Amor en la oscuridad

Los nuevos

Esta historia comienza conmigo, mi nombre es Melantha, no soy un vampiro, pero convivo diariamente con ellos, en la secundaria era cuando yo había conocido a mi mejor amiga Adara que era una media vampira, una hija de humana con vampiro, no se alimentaba con sangre como los vampiros, ella si comía nuestra comida y amaba eso, aunque ella sí envejecía, de hecho, los expertos le habían dicho que no era inmortal, pero si era longeva, quizás viviría hasta los quinientos años, eso me alegro cuando lo supe, pues tendría a mi mejor amiga hasta que yo muriera, claro que eso no le gustaba a ella, decía que no era nada bueno saber que cuando ella cumpliera más de doscientos años yo iba a morir, así era tener amigos vampiros.

Todo comenzó la mañana del 1 de septiembre, cuando todos los colegios e instituciones educativas superiores comenzaban, este era mi tercer año de diseño gráfico, debía llegar temprano para tener un buen lugar en el salón de clases, y así guardar el asiento para mi amiga que sin duda reclamaría si no lo hacía además era el día de bienvenida a nuevos estudiantes de intercambio que llegaban siempre para el tercer año, y así pasar sus dos últimos años en la carrera que estudiaban, este año para mi carrera llegarían tres de Corea del Sur, cuatro de España y uno de Brasil, los demás eran estudiantes para otras carreras, todos buenos estudiantes con conocimiento en ingles que eran los requisitos para entrar a esta prestigiosa institución.

            −Melantha llegaste antes que yo, eso sí es impresionante tomando en cuenta que siempre llegas tarde −bromeó mi mejor amiga Adara−. Hoy llegan los de intercambio, dicen que el de Brasil es chico, espero que esté guapo, aunque claro no importa, lo que me interesa es que sea ardiente como dicen de los latinos.

Yo me reí un poco avergonzada, siempre decían cosas así de los latinos en Nueva York, era realmente extraño pensar en eso cuando mi padre era de Latinoamérica y mi madre de Canadá, no me ponía a preguntarle a mi padre si era verdad ese tipo de rumores respecto a su raza. Escuchamos gritos cerca de nuestro salón de clases y la curiosidad nos ganó, quería saber por qué había tanto alboroto este año en la bienvenida,

Fue entonces que los vi cerca de nuestro salón de clases junto al director y un representante de cada carrera, excepto la nuestra, quizás se debía a que la representante se había enfermado gracias a los pasteles que Adara había preparado un día antes de la bienvenida y la había convencido de comer con la idea de ser ella la guía de los estudiantes de intercambio.

            −La representante de diseño gráfico se enfermó, pero llamaré a la mejor estudiante para que los guíe −dijo el director sacando la lista de estudiantes de mi salón−. Bueno la estudiante Melantha Garza es la mejor que hemos tenido en esta gestión por no decir en toda su generación.

Di un paso al frente un poco tímida y quede a la vista de muchos, chicos que solo me miraban sin decir nada, y chicas molestas por ser elegida, levante la mirada y saludé al director, cuando me mostro con una seña a los estudiantes de intercambio, tenía ocho personas mirándome fijamente, cuatro chicas y cuatro chicos con diferentes rasgos faciales.

            −Ya todos la conocen, los tres de aquí son de Corea del sur, Jung Kook Jeon, Seok Jin Kim y Lalisa Monoban −el director señalo a los tres estudiantes de rasgos asiáticos−. Ellos son de España, Sarah Sandemetrio, María Sanjinés, Carmen Delgado y Damián Alarcón −señalo a los que tenían el cabello ondulado y castaño claro−. Y por último de Brasil, André Silva.

            −Es un gusto conocerlos a todos, espero que nos llevemos muy bien de ahora en adelante −saludé un poco nerviosa pues se notaba quiénes eran vampiros−. Nuestro salón de clases es este, no cambia en todo el año −señale el lugar temblando−. Cuando sea el descanso acérquense a mí y yo les mostraré el lugar y dónde pueden comer.

Los ocho me agradecieron y entraron al salón después de mí, entendía el por qué todas las chicas se habían emocionado, los varones nuevos eran muy atractivos, aunque eso dependía del gusto de cada quien, sin embargo, para mí los más atractivos eran los dos chicos asiáticos, para Adara fácilmente sería el brasilero considerando sus gustos por latinos, aunque ella es la típica europea, pues es de Rumania, claro eso era hace mucho tiempo, Adara tenía ciento ochenta y nueve años.

Las clases comenzaron con normalidad, en ese momento nos tocaba la clase de creatividad publicitaria, no era muy tediosa, pero era de las más importantes en la carrera y para alguien como yo era muy complicado tomar atención, debía siempre tratar de poner mi concentración, y ahora era mucho más difícil por culpa de Adara que no dejaba de mirar al pobre André quien era sin duda un humano común y corriente, yo por mi parte sentía una mirada penetrante en mi nuca. Di la vuelta mi cabeza un momento para ver quien estaba tan atento a mí, era el otro chico nuevo Jung Kook, era intenso para mirar.

            −Si yo fuera tú, tendría cuidado con ese Jung Kook, parece que le ha gustado el aroma de tu sangre −susurro Adara en mi oído−. No es el único, también el otro esta al acecho, lo puedo sentir en caza, como si tu sangre fuese algo extraño.

            −Siempre dijiste que mi sangre es extraña, porque siempre pensaste en morderme −repuse incrédula.

            −Si lo sé, pero esta vez no me gusta, parece que quieren usar su encanto vampírico contigo −replicó Adara volteando a mirar a Jung Kook−. Siento el aroma del encanto en toda su fuerza, tienes que cuidarte, por favor.




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