Amor Eterno

Capítulo 9 La Confesión De Amor De Santiago

Después de que se fue la jefa, para su viaje, mi mamá le comunicó a todos los trabajadores del restaurante, los nuevos cambios que se harían.
Yo estaba en el internado, preparando todo para hacer la película junto con mis compañeros.
La directora aún no había llegado de su viaje todavía — nerviosa. Nosotros estábamos organizando para que la película quedara bien.
No era un trabajo fácil, se necesitaba de muchos esfuerzos. Siendo la líder del grupo, debía ocuparme de que todo saliera bien como la maestra no había dicho que fuera — pensó.
Ahora, como encargada del restaurante y del proyecto, sentía que tenía más responsabilidades — analicé.
Luego de que regresara la directora de su viaje, tendría una conversación con ella, donde le pediría un permiso para ayudar a mi mamá en el restaurante.
Días después llegó la directora Lorena. La asistente me mandó a llamar, ya que la directora quería hablar conmigo, respondió Cortés.
Me dirigí, hasta la oficina, la directora me recibió con amabilidad, tomé asiento.
¡Hola, buenos días, señorita Andrea! — saludó cortés la directora Lorena.
¡Buenos días, directora Lorena! Titubeando, su secretaria me mandó a llamar, contestó Andrea.
¿El proyecto, que le fue asignado por la maestra Virginia, lo han podido llevar a cabo? Indagó.
Si estamos trabajando en el proyecto, pronto le haremos entrega del vídeo del tráiler. Quería pedirle un permiso, para ayudar a mi mamá, en su trabajo nervioso.
¡Espero ver el vídeo del tráiler! —ordenó. En cuanto al permiso, te lo daré, solo que no debes faltar a ninguna de tus actividades escolares.
No sé preocupé, directora, gracias, me despedí y salí de la dirección.
Al terminar de hablar con la directora, me retiré a la habitación, acomodé las maletas para irme a donde mi mamá.
Del internado a la casa de mi mamá, eran unas cuantas horas para llegar, tomé un autobús que me llevaría para allá — emocionada.
Horas más tarde, ya había llegado a la casa, me recibió el ama de llaves.—Mi niña Andrea, qué felicidad verte — llorando de la emoción.—Gracias, Mónica, yo igual me alegro mucho de verte — contestó Andrea sonriendo.
Al estar en la habitación, acomodé las cosas que había traído, y me fui para el restaurante.
Apenas llegué, Madelyn me recibió, dándome un fuerte abrazo. ¿Por qué no me avisaste que venías? Sorprendida.
¡Mamá, tuve que hacer algunos ajustes para poder venir! — contándole. La jefa Amanda contaba conmigo, no iba a defraudarla, se disculpó Andrea.
¡Tengo mucho trabajo que hacer! — expresó preocupada.
¡La jefa Amanda ya habló conmigo! —Recibí instrucciones precisas para organizar todo.
Debemos hacer una reunión, para comunicarle a los empleados, acerca de los nuevos cambios — sugirió mi mamá.
Antes de la reunión, debemos terminar de acomodar todo. Se aproxima la temporada de sobrina, recibí a los nuevos clientes.
Mi mamá compró unos adornos, para ponerle al local, y unas pinturas para darle color al restaurante. Se veía mejor, ese día. Mientras terminamos de acomodar todo, mi mamá se quedó trabajando en lo mejor del menú para la comida.
Después de varias horas de trabajo, habíamos terminado. Dejemos todo acomodado y nos fuimos para nuestras casas. Había sido un día muy largo para todos, nos merecemos un descanso.
Al llegar a la casa, ¡señorita Andrea, la espera en la sala! — me informa el ama de llaves. Yo me sorprendí, bajé directamente.
¡Hola, buenas noches, mi niña, cómo estás! Respondió Cortés Santiago.
¡Hola, buenas noches, Santiago, cómo estás! Dijo Andrea sonrojada.
Después de que te diga, lo que vine a decirte, ya no seremos los mejores amigos entristecidos.
¡No entiendo por qué me dices eso, ¿qué pasa?—asustada!
¡Déjame explicarte todo, podrás entenderme!— nervioso.
¡Entonces, dime lo que está pasando! Confundida.
No te has preguntado, de casualidad, porque siempre he estado pendiente de ti, preguntándome.
¡Yo pienso que es porque eres mi amigo y me cuidas, como lo haces! — pensé.

—Siempre he estado enamorado de ti, desde que somos amigos. No te dije nada porque tenía miedo. Ya comprendes los motivos de mis celos hacia ti, porque te protejo —aclaró sus sentimientos.
—¿Me amas? —asombrada.
—¡Sí, te amo con todo mi corazón, mi niña! —sonrojado.
—No sé qué decir a lo que me estás diciendo —temblando de miedo.
—¡No hace falta que me respondas, solo quería contarte la verdad, que lo supieras por mí! —amable.
—Sabes que te quiero mucho, agradezco que seas mi amigo. Tu amistad es muy valiosa para mí y no sabes cuánto lo es, eres un buen amigo —dijo, abrazándolo.
—En estos momentos, no te puedo corresponder, no quiero darte esperanza a algo que no va a pasar porque no es así; no quiero ilusionarte —suspiró con tristeza.
—¿Qué te pasó para que no me puedas amar como yo te amo? ¿Qué te hizo Carlos Santiago? —preguntó.
—¡No me pasa nada! —tartamudeó.
—Dime la verdad —siguió indagando.
—Te voy a contar la verdad desde el principio —suspiré.
—¿Te acuerdas de la relación que tuve con Carlos Santiago hace aproximadamente tres años? —revelé.
La madre de Carlos Santiago no estuvo de acuerdo con nuestra relación, por diferentes problemas. Enojada, tuve que terminar con él, sin contar que, después de que nosotros habíamos terminado, ocurrió algo inesperado —muy asustada.
—¿Qué pasó? —exclamó sorprendido.
—Fui a hacerme unos exámenes porque no me sentía bien. Cuando llegué al médico, la doctora me atendió y me realizó varios exámenes, incluyendo una prueba de embarazo, para corroborar el motivo de todos mis síntomas —le expliqué.
La doctora me informó que había salido bien en los exámenes. La prueba dio positivo. Estoy embarazada. ¿Me estás viendo? Ahora tengo unos seis meses de embarazo, ya me falta un poquito para dar a luz a mi bebé —sobando mi pancita.
—¿El bebé que estás esperando es de Carlos Santiago? —averiguó.
—Sí, el padre de mi bebé es Carlos Santiago, solo que él no lo sabe porque no se lo he contado —titubeando—. Será mejor que no sepa que estoy embarazada ni que espero un bebé que sea de él —molesta—. Por eso me vine con mi tía Madelyn, para que mis padres no se dieran cuenta, pensando en mi bebé.
—¡Ahora comprendo todo! Te apoyo porque sabes que eres mi amiga —me abrazó Santiago.
—¡Gracias por entenderme, amigo! —contesté, aceptando el abrazo.
—Debo irme, mi niña, porque es bastante tarde. Vendré después, cuídate mucho —se despidieron.
—¡Buenas noches, cuidado! —dijo Andrea.
Luego de que acompañé a Santiago a la puerta, mi mamá me preguntó:
—¿Por qué había venido Santiago? —preguntó.
—Santiago había venido para contarme algo importante, aproveché para decirle la verdad —confesé.
—Santiago es un buen muchacho, puedes confiar en él —sonrió mi mamá.
Poco después, fuimos a cenar, para luego irnos a dormir. Había sido un día de mucho trabajo. Al terminar de comer, nos fuimos a descansar.



#5148 en Novela romántica

En el texto hay: juventud, traicin, ronance

Editado: 20.11.2024

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