Gaia
Ya era un nuevo día y ya era hora de marcharme, pues me avía quedado en el palacio del Supremo ya que quería hablar conmigo
—entonces dime ¿crees que Selene este lista para darle ya el control de la Luna?—
—la verdad no lo creo señor. Selene puede que tenga un mayor control sobre su poder que el mio, pero quiero que se aprenda a defender físicamente. Usted sabe que proteger un planeta no es nada fácil, y para eso tiene que tener total control de su poder y saber defenderse. Quiero esperar asta que se pueda cuidar sola para darle el control de su planeta—
—esta bien. Te la deje a cargo a ti, así que respetaré tu decisión—
—no crea que es que yo quiera quedarme con su planeta. Ya tengo bastante con el mio y más bien ya deseo poder dejárselo a ella—
—[ya tengo que regresar. Deje a Selene sola]— fuy a mis aposentos en donde me estaba alojando temporalmente a empacar un par de cosas que traje, las recogi y cuando abrí la puerta para marcharme me encontré con la persona que menos espere que estuviera aquí
—¿Gaia? Tanto tiempo sin verte—
—hola Ates— Ates es el Guardián de Marte. A pesar de que Marte este justo al lado de la Tierra, yo y Ates no nos solemos ver muy seguido, a menos que vallamos a selebraciones importantes
—no sabia que estabas aquí, de aver sabido te hubiera ido a visitar, dime ¿a que se deve tu visita al palacio del Supremo? Usualmente no sales mucho por cuidar a tu nuevo Satélite—
—y ese Satélite tiene nombre. Se llama Selene— se lo dije sería mente como si estuviera ofendida
—jjjj discúlpame, no quise ofender la. Pero aun no as respondido a mi pregunta— se acercó lentamente de una manera seductora
La verdad mucho antes de la creación de la Luna tenían el rumor de que Ates, el guardia del planeta Marte, estaba enamorado de la guardiana de la Tierra, y justo un día antes de que Zeus creará a Selene, Ates le confesó sus sentimiento por ella, sentimientos que ella rechazo, pues le dijo que ella no le interesaba perder el tiempo en enamorarse, que ya tenía suficiente con cuidar su planeta ya que sus terrícolas se la vivían contaminandolo y tenía que controlar el calentamiento global, y ahora se la pasa el doble de ocupada cuidando de Selene y a su planeta
—no creo que eso sea de tu incumbencia ¿o si?—
—no me digas que aun sigues enojada por lo que te dije el otro día—
—noo, claro que no estoy enojada. No es culpa tuya ni mía que tu corazón se allá fijado en mi—
—es cierto ¿pero porque ahora te as vuelto más distante a mi y me hablas cortante? Antes de que te confesara mis sentimiento por ti eras bien cariñosa conmigo, y ahora ya ni me quieres ver a los ojos— dirigí mi mirada a la de el para contradecir sus últimas palabras
—la verdad a mi también me dolió alejarme de ti, pero tenia que hacerlo, por que si seguía igual solo iba a jugar con tus sentimiento e ilusionarte y eso es lo último que quiero—
—entonces aceptame— me sorprendió cuando Ates se acercó más y me tomo de la cintura con su brazo izquierdo acercándo mi cuerpo al de el y poso su otro brazo en mi mejilla acariciándola y bajándola asta mi mentón rozando mi labio inferior con su pulgar —se mi mujer, se mi pareja. Prometo estar contigo asta que la muerte nos separe, te lo juro en nombre de nuestro Supremo— no pude evitar sonrojarme y desviar mi mirada por los nervios
—lo ciento Ates....pero mi respuesta sigue siendo la misma— me dolió ver la expresión de Ates tan afligida, y así poco a poco fue soltandome y alejándose de mi —en verdad lo siento. Pero así como no es culpa tuya de enamorarte de mi, no es culpa mía que yo no sienta lo mismo, tu sabes mejor que nadie que el amor no se manda—
—lo se......pero aun así duele—
—discúlpame, pero yo ya me tengo que marchar, no puedo dejar más tiempo sola a Selene— cuando ya me iba, Ates me tomó de la mano impidiéndo que me fuera
—se que no sientes lo mismo que yo pero..... me dejarías tener el honor de poder abrazarte— mi frío y duro corazón fue derretido por su mirada tan afligida
—esta bien— inmediatamente Ates me jalo de mi brazo y me rodeo con sus grandes brazos. A pesar de que yo siendo mujer tenía un cuerpo tonificado y bien marcado gracias a mis entrenamientos, no se comparaba con el de el que era el doble de grande que el mio. La verdad se sentía bastante reconfortante que me abrazara. Sentía una calidez en mi cuerpo
—esto se siente tan bien~— lo dijo casi susurrando, pero lo escuche perfectamente bien
Cuando sentí que ya me soltaba me tomó del mentón y me dio un pequeño beso en la mejilla, el cual me dejó paraliza por un segundo gracias a la sorpresa
—¡A-ates!— estaba roja como tomate, no me esperaba que tuviera la osadía de besarme, aunque fuera en la mejilla
—cuídate preciosa— Ates me soltó y se dio la vuelta dándome la espalda y marchándose. Me costó recobrar la postura, y como ya me avía despedido del Supremo tome mis cosas y me marche directamente a la Tierra
Y todos se preguntaran ¿como vamos de un planeta a otro? Pues volando. Pero no es volar así nada más, ya que en todos los planetas hay círculos mágicos llamados "portales de vuelo" los cuales solo tenemos acceso los Guardianes, los Satélites, y los ayudantes que se transforman en animales terrestres, a diferencia de los ayudantes como los Soliferos que se pueden transformar en aves ellos no necesitan de los portales de vuelo. En cada planeta sólo hay un portal de vuelo, así que los guardianes, satélites, ayudantes, tenemos el poder de teletransportarnos por cualquier parte del planeta en que estemos para poder llegar al portal de vuelo. Usaríamos la teletransportacion pero solo tiene alcance para teletransportarnos por el planeta
Ya estaba por llegar y cuando aterrice me teletranporte a mi santuario en donde me encontré a Selene, completamente dormida en mi cama. Estaba bien sudada, seguramente estuvo entrenando y del cansancio terminó durmiendo se, y como acto seguido tome una manta con la que la cubrí y yo me fuy a mi sillón para poder ver en mi espejo de cristal con el que veo todo lo que sucede en todo el planeta para hacer mi rutina matutina de las últimas noticias que an sucedido recientemente y ver que tengo que hacer para seguir evitando la contaminación y el calentamiento global del mundo