Se acercaba el año nuevo y para mí era algo muy especial debido a todo lo que viví, me sentía un poco extraño ya que llegué a pensar que no viviría para recibir un nuevo año.
Hacía tan solo una semana que había salido del psiquiátrico y la sola idea de ser libre me emocionaba. Solo quería estar con mi padrastro sin dar ningún tipo de explicaciones a nadie. Es mí vida y yo decido cómo quiero vivirla.
Pero mi amado Nahuel planeaba festejarlo, ya que la pasó bastante mal éstos últimos meses sin mí y con lo que nos pasó. Con tal de estar a su lado no me importa nada. Ésta tarde me dijo que recibiríamos el nuevo año junto a Sergio y Sara quienes vendrán a casa. Se veía muy feliz y yo solo podía sonreír junto a él.
Ésta tarde salimos a hacer las compras necesarias. Mi primer recibimiento del año que pasaría con mi padrastro luego de la muerte de mi madre, ya que hasta el año anterior él me obligaba a ir a la casa de mi abuelo materno y pasar esta fiesta junto a ellos mi supuesta familia. Nunca me gustó aquello, pero no me quedaba otra opción. Ahora al fin podría estar junto a la persona que tanto amaba. Compramos ropa nueva, ingredientes para preparar grandes y deliciosos platos.
También disfrutamos de un delicioso café con torta en una de las confiterias que solíamos ir antes. Ambos reíamos felices mirando a la gente pasar. Luego él me empezó a hablar de la empresa y concretamente sobre mi futuro trabajo.
Estabamos tan bien que nos sorprendimos al ser interrumpidos por la hermana menor de mi madre, mi tía. Quien se nos acercó y hostilmente le habló a mi padrastro acusándolo de arruinar su vida, de ser el culpable de la muerte de mi madre y de la locura de mi padre, su primer esposo y por lo visto su preferido. Yo no pude más y la eché:
-Vete tía - dije - No eres nada ni nadie.
-¡Boris! ¡Te alejaré de tu padrastro! Esa será mi venganza
- Oye - dijo mi Nahuel - Solo vete
- Si, lo haré. Pero antes te destruiré Nahuel.
-¡No! ¡No lo harás! - rugí enerbado - ¿Hasta cuándo nos molestarán ustedes? ¡Malditos!
Mi padrastro me sujetó de la mano intentando calmarme, sabía que no podía alterarme o todo volveria a afectarme. La dureza con que él miró a mi tía me impactó y por lo visto no fue solo a mí sino a mi tía también.
- Si algo sabes sobre lo que te conviene te irás de aquí y nunca más te nos acercarás o en verdad lo lamentarás.
Ella se alejó furiosa y asustada.
Mi padrastro pudo relajarme con gran facilidad. En verdad odiaba éstas situaciones con cada fibra de mi ser. No obstante pasamos una linda tarde ya que mi amado Nahuel supo compensarmela.
Al llegar a casa nos centramos en preparar la cena, aquello me colmaba de placer. Prepararla juntos era exitante. Cuando todo estuvo listo nos sentamos a desgustarla. Reíamos mientras planeabamos para el próximo año. El teléfono sonó y fuí a atender. Era Maxi, aquello me molestó en serio. Quería saber cómo estaba pero yo me sentía presionado.
- Maxi ¿qué quieres?
- Saber cómo estás Boris, somos amigos ¿cierto?
- No lo sé ¿lo somos? Después de todo tú solo sabes acusarme y reprobar mi relación con mi padrastro.
- Te sigo amando Boris - me dijo él, cerré mis ojos con angustia ya que no soportaba escuchar que me diga eso
-Que mal porque yo no - luego colgué.
Mi padrastro me abrazó, yo me aferré a él deseando que todos nos ignoren dejándonos en paz. Maldita sea ¿acaso no tienen vida propia? Pero mi amado Nahuel me relajó con sus besos y abrazos.
Amanecimos juntos, abrazados y felices. Nos duchamos juntos y salimos a desayunar. Adoraba estar fuera junto a él. Pasada la mañana nos centramos en preparar la cena, mientras mi padre invitaba a Sergio y Sara para la noche. Me centré especialmente en la cena de ésta noche ya que quería que sea muy especial.
Mi padrastro preparó el postre esmerandose también. Lo abracé por detrás mientras se dedicaba a la cocina aspirando su delicioso aroma. Lo amaba tanto que me desesperaba la sola idea de tener que separarme de su lado. Por eso reaccionaba tan mal con Maxi, ya que él solo anhelaba alejarme de mi amado Nahuel.
Amo a mi padrastro y con él pienso pasar el resto de mi vida.
La noche llegó y tanto mi padrastro como yo estrenamos ropa nueva. Sergio y Sara llegaron con la cena que hicieron a eso de las diez de la noche. La casa estaba preparada por Nahuel y por mí, acorde para ésta fiesta.
Despediriamos este año que nos trajo altibajos continuos. Sergio abrió el shampan haciendo un gran estruendo derramando un poco. Todos reímos. Nos servimos en las copas de cristal mientras se sucedia la cuenta regresiva.
Cuando fueron las doce en punto sentimos los ruidos de los fuegos artificiales fuera. Brindamos entrechocando nuestras copas deseando un mejor año que este que acababa.
Sergio y Nahuel al brindar intercambiaron miradas ¿intensas? Había bastante para descifrar en esas miradas, pero preferí restarle importancia ya que si mi padrastro pudo sobrevivir durante todo el tiempo en que estuve en el psiquiátrico fue gracias a él. Sara se acercó a mí para entrechocar nuestras copas.
- Feliz año nuevo Boris - me dijo alegre - Es un placer tenerte aquí de nuevo.
-Felicidades para tí también amiga mía. Gracias.
Ella se acercó a mí tanto que nuestros labios se rosaron para seguir con un beso inesperado. Mi corazón latía con fuerza y mi mente quedó en blanco.
Pero cuando reaccioné me alejé de ella un poco y dije agitado:
- Sara ¿qué haces?
-¿Qué hacemos? Besarnos - contestó ella sonriendo, luego me tomó de la mano y me llevó fuera de casa - Ven, vamos a ver los fuegos artificiales ¡Vamos!
Salimos los cuatro al jardín justo a tiempo para ver el show de fuegos artificiales. Eran magnificos en verdad. Mi padrastro se me acercó y me susurró al oido:
- Te lo paso por ésta vez, pero no vuelvas a besar a Sara nunca más. ¿Entiendes mi amor?
- Y tú no vuelvas a mirar a Sergio como lo miraste recién. Sé que él te ayudó a sobrevivir todos éstos meses en que no estuve contigo pero ya estoy aquí, a tu lado mi amor. Feliz año nuevo Nahuel
- Feliz año nuevo Boris.