Capítulo 1 "El comienzo"

Amber stonne es una chica callada ida en sus pensamientos y su propio mundo, tiene 27 años. Ella no siempre fue la chica antisocial como la conocen actualmente; cuando tenía 16 conoció a una persona que le cambió la vida por completo Ethan Harrison un año mayor que ella, su primer encuentro fue al comienzo del tercer año de secundaria, ambos se encontraron por casualidad en el portón trasero del establecimiento cuando intentaban saltarse el discurso y presentaciones de comienzo de año, ambos palidecieron al chocar el uno con el otro pensando que podría ser algún supervisor.

• ¿Quién eres y que haces siguiéndome? pregunta Amber en un tono bajo pero desafiante.
• ¿Crees que eres la única que detesta los horribles discursos de comienzo de año? – dice Ethan sarcásticamente alzando una ceja.

Por el pasillos se escuchan pasos y ambos se quedan paralizados Ethan hace un gesto con las manos para que Amber lo siguiera, ella no tenía alternativa y prefirió seguir a aquel extraño chico de pelo castaño y ojos pardos, era un muchacho bien parecido aunque jamás me percaté de su presencia en el establecimiento.

-¿Pretendes que pase por ahí? digo mirando los estrechos barrotes que dividían la calle del liceo.

-¿ se te ocurre algo mejor? dice mientras mira hacia atrás y se escuchan pasos apresurados acercándose. Primero se saca la mochila y la tira al césped, luego pasa el brazo, aguanta la respiración haciéndose más delgado, con una concentración que estoy casi segura jamás logro en clases (de lo contrario no estaría ahí) logró pasar los barrotes con mucha facilidad- ahora es tu turno me dice mientras recoge su mochila del otro lado.

-¿Estas loco? Yo jamás podría pasar por ahí, aunque fuese la modelo más esbelta del mundo jamás lo haría.

-Bueno adiós dice poniendo su mochila a le espalda disponiéndose a partir.

-¡espera! digo casi desesperada viendo la sombra desde la puerta de salida del edificio- lo haré pero ayúdame, él sonríe y me estrecha la mano para recibir mi bolso. Rápidamente trato de imitar sus movimientos, todo bien pero ¡rayos! Mi cabeza se atoró entre los barrotes.

-¡Mierda! rechista Ethan mirando el jardín del establecimiento, tranquila te sacaré dice con nerviosismo, yo no podía mirar hacia atrás.

-¿Qué pasa? digo mientras él se fija en el prendedor que sujetaba mi cabello, saca el prendedor dejando mi cabello rizado libre, se me queda mirando por unos segundos hasta que se da cuenta de la situación, me toma la mano y tira de mí, ésta vez pude salir.

-¡corre! dice entregándome el bolso y en ese instante me di cuenta que la supervisora se dirigía hacia nosotros. Toma mi mano y emprendimos rumbo a donde fuera.

-¿Crees que nos vio? digo agitada varias cuadras atrás del establecimiento.

-Lo dudo no lo había notado hasta que vio los arbustos moverse, pero esos arbustos también nos cubrieron, de todos modos, ya estamos aquí.

Recorrimos varias cuadras hasta llegar a la plaza central de río bueno, así se llama mi cuidad. Es cosa de adolescentes escaparse de clases junto a un chico guapo es aún mejor, sus ojos pardos se hacían amarillos con la luz del sol. La asociaba a los ojos de un gato, tenía una mirada inquietante y a la vez tierna.

-No me has dicho tu nombre, de hecho, no has dicho palabra alguna desde que salimos del establecimiento dije molesta.

-¿Te interesa saberlo? dijo alzando una ceja

-Noo.. este.. mm.. quiero decir, es obvio que no acostumbro a salir con extraños siento mi cara ruborizarse, trate de mantener la compostura y continuar el dialogo como si nada me afectara.

-Ah claro, no acostumbras a salir con extraños pero si acostumbras a escapar de clases ¿no? esta vez me mira de frente con una expresión desafiante, no aguanto mis nervios y para no sentirme cohibida desvío la mirada centrándola en unos niños que juegan en la pileta.

-Bueno si no quieres decirme…

-Ethan, me llamo Ethan Harrison

-Un gusto soy Amber Stonne

Y así se nos pasaron las horas recorriendo la ciudad hasta que se acercaba la hora de salida de clases. conversando y dejando poco a poco de ser desconocidos. Me enseño lugares que no sabía que existían aun viviendo en la cuidad desde que nací, o quizás si. los conocía, pero desde ese momento se convirtieron en mis lugares favoritos.

Al día siguiente entré al salón, nada nuevo se veía, tenía los mismos compañeros y nada de amigos; me senté en mi pupitre solitario, nadie acostumbraba a sentarse conmigo, solo tenía compañía cuando necesitaban de mi ayuda, no sé si fueron ellos quienes se alejaron de mi o fui yo quien se alejó de ellos, la verdad nunca fui sociable; prefería leer buenos libros, escuchar música y disfrutar de la naturaleza, nunca vi mejor compañía que la mía, un día reaccione y me di cuenta que todos habían hecho amigos y yo me quede sola. Pero… ¿que más da? Tenía libros. Y ahí estaba yo, hundida en mis pensamientos cuando entra al salón miss Alicia.