Amor Imposible

El Dueño De Mi Corazón

Vaya forma de arrancar el día. Demasiadas emociones juntas y un dolor de cabeza que comenzaba a extenderse por mi frente. Solo esperaba que Maxi cumpliera su palabra de mantener la boca cerrada. Por mi parte, le mandaría un mensaje a mi padrastro más tarde comentandole que hablé con mi amigo así podrá quedarse más tranquilo sabiendo que no divulgará nada. O eso esperaba.

El día fue transcurriendo bastante bien dentro de todo, ya había llegado la hora de educación física y tras cambiarnos de ropa en los vestuarios de la escuela todos nos reunimos en el enorme gimnasio sentandonos en el piso relajando nos mientras esperábamos a que llegue el profesor ansiosos por terminar la jornada. Al ser viernes solo queríamos empezar el fin de semana.

- ¿En serio? ¿Pueden creer que esa chica me haya invitado a salir? - preguntó Ivan con cierto dramatismo.
- No entiendo cómo se le cruzó por la cabeza que tú podrías ser heterosexual - comenté divertido.
- ¿Verdad? - concordó fingiendo indignación - Si se me nota lo uke a kilómetros

Algunos reímos por aquel comentario, es que era cierto. Si había alguien que se veía absolutamente gay ese era Ivan.

Se tendría que ser ciego para no darse cuenta. Lo cual me lleva a creer que esa chica, un año menor que nosotros y quién se le había confesado en el recreo anterior debía de serlo o era demasiado despistada.

- ¿Y se enojó mucho cuando la rechazaste? Porque lo hiciste ¿No es así? - preguntó Sigfrid alzando una ceja.
- Me dijo que me iba a quedar solo por marica. Así que supongo que sí, debió molestarse.
- Quizás si te quedes solo, pero no por marica sino por ser desconciderado y no tener filtro al hablar - dijo Sara.

- Oh tu mejor cállate. En fin ¿Qué harás este fin de semana Boris? - preguntó él desviando el tema. Pero maldición ¿Por qué tenía justo que pregintarmelo a mi?
Sé que no era una pregunta complicada pero si indirectamente comprometedora.

Lo cierto es que ésta vez había ideado todo un romántico plan para pasar los próximos días junto a mi amado Nahuel con la intención de festejar que por fin concretamos nuestra relación.

Todo minuciosamente pensado desde ésta tarde hasta el domingo por la noche, pero claro no era algo que pudiera compartir con mis amigos.

- B-bueno de hecho pensaba quedarme en casa, aprovecharé para descansar.
- ¿Desde cuándo te convertiste en un vegestorio? - soltó él repentinamente mirándome raro.

Era como si últimamente no me reconociera por mi inusual cambio de actitud respeto a varias cosas. Y eso me hacía sentir aún más inquieto.

- Simplemente quiero estar tranquilo un fin de semana, es todo. - Dije mientras esquivaba las miradas de mis amigos.
- ¿Y qué puede tener de divertido estar solo en tu casa con tu padrastro? - preguntó Sigfrid - Que dicho sea de paso apenas se dirigen la palabra

Instantáneamente Maxi y yo nos miramos en silencio, ambos sabíamos lo que cruzaba por la mente del otro. Él podía perfectamente contestar a esa pregunta. En general me gusta ser el centro de atención, pero definitivamente éste no era el caso. Y de hecho últimamente no lo era.

- No es que vaya a ser divertido pero la verdad es que me estoy empezando a llevar mejor con él, no la estamos pasando tan mal juntos.

Recordé la noche que tuvimos sexo y una estúpida sonrisa se me dibujó en el rostro, Maxi no me despegó la mirada 
- Eso sí que es extraño - Dijo Sara - Tu padrastro y tú llevan una relación muy complicada. ¿Qué pasó que cambiaron tanto?

- Es cierto, no es normal que se lleven tan bien - comentó Ivan - ¿Hay algo que se te olvidó contarnos? - Sigfrid empezó a mirarme con cierta sospecha entrecerró los ojos. De pronto todos parecían estar esperando respuestas y no era para menos ya que me pasé años quejándome de la mala relación que tenía con Nahuel ,para que de un día para el otro todo haya cambiado.

- ¿Qué sucede Boris? - preguntó Sigfrid mirándome muy atento 
- Ya sé qué pasa contigo - dijo de pronto Ivan, todos yo incluído giramos nuestros rostros a él. Mi corazón latía tan fuerte que empezaba a dolerme el pecho. Maldita sea.

- Nos estás reemplazando por ese novio tuyo - prosiguió Ivan - Quieres verlo a él en vez de estar con nosotros, y por eso inventas eso de estar llevándote bien con tu padrastro. Es más que obvio que estás enamorado y estás saliendo con alguien desde hace tiempo.

- N-No...no es... así
- Boris - dijo él cruzándose de brazos - ¿A quien pretendes engañar?

- Bueno...quizás si... esté saliendo con alguien pero no es esa la razón de querer pasar en casa el fin de semana.

Rayos es tan extraño hablar de mi pareja con ellos sin mencionar que es mi padrastro. Si tan solo todos ellos estuviesen al tanto de ello y no me juzgasen ni me reprochacen nada, si tan solo me apoyaran. Medité apesadumbrado. Jamás podré compartir éstas cosas con ellos.

Nunca. Porque en cuanto se enteren actuarán como lo hace Maxi y como empieza a hacerlo Sigfrid que no es nada tonto y ya comenzaba a darse cuenta de quién puede llegar a ser. Amigos que te acusan con el dedo no son en verdad amigos, pero no puedo enojarme con ellos ya que los comprendo perfectamente.

- Ven, se los dije. Aunque siempre tuve la idea de que si llegabas a enamorarte te olvidarás de tus amigos. Es lo que pasa siempre.
- No es mi caso Ivan - dije ya que si se enteran de quién es mi pareja más bien serían ellos quienes se olviden de mí. Lamemtable realidad.

El profesor llegó, nos levantamos y nos formamos frente a él, esperando que diera su primera indicación.  Creo que jamás me puse tan feliz con la llegada de un profesor. Este nos dijo que diéramos un par de vueltas alrededor del gimnasio y luego hiciéramos unos treinta abdominales solo para calentar.

 

 




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