- Pero nunca se acercaron a ella y ni siquiera están aquí-comenta arrugando el ceño.

-Es porque su tía decidió que así fuese-contesta el abogado- dentro de unas horas llegarán para escuchar la lectura del Testamento-informa- comienza a las 10:20am-dice alejándose

-No te preocupes Rachel estaré contigo-habla Miguel con cariño-no te dejaré sola.